jueves, 19 de marzo de 2020

TODO Y NADA

"Si Dios fuera algo (alguna cosa), no sería TODO, pues bastaría con encontrar un grano de arena que no fuera Él para impedirle ser TODO. Pero como Dios no es nada (esto es, no es cosa alguna) actúa en perfecta libertad como el suelo, fuente, plenitud y nada que, no siendo cosa alguna, sostiene todas las cosas. Somos "reales" porque estamos en la existencia, Dios, sin embargo, no está en la existencia sino que es la misma Existencia. Él ES eso por lo que nosotros somos. 

En el hecho de que Dios no es cosa alguna reside su libertad perfecta. No es esto ni aquello. Es TODO en todo. Merton nos dice, en efecto, que la llamada a la oración contemplativa es una llamada de Dios para que captemos el hecho de que, como personas creadas a imagen de Dios, tampoco nosotros somos cosa alguna. Como personas, en definitiva, no encontraremos nuestra plenitud en ninguna cosa salvo en una total unión e identificación de amor con Dios.

 El vacío, el temor y la oscuridad de la oración son ecos de esta llamada de Dios. Nuestra impotencia, nuestra condición pecaminosa y nuestra mezquindad son invitaciones, gracias y llamadas, no a la desesperación sino a un total abandono y vaciamiento de nuestro ser en la fuerza y presencia infinitas de Dios que se manifiestan por medio de nuestra participación en la cruz de Cristo".

James Finley
El Palacio del Vacío de Thomas Merton
Sal Terrae

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