"Cuando la oración sin palabras ha sido cuidadosamente practicada como un acontecimiento diario en nuestra vida, inevitablemente (aun quizás inexplicablemente) algo inesperado comenzará a suceder en nuestras vidas. Sucederá que nuestra oración dejará de ser sencillamente (y aun diría primariamente) un ejercicio de oración y se convertirá en una progresiva dimensión de la vida. Ya no será solamente algo que hacemos en determinados momentos: será algo que somos habitualmente. Comenzaremos a vivir nuestra vida con una consecuente percepción de esta unidad de todas las cosas. Puesto que la oración sin palabras se nos ha convertido en una forma de vivir, podremos decir con el salmista: Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida".
"Lo que la fe nos asegura es que caminamos en presencia del Señor. Esta presencia es dinámica. No significa simplemente que Dios está ahí. Dios está realizando cosas para nosotros, en nosotros, por medio de nosotros. Día tras día Dios nos está salvando y, al mismo tiempo, invitándonos a colaborar en la tarea de salvar a nuestros hermanos y hermanas. Somos salvados y salvamos. Y todo eso se realiza "en la tierra de los vivos, en el país de la vida".
William H. Shannon
Silencio en llamas
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.