sábado, 17 de abril de 2021

PROFESOR HANS KÜNG

Le preguntan en VIDA NUEVA a Manuel Fraijó, doctor en teología y filosofía, acerca de Hans Küng, quien fue su amigo:

 “¿Se puede entender la teología del siglo XX sin Küng?”, y contesta: 
Nadie es imprescindible, ninguna teología es imprescindible y todas son perecederas y cambiantes, proyectos argumentativos muy ligados a la época y al tiempo. Permanece más la mística que la teología. San Juan de la Cruz y Santa teresa no se irán nunca. La teología de Küng sí ha sido muy apropiada para la época de búsqueda en la que estábamos. Realmente, el caudal de información que ofrecen sus libros ha invitado a la teología a ser muy bíblica, siguiendo a su maestro Karl Barth, que consideraba que “un dogma es decir con otras palabras lo que dice la Escritura”. También ha propuesto a los teólogos que se abran a las inquietudes y problemas de este tiempo, siguiendo en ese sentido a Karl Rahner. Además, Küng ha ayudado a los creyentes de a pie que han querido creer y comprender. La teología actual es pensable sin él, pero por suerte no hay que pensarla sin él”.

Nunca se vio como un profeta de nada ni de nadie, sino que quería ser recordado por su oficio, como profesor. Precisamente, ese es el epitafio que ha elegido: Profesor Hans Küng”.

“Ortega decía que “la claridad es la cortesía del filósofo” y puedo decir que Küng ha sido un filósofo muy cortés”.

(Tomado de la revista VIDA NUEVA)

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