sábado, 31 de agosto de 2013

BUSCAR EL ROSTRO DEL INVISIBLE

"Mi forma de oración es muy sencilla. Está totalmente centrada y atenta a la presencia de Dios, a su voluntad y a su amor... Es decir, está concentrada en la fe, que es el único camino para conocer la presencia de Dios... llevo en el corazón esta gran sed de reconocer totalmente la nada de todo lo que no es Dios. Por eso, mi oración es una clase de alabanza que brota desde el centro de la nada y del silencio. Si aún sigo presente yo mismo, reconozco que esto es un obstáculo del que no me puedo librar, si él no me lo quita. Si él quiere, puede transformar mi nada en una absoluta claridad. Pero si él no lo quiere, entonces la nada sigue siendo un objeto y un obstáculo... Mi oración no consiste en pensar en algo, sino en buscar el rostro del invisible, que no podemos encontrar si no nos perdemos en él, que es invisible".

Thomas Merton
Carta a Abdul Aziz, enero, 2, 1966.

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