jueves, 28 de febrero de 2013

ITINERARIO DE CUARESMA: Palabra.



 Alimenta nuestro espíritu con tu Palabra”.

Comenzamos este camino entendiendo la necesidad de conversión, no como algo eventual, de un momento o etapa particular de la existencia, sino como una manera de vivir, de caminar, de ser creyentes. Conversión significa estar siempre creciendo, madurando, transformándonos. Luego, en un segundo momento, nos encontramos frente al Misterio de Dios, y regresamos a los orígenes de nuestra andadura de fe, y  entendimos que el Misterio ha de ser misterio siempre, para que no deje de ser el motor que impulsa nuestra conversión. Ahora damos un paso más: Dios es PALABRA, Dios comunica, se revela, propone, promete. Es la palabra que nace el misterio la que conquista nuestro corazón y le arrastra por los caminos de la vida. Es esa palabra la que nos hace perseverar, y comenzar una y otra vez a pesar de los fracasos, de los errores, de las tentaciones.
 Al revisar las propuestas bíblicas del segundo domingo de Cuaresma leemos acerca del encuentro de Dios con Abran, y de cómo antes las dudas del hombre Dios reafirma su propósito y acepta un pacto:

“El Señor sacó fuera a Abrán y le dijo:
Mira al cielo; cuenta las estrellas si puedes.
Y añadió: Así será tu descendencia.
Abrán creyó al Señor y el Señor lo aceptó como justo”.
(Génesis 15, 5-6)
 
Abrán creyó a Dios, y estableció una alianza, un pacto con Dios, fundado en la promesa, en la palabra de Dios. Dios pide a Abran, a quien luego llamará Abraham, a salir de su tierra, a ponerse en camino, a desafiar la vida para encontrar una tierra nueva, el hogar que Dios quiere ofrecerle. Es una promesa de vida abundante, de hijos, de frutos.La palabra de Dios es siempre palabra de vida.

 

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