martes, 27 de agosto de 2013

LA RAÍZ DE LA GUERRA ES EL MIEDO.

"En la raíz de toda guerra está el miedo: no tanto el miedo que los hombres se tienen mutuamente, sino el miedo que le tienen a todo. No es meramente que no confíen el uno en el otro: no se fían ni de sí mismos. Si no están seguros de que alguien no va a volverse contra ellos para matarlos, lo están todavía menos de que ellos mismos no se volverán contra sí para matarse. No pueden confiar en nadie, porque han dejado de creer en Dios.
¿Quieres terminar las guerras pidiendo a hombres que confíen en hombres en quienes evidentemente no puede confiarse? No. Enséñales a amar a Dios y a confiar en él; entonces podrán amar a los hombres en quienes no pueden confiar, y osarán hacer la paz con ellos, no confiando en ellos, sino en Dios.
Pues solamente el amor (que significa humildad) puede expulsar el miedo que es la raíz de toda guerra.
Si realmente los hombres quisieran la paz, la pedirían a Dios, y Él se la daría. Pero ¿por qué ha de dar Él al mundo una paz que éste no desea realmente? Pues la paz que el mundo parece desear no es realmente en ningún modo la paz.
Para algunos la paz significa tan sólo tranquilidad para explotar a otros sin miedo a represalias o injerencias. Para otros la paz significa libertad para robarse mutuamente sin interrupción. Para ciertos hombres significa asueto para devorar los bienes de la tierra sin verse obligados a interrumpir sus placeres para alimentar a aquellos que su codicia está matando de hambre. Y para casi todo el mundo la paz significa simplemente ausencia de toda violencia física que pudiese arrojar sombras sobre vidas dedicadas a la satisfacción de su apetito animal de comodidades y placeres. Muchos como éstos han pedido a Dios lo que ellos entendían por “paz” y se han extrañado de que su ruego no fuese atendido. No podían comprender que, en realidad, lo había sido. Dios los dejaba con lo que deseaban, pues su idea de paz era sólo otra forma de la guerra.
Así, pues, en vez de amar lo que crees ser la paz, ama al prójimo y ama a Dios sobre todo. Y en vez de odiar a los hombres que tienes por promotores de guerras, odia losapetitos y el desorden de tu propia alma, que son las causas de la guerra".

Thomas Merton
"Semillas de contemplación"

1 comentario:

  1. "Si amas la paz, entonces odia la injusticia, odia la tiranía, odia la avaricia... Pero odia estas cosas en tí mismo, no en los demás".

    Thomas Merton, Nuevas semillas de contemplación.

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