sábado, 25 de mayo de 2013

TRINIDAD A QUIEN ADORO...

Este domingo la litúrgia católica celebra la solemnidad de la Santísima Trinidad. Me gusta decir que en este día miramos a Dios como misterio; el concepto DIOS está devaluado a causa del uso, del mal uso. Aunque los teólogos han desplegado toda su capacidad para intentar mostrarnos racionalmente lo que ocurre en el ser de Dios, prefiero aquello de que "si lo entiendes, no es Dios". Dios es MISTERIO DE AMOR. Ayer en la tarde explicaba a los niños algo de esto y les decía: Dios está con nosotros, como Espíritu está en nosotros, y por eso también nosotros somos MISTERIO. Lo mismo que Dios, cada ser humano es inexplicable. En esto radica fundamentalmente nuestra DIGNIDAD. Me parece muy importante y necesario que nuestro "discurso" acerca de Dios vaya siempre a la par del descubrimiento de la hermosura de la criatura humana que tiene su fuente en Dios. Santa Teresa, en el primer capítulo de MORADAS lo dice de un modo especial, y Merton, en la EPIFANÍA DE LOUISVILLE. Cada uno de nosotros es un reflejo único del Dios UNO Y TRINO.

"!Oh, mis Tres, mi Todo, mi Bienaventuranza, Soledad infinita, Inmensidad donde me pierdo! Me entrego a Tí como víctima. Sumérgete en mí para que yo me sumerja en Tí hasta que vaya a contemplar en Tú luz el abismo de todas tus grandezas".
(Isabel de la Trinidad)

1 comentario:


  1. Hoy estuve pensando que el domingo en que celebramos la Trinidad, es día de adorar sin comprender, de acoger a Dios y darle gloria sin más especulación, sometiéndonos conscientemente a su Misterio. ¿Por qué empeñarnos en descifrar el misterio de Dios, si no podemos siquiera descifrar el nuestro?

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