"¡La
originalidad cristiana no es una uniformidad! Toma a cada uno como es,
con su propia personalidad, con sus propias características, con su
cultura y lo mantiene así, porque es una riqueza. Pero le da algo más:
¡le da el sabor! Esta originalidad cristiana es hermosa. Pero cuando
queremos crear una uniformidad --en que todos son salados de la misma
manera--, las cosas serán como cuando una mujer arroja sal en exceso y
se siente solo el sabor de la sal y no el sabor de esa sabrosa comida
salada. La originalidad cristiana es esto: cada uno es como es, con los
dones que el Señor le ha dado".
Francisco.
Francisco.
Este fragmento, y toda la homilía de Francisco en Santa Marta ayer jueves 23, merece ser leída cuidadosamente, reflexionada, y conservada.
ResponderEliminar