Riesgos de la experiencia religiosa: Cuando la experiencia religiosa
prende en una estructura personal o social deteriorada en sus raíces, corre el
riesgo de convertirse en una propulsora de ese mismo deterioro, potenciando en
su seno el empobrecimiento personal, el infantilismo regresivo, o incluso la
destrucción y la violencia. Los fanáticos, alumbrados y sacrificadores
ilustran el lado oscuro de la religión, que es utilizada como la máscara de
instintos e impulsos inconfesables. (Vs. lo positivo de profetas, místicos
y oferentes)
En el fanático hay una perversión de las funciones cognitivas.
En el alumbrado hay una perversión de las funciones afectivas.
En el sacrificador hay una perversión de las funciones éticas.
En el alumbrado hay una perversión de las funciones afectivas.
En el sacrificador hay una perversión de las funciones éticas.
Resumen de: “Experiencias religiosas y ciencias humanas”,
de Miguel García Baró, Carlos Domínguez Morano, y Pedro Rodríguez Panizo.
Madrid, PPC. 2001.
(continúa)
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