“Me doy cuenta que, ahora más que nunca, la dedicación a Dios en la vida religiosa no puede ser un pretexto para intentar la evasión, sino que, por el contrario, ella compromete al hombre mucho más irrevocablemente a tomar una posición y a dar un testimonio en el mundo de su tiempo. Y me parece que estoy obligado, por las circunstancias de mi vida y mis antecedentes, a hacer algo para curar la prodigiosa e imperdonable brecha que ha surgido entre la Iglesia y el mundo intelectual de nuestro tiempo”
(Thomas Merton.
Carta a Victoria Ocampo, 21 de julio de 1958).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.