"Dios siempre es para nosotros una presencia salvadora.
El Dios que Jesús ha revelado es un Dios de amor incondicional. El amor de Dios no brota hacia nosotros por el hecho de que él vea en nosotros algo que lo mueva a amarnos. No. El amor brota de Dios por el hecho de lo que él es en sí mismo: él es Amor.
Por esta razón afirmo que el ser mismo de Dios exige que su presencia sea una presencia salvadora. Dios siempre está presente para salvar. Definitivamente, el amor con que Dios nos ama no depende de lo que seamos, sino de lo que Dios es...
Comprender que Dios es amor significa que hemos de desterrar definitivamente la idea de que Dios nos trata de forma perjudicial. Esta comprensión puede hacernos progresar grandemente en lo que queremos decir cuando nos referimos a la contemplación y oración de conciencia.
Hablamos de dos verdades básicas: La primera, que siempre estamos en presencia de Dios (no podemos estar en ninguna otra parte). La segunda, que la oración, especialmente la oración sin palabras, consiste en estar consciente de esa presencia.
Ahora nos adelantamos un poco más. Si Dios es amor, entonces nuestro estar siempre en Dios se puede convertir en estar siempre en el amor, y la oración sin palabras, que es la conciencia de la divina presencia puede traducirse como la conciencia del amor...
Ser creatura de Dios significa estar siempre en el Amor. Orar es ser conscientes de que siempre estamos en el Amor.
Entonces en forma tranquila, profunda y frecuente, podemos orar diciendo:
Que pueda yo experimentar la alegría de vivir en tu presencia...".
William H. Shannon
"Silencio en llamas".
(Notas)
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