martes, 19 de agosto de 2025

THOMAS MERTON: UNA VOZ PROFÉTICA FRENTE A LA GUERRA

Como acompañante espiritual y facilitador de retiros, he aprendido que el silencio no es evasión, sino compromiso. En estos tiempos marcados por conflictos visibles e invisibles, vuelvo a la figura de Thomas Merton, cuya vida monástica no lo apartó del mundo, sino que lo hizo más sensible a su dolor. Esta entrada nace del deseo de compartir cómo la contemplación puede convertirse en una voz profética frente a la guerra.

🔥 De la celda al clamor profético

La conciencia de Thomas Merton frente a la guerra no surgió de una ideología política, sino de una transformación espiritual que lo llevó a mirar el sufrimiento humano con ojos cada vez más compasivos. En los primeros años de su vida monástica, Merton se centró en la interioridad, la oración y la búsqueda de Dios en el silencio. Pero a medida que su contemplación se profundizaba, comenzó a sentir que ese silencio debía incluir una escucha activa del mundo.

Fue en la década de 1950, especialmente tras la Guerra de Corea y en medio de la carrera armamentista nuclear, cuando Merton empezó a escribir con mayor libertad sobre la amenaza de la violencia. En La raíz de la guerra es el miedo, publicado en 1962, Merton identifica el miedo como el motor oculto de la guerra moderna: miedo al otro, miedo a perder poder, miedo a la propia vulnerabilidad. Para él, la guerra no era simplemente un conflicto entre naciones, sino una manifestación del desorden interior que habita en el corazón humano.

La violencia no es una fuerza creativa. Es la expresión del miedo, del egoísmo y de la desesperación.”

En FE Y VIOLENCIA, Merton se pregunta si la fe cristiana puede seguir siendo fiel al Evangelio mientras justifica estructuras violentas. Su crítica no es ideológica, sino evangélica: el cristiano está llamado a amar al enemigo, no a eliminarlo. Esta tensión lo llevó a escribir con creciente urgencia sobre la guerra de Vietnam, el racismo en Estados Unidos y la injusticia global.

Durante estos años, Merton mantuvo correspondencia con activistas, monjes budistas, poetas y líderes sociales. Su amistad con Thích Nhất Hạnh, por ejemplo, lo llevó a descubrir una espiritualidad de la compasión activa. En sus cartas a jóvenes comprometidos con la paz, Merton no ofrecía estrategias políticas, sino una invitación a vivir desde la verdad interior, desde una paz que nace en el corazón y se traduce en acción no violenta.

En Conjeturas de un espectador culpable, Merton escribe como quien contempla el mundo desde una celda, pero con el corazón abierto a su dolor. Se reconoce como parte del problema, como alguien que no puede mirar el sufrimiento ajeno sin sentirse implicado. Su contemplación lo lleva a una forma de profecía silenciosa: no grita, pero tampoco calla.

El silencio auténtico no es indiferencia. Es la raíz de una palabra verdadera.”

Este despertar lo llevó a tensiones con sus superiores monásticos, que temían que sus escritos sobre la guerra fueran demasiado políticos. Algunos textos fueron censurados o publicados póstumamente, como Paz en tiempos de oscuridad, donde Merton articula con claridad su visión de una paz que nace de la conversión interior y la solidaridad con los pobres y los heridos por la violencia.

La postura de Merton encuentra eco en las palabras de Jesús en el Sermón del Monte:

Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.”
(Mateo 5,9)

Para Merton, esta bienaventuranza no era una consigna piadosa, sino una vocación radical que exige conversión, humildad y valentía.


Merton no fue un activista convencional, pero su contemplación lo convirtió en una conciencia despierta. Su legado nos invita a mirar el mundo desde la compasión, a orar con los ojos abiertos, y a creer que el amor —no la violencia— es la única fuerza redentora. En medio de nuevas guerras y viejas heridas, su voz sigue resonando como un susurro firme: “La paz comienza en ti.”

🙏 
Oración final

Señor de la paz,
enséñanos a escuchar el mundo desde el silencio,
a mirar al otro sin miedo,
y a responder con compasión donde haya violencia.
Que el testimonio de Thomas Merton
nos inspire a ser sembradores de paz
en medio de la noche del mundo.
Amén.

jueves, 14 de agosto de 2025

UN DESIERTO LLAMADO COMPASIÓN

🌵 Un desierto llamado compasión: Thomas Merton y la paradoja del amor profundo

Hay palabras que no aparecen a primera vista, pero que atraviesan una obra como un hilo invisible. En los escritos de Thomas Merton, la compasión es una de ellas. Al principio pensé que no figuraba en los diccionarios ni en los índices temáticos. Pero al buscar con más atención, descubrí que sí está: aparece como voz propia, y en el índice analítico se recogen más de 40 citas donde la compasión se hace presente.

Además, el diccionario temático de su obra vincula la voz compasión con otras que forman parte de su núcleo espiritual: misericordia, no violencia y contemplación. Esta red de significados revela que para Merton, la compasión no es solo una actitud afectiva, sino una forma de estar en el mundo que nace de la contemplación, se expresa en la misericordia, y se traduce en una vida de no violencia.

Este hallazgo me hizo pensar en cómo lo esencial, a veces, se esconde. No por ausencia, sino por profundidad. Como si la compasión en Merton no necesitara gritar su nombre, porque ya está en el tono, en la mirada, en la forma de estar en el mundo.

Una frase de sus diarios me acompaña desde hace tiempo:

¿Cuál es mi nuevo desierto? Su nombre es compasión. No existe un yermo tan terrible, tan bello, tan árido y tan fructífero como la compasión.”

Cuando leí esas palabras por primera vez, sentí que Merton me hablaba desde un lugar muy hondo. La compasión no como emoción pasajera, sino como experiencia espiritual. Como desierto. Un lugar donde se pierde lo que ya no sirve, donde se quema lo que no es esencial, y donde —si uno se queda lo suficiente— brota algo nuevo.

Esta imagen me recuerda al profeta Oseas, que dice:

La atraeré al desierto y hablaré a su corazón…” (Oseas 2:14)

El desierto, en la tradición bíblica, es lugar de encuentro. De intimidad. De escucha. Y también de prueba. Merton lo sabía bien. En su vida monástica, en su retiro, en sus luchas interiores, descubrió que la compasión es ese terreno árido donde uno se encuentra con el dolor del otro, sin máscaras. Y que ese encuentro, aunque duela, puede fecundar el alma.

La compasión, para Merton, no es sentimentalismo. Es contemplación encarnada. Es mirar al otro con los ojos de Dios, sin juicio, sin prisa, sin necesidad de corregir. Es dejarse tocar por el sufrimiento ajeno, y permitir que ese sufrimiento nos transforme.

Él mismo lo expresa con claridad:

La contemplación no tiene sentido para alguien que no intente cultivar la compasión por los demás.”

Esta frase no solo ilumina su pensamiento, sino que lo desafía. Nos recuerda que la vida espiritual no puede ser evasión, ni refugio cómodo. La contemplación verdadera nos lleva al corazón del mundo, allí donde el dolor y la belleza conviven, y donde la compasión se vuelve camino.

🌏 Epílogo: La compasión como puente entre tradiciones

En los últimos años de su vida, Thomas Merton descubrió que la compasión no era solo un camino cristiano, sino una verdad universal. Al encontrarse con el budismo zen, con el Dalái Lama, con monjes tibetanos y japoneses, reconoció que el corazón contemplativo late también en otras tradiciones. Y que ese latido común es la compasión.

Más allá de las diferencias doctrinales, Merton vio que el verdadero diálogo espiritual ocurre cuando dos almas se encuentran en el desierto del amor. Allí donde no hay necesidad de convencer, sino de comprender. Allí donde la compasión no es teoría, sino presencia.

Hoy, en medio del ruido, la polarización, la prisa, esta compasión silenciosa parece un acto de resistencia. Un camino espiritual. Un desierto que no todos quieren atravesar, pero que guarda una promesa: si nos atrevemos a entrar, algo en nosotros puede renacer.

Fray Manuel de Jesús, ocd

domingo, 10 de agosto de 2025

THOMAS MERTON: LA CONVERSIÓN COMO DESPERTAR

La conversión como despertar: Thomas Merton y el camino hacia lo esencial

La palabra “conversión” suele evocar imágenes de ruptura, de cambio drástico, de antes y después. Pero en Thomas Merton —y también en mi propia vida— la conversión fue más bien un despertar. No fue una decisión estratégica, ni una adhesión doctrinal. Fue una rendición silenciosa ante una Presencia que ya estaba allí, esperando ser reconocida.

Merton, monje trapense, escritor incansable y buscador de Dios, se ha convertido para mí en un compañero de camino. Su historia, narrada con crudeza y belleza en La montaña de los siete círculos, me habla al corazón. Porque como él, yo también fui alcanzado por la gracia en medio del ruido, la confusión y la sed de sentido.

🧭 Una autobiografía espiritual

Antes de entrar al monasterio de Gethsemani, Merton vivió una vida marcada por el arte, la bohemia y el desencanto. Su juventud fue una peregrinación sin mapa, donde el placer y la intelectualidad no lograban calmar una inquietud más profunda. En su autobiografía, no oculta sus heridas ni sus búsquedas fallidas. Y eso lo hace cercano.

Lo que lo llevó a la fe no fue una catequesis bien estructurada, sino una experiencia interior que lo desbordó. En medio de la ciudad, en una iglesia cualquiera, algo lo tocó. Algo que no sabía nombrar, pero que lo llamaba con fuerza. Ese momento fue el inicio de una transformación que no terminó con el bautismo, sino que apenas comenzaba.

🌌 La conversión como apertura a la gracia

Merton entendió que convertirse no es conquistar algo, sino dejarse conquistar. Es abrirse a la posibilidad de que Dios no está lejos, sino dentro, esperando que uno se detenga. La conversión, en su caso, fue una apertura radical a la gracia. Una gracia que no lo juzgó, sino que lo abrazó.

En mi propia historia, esa apertura también fue silenciosa. No hubo relámpagos ni voces celestiales. Hubo una comunidad que me acogió sin condiciones, una liturgia que me habló sin palabras, y una presencia que me fue revelando que no estaba solo. Como Merton, descubrí que la fe no es una meta, sino un camino. Y que ese camino comienza cuando uno se deja encontrar.
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🔥 De la fe al compromiso

La conversión de Merton no lo encerró en sí mismo. Al contrario, lo abrió al mundo. Desde su celda monástica, comenzó a escribir sobre la guerra, la injusticia, el racismo, el diálogo interreligioso. Su contemplación lo hizo profeta. Porque quien ha sido tocado por la gracia no puede permanecer indiferente ante el sufrimiento ajeno.

En mi ministerio pastoral, esa dimensión también ha sido esencial. La fe no me llevó al aislamiento, sino al encuentro. Al compromiso con comunidades heridas, con personas en búsqueda, con realidades que claman por esperanza. Merton me enseñó que la oración no nos aleja del mundo, sino que nos da ojos nuevos para verlo.

🌱 Resonancias para hoy

En un mundo saturado de ruido, de distracciones y de urgencias, ¿Qué significa convertirse? Tal vez significa detenerse. Escuchar. Reconocer que hay una sed que no se calma con consumo ni con éxito. Que hay una voz que nos llama desde dentro, y que esa voz es amor.

La historia de Merton, como la de tantos conversos, nos recuerda que la conversión no es un evento, sino un proceso. Un camino que se recorre cada día. Un volver al origen. Un dejarse amar.

🙏 Cierre: Una invitación al lector

La vida espiritual es, en última instancia, la vida real. Es la vida de cada uno de nosotros en su más profunda verdad.” (Thomas Merton)

Si estás leyendo esto y sientes que algo te falta, que algo te llama, tal vez estás en camino. No tengas miedo. La conversión no es perderse, sino encontrarse. Y como Merton, como tantos otros, descubrirás que el centro de tu vida no está en ti, sino en Aquel que te creó para amar.

sábado, 2 de agosto de 2025

ORACIÓN DESDE EL SILENCIO


🕊️ Oración desde el Silencio en comunión con Merton

Señor,
enséñanos a estar quietos,
a escuchar el susurro que nace en lo profundo,
donde Tú hablas sin palabras.

Haznos contemplativos en medio del ruido,
profetas en medio del miedo,
puentes en medio de los muros.

Que el silencio nos revele tu rostro,
y que tu rostro nos envíe al mundo
con ternura, con verdad, con compasión.

Como Thomas Merton,
que nuestra oración sea compromiso,
y nuestro compromiso, oración.

Amén.

EL EVANGELIO SOCIAL DE THOMAS MERTON

Contemplación que Transforma el Mundo

En tiempos marcados por el ruido, la polarización y el sufrimiento humano, la figura de Thomas Merton emerge como un faro silencioso que ilumina el camino del compromiso cristiano desde la contemplación. Su vida monástica no lo aisló del mundo; al contrario, lo sumergió más profundamente en sus heridas. Merton vivió lo que podríamos llamar un “Evangelio social”: una espiritualidad encarnada que une oración, justicia y comunión.

🕊️ Contemplación: Ver con los ojos de Dios

La contemplación es la conciencia pura, atenta, receptiva… es ver el mundo como lo ve Dios.”
— Thomas Merton

Para Merton, la contemplación no era evasión ni lujo espiritual. Era una forma radical de estar presente ante la realidad, de abrir el corazón al sufrimiento humano y de descubrir en el silencio la voz de Dios que clama por justicia. Desde su celda en el monasterio de Gethsemani, escribió oraciones por los niños víctimas de la guerra, reflexiones sobre el racismo, y denuncias contra la violencia estructural.

La contemplación auténtica, decía, nos desinstala. Nos hace vulnerables, compasivos, disponibles. Nos enseña a mirar el mundo no desde el juicio, sino desde la misericordia.

Compromiso: La fe que transforma estructuras

No podemos amar a Dios si no amamos a los pobres, a los marginados, a los que sufren.”
— Thomas Merton

Merton no fue un activista en el sentido clásico, pero su palabra fue profundamente profética. Denunció la guerra de Vietnam, el racismo en Estados Unidos, la lógica destructiva del poder. Su compromiso no nacía de ideologías, sino del Evangelio. Para él, la vida cristiana debía ser testimonio de la verdad, incluso cuando esa verdad incomodaba.

Su espiritualidad contemplativa lo llevó a una radical solidaridad con los excluidos. En sus escritos, encontramos una teología encarnada, donde la oración se convierte en acción, y la acción en oración.

🤝 Comunión: La unidad como signo del Reino

La verdadera unidad no se impone, se descubre en el corazón de Dios.”
— Thomas Merton

Merton fue pionero en el diálogo interreligioso. Su encuentro con el Dalai Lama, sus estudios sobre el budismo zen, y su apertura al islam y al hinduismo revelan una espiritualidad profundamente inclusiva. Para él, la comunión no era uniformidad, sino reconciliación. El cristiano está llamado a ser puente, no muro.

Esta visión de unidad se extiende también a la creación, a los pobres, a los que piensan distinto. Merton nos invita a descubrir en cada rostro humano una chispa del misterio divino.

🌱 El Evangelio social como camino de santidad

La santidad, en la visión de Merton, no está reservada a los altares. Está en la entrega cotidiana, en la fidelidad silenciosa, en el amor que se hace gesto concreto. Su vida nos recuerda que el cristiano está llamado a ser contemplativo en la acción, y activo en la contemplación.

Hoy, más que nunca, su mensaje resuena: no hay verdadera espiritualidad sin compromiso con el mundo. No hay Evangelio sin justicia. No hay oración sin comunión.

¿Qué significa vivir el Evangelio social hoy?

Significa orar desde las heridas del mundo. Significa actuar con ternura y firmeza. Significa construir puentes donde otros levantan muros.
Significa, como Merton, dejar que el silencio nos transforme… para que podamos transformar el mundo.

sábado, 19 de julio de 2025

EL ESPÍRITU DE LA VERDAD ES EL ESPÍRITU DE LA NO VIOLENCIA

"Una de las reflexiones más profundas de Thomas Merton, que aparece en su libro Gandhi y la no violencia, es que el espíritu de la verdad es el espíritu de la no violencia. El espíritu de la verdad nos revela que nuestra actual situación no es definitiva, sino que lleva dentro de sí la posibilidad de la conversión al bien. Merton escribió:


"Por lo tanto, la no violencia implica una clase de valor muy diferente al de la violencia. En el uso de la fuerza, uno simplifica la situación al asumir que el mal que se derrota es conciso, definido e irreversible. De ese modo, sólo queda algo por hacer: eliminarlo. Cualquier diálogo con el pecador, cualquier pregunta acerca de la irreversibilidad de su acto, sólo significan falla y fracaso. El fracaso al eliminar el mal es una derrota en sí misma... La más grande tiranía se basa, por lo tanto, en el postulado de que no debe existir ningún pecado".


Aquí Merton toca el núcleo de la no violencia. Esta se levanta o cae de acuerdo con la visión del mal. Si el mal se ve como un tumor irreversible, claramente visible y demarcado, entonces sólo hay una posibilidad: extirparlo. Pero si el mal es reversible y puede transformarse en bien a través del perdón, entonces la no violencia es una posibilidad. Ya que Merton experimentó en su propia vida que el perdón es posible en Cristo, la no violencia se convierte no sólo en una posibilidad sino en un requisito para ser cristiano".

Henri Nouwen

miércoles, 9 de julio de 2025

SOLEDAD Y SOLIDARIDAD VAN JUNTAS

 "Cuando un Padre del Desierto le habló a otro sobre sus planes de "encerrarse en su celda y rechazar la cara de los hombres, para poder perfeccionarse a sí mismo", el segundo monje respondió: "A menos que primero enmiendes tu vida yendo y viniendo entre los hombres, no servirá para enmendarla morando solo".

 Existe una correlación tangible entre el trabajo interior de la oración y el ascetismo, por un lado, y la dimensión social de la ética cristiana, por otro. La tentación de la vida contemplativa de divorciarse de la vida bajo el disfraz de perfección espiritual es manifestada por una ascesis cristiana que se mide, en última instancia, por el amor al prójimo. La soledad no es un medio para escapar de los demás, sino para solidarizarse más profundamente con ellos".

Vincent Pizzuto, Contemplar a Cristo, (DDB, 2022)

miércoles, 18 de junio de 2025

EUCARISTÍA EN THOMAS MERTON (2)

 Las citas de El Pan Vivo de Merton resuenan con fuerza en nuestro tiempo precisamente porque confrontan algunas de las tensiones más profundas de la vida contemporánea: el individualismo, la fragmentación social y la desconexión espiritual. Aquí te comparto cómo podrían dialogar con nuestra realidad actual:

1. “La Eucaristía no es sólo un medio de unión con Cristo, sino también de unión de unos con otros en Cristo.”

En una época marcada por el aislamiento —incluso dentro de comunidades creyentes— esta afirmación es un llamado a redescubrir la Eucaristía como acto de comunión real, no solo espiritual. Nos interpela a construir comunidad concreta, a no reducir la fe a una experiencia privada.

2. “El sacrificio de Cristo no se repite, sino que se hace presente en nosotros para que participemos de su entrega.”

En un mundo que valora el confort y la autosuficiencia, esta cita nos recuerda que la Eucaristía nos compromete con el sufrimiento del otro, con la entrega cotidiana. No es un refugio para escapar del mundo, sino una escuela de donación.

3. “No podemos recibir a Cristo en la Eucaristía sin recibir también a todos aquellos con quienes Él quiso unirse.”

Esto tiene una fuerza profética hoy, cuando tantas personas son excluidas o invisibilizadas. Merton nos invita a ver la comunión como un acto de inclusión radical, que nos obliga a revisar nuestras actitudes hacia los pobres, los migrantes, los marginados.

4. “La adoración verdadera no nos aparta del mundo, sino que nos lanza a él con un corazón nuevo.”

En tiempos donde la espiritualidad puede volverse evasiva o desconectada de la realidad, esta frase es un faro: la contemplación eucarística debe transformarse en acción, en justicia, en ternura encarnada.

Estas ideas no solo iluminan la pastoral, sino que pueden inspirar dinámicas concretas: momentos de oración que desemboquen en gestos comunitarios, reflexiones que vinculen la liturgia con la vida cotidiana, y espacios para compartir el “pan” de la experiencia y la esperanza.

Las implicaciones sociales de estas citas de El Pan Vivo de Thomas Merton son tan profundas como actuales. Merton no escribe desde una torre de marfil, sino desde una contemplación encarnada que interpela directamente a la vida en sociedad. Aquí algunas claves para desentrañar su alcance social:

1. La comunión como antídoto contra el individualismo

“La Eucaristía no es sólo un medio de unión con Cristo, sino también de unión de unos con otros en Cristo.”

Esta afirmación desafía la cultura contemporánea del “yo primero”. Merton nos recuerda que la comunión no es un acto privado, sino un gesto radical de pertenencia mutua. En contextos de polarización o exclusión, esta visión eucarística exige construir puentes, no muros.

2. El sacrificio como forma de solidaridad

“El sacrificio de Cristo no se repite, sino que se hace presente en nosotros para que participemos de su entrega.”

Aquí la Eucaristía se convierte en escuela de solidaridad activa. No basta con asistir a misa: se trata de encarnar la lógica del don en nuestras relaciones sociales, económicas y políticas. Merton nos invita a vivir una espiritualidad que se traduce en justicia.

3. La comunión como inclusión radical

“No podemos recibir a Cristo en la Eucaristía sin recibir también a todos aquellos con quienes Él quiso unirse.”

Esta cita tiene una fuerza profética en sociedades marcadas por la desigualdad. Nos obliga a preguntarnos: ¿quiénes están ausentes de nuestras mesas eucarísticas y sociales? ¿A quiénes excluimos, aunque Cristo los haya acogido?

4. La adoración que transforma el mundo

“La adoración verdadera no nos aparta del mundo, sino que nos lanza a él con un corazón nuevo.”

Merton rompe con toda forma de espiritualidad evasiva. La Eucaristía no es un escape, sino un impulso para transformar estructuras injustas, para vivir con compasión activa en medio del dolor del mundo.


EUCARISTÍA EN THOMAS MERTON

  Un texto imprescindible de Thomas Merton sobre la Eucaristía es El Pan Vivo (The Living Bread, 1956). En esta obra, Merton no solo profundiza en la dimensión sacramental y contemplativa de la Eucaristía, sino que también la presenta como fuente de unidad eclesial y compromiso con el mundo.

Algunos capítulos particularmente relevantes son:

  • “Hace esto en memoria mía”: donde explora el sacrificio cristiano y la adoración como respuesta comunitaria al amor de Cristo.
  • “La Eucaristía y la Iglesia”: una meditación sobre cómo el Cuerpo de Cristo se edifica en la comunión eucarística, no como experiencia individualista, sino como acto de pertenencia y misión.
  • “El Mandamiento Nuevo”: donde vincula la Eucaristía con el amor fraterno, mostrando que comulgar es comprometerse con el otro.

Puedes acceder al texto completo en línea a través de esta edición digital de El Pan Vivo, que incluye un índice detallado y reflexiones.

Aquí tienes algunas citas especialmente significativas de El Pan Vivo de Thomas Merton, que podrían ayudarte a iluminar la dimensión eclesial y social de la Eucaristía:

  1. “La Eucaristía no es sólo un medio de unión con Cristo, sino también de unión de unos con otros en Cristo.”
    Esta frase resume la visión de Merton sobre la comunión como acto de construcción eclesial, no como experiencia meramente individual.

  2. “El sacrificio de Cristo no se repite, sino que se hace presente en nosotros para que participemos de su entrega.”
    Aquí Merton subraya la dimensión activa y transformadora del memorial eucarístico.

  3. “No podemos recibir a Cristo en la Eucaristía sin recibir también a todos aquellos con quienes Él quiso unirse.”
    Una afirmación poderosa contra cualquier espiritualidad que excluya al prójimo o ignore la dimensión comunitaria.

  4. “La adoración verdadera no nos aparta del mundo, sino que nos lanza a él con un corazón nuevo.”
    Esta cita conecta la contemplación eucarística con el compromiso social y misionero.

Estas frases provienen de capítulos como “La Eucaristía y la Iglesia” y “El Mandamiento Nuevo”, que puedes encontrar en la edición digital completa de El Pan Vivo.


lunes, 12 de mayo de 2025

ESPERO QUE SEA EL AMANECER...

"¿Me pregunta si estoy cansado? Claro. Quizá no tan cansado como usted, pero cansado del mismo modo, de las mismas cosas. En el cansancio se combina el hecho de que uno se siente tentado a pensar que no tiene derecho a cansarse de las acciones y afirmaciones de mucha buena gente sincera que también está cansada de alguna otra cosa que les resulta odiosa. Somos como una partida de borrachos al final de una larga reunión estúpida que se desploman sobre los muebles en la penumbra del amanecer. Espero que sea el amanecer".

Thomas Merton, A Catherine de Hueck Herty

Semillas de destrucción

lunes, 28 de abril de 2025

MAESTRO DE ORACIÓN Y CONTEMPLACIÓN

 

Thomas Merton (1915-1968) fue un monje trapense, escritor y místico cuya obra sigue iluminando el camino de la oración y la vida espiritual. Su enseñanza sobre la oración no se limitó a fórmulas o técnicas, sino que se centró en la transformación interior y la apertura a la presencia de Dios.

La Oración como Encuentro con Dios

Para Merton, la oración no era simplemente una actividad, sino una forma de ser. En su obra Semillas de Contemplación, enfatiza que la oración auténtica no consiste en palabras vacías, sino en una disposición interior que nos permite entrar en comunión con Dios. La verdadera oración, según él, es aquella que nos lleva a la transformación, al abandono del ego y a la entrega total a la voluntad divina.

El Silencio y la Contemplación

Merton veía el silencio como un espacio sagrado donde el alma podía escuchar a Dios. En La Montaña de los Siete Círculos, su autobiografía, describe cómo el retiro en el monasterio de Gethsemani le permitió descubrir la profundidad del silencio contemplativo. Para él, el silencio no era ausencia de palabras, sino una presencia viva que nos abre a la realidad divina.

Oración y Compromiso con el Mundo

Aunque vivió en un monasterio, Merton nunca consideró la oración como un escape del mundo. En sus escritos sobre justicia social y paz, como Fe y Violencia, muestra cómo la oración debe llevarnos a una mayor conciencia del sufrimiento humano y a un compromiso con la transformación de la sociedad. Su espiritualidad no era pasiva, sino profundamente activa, llamando a los cristianos a ser agentes de paz y reconciliación.

Diálogo Interreligioso y la Universalidad de la Oración

Merton fue un pionero en el diálogo entre religiones, explorando la oración en el budismo zen, el hinduismo y otras tradiciones espirituales. Su encuentro con el Dalai Lama y su estudio de los místicos orientales le llevaron a descubrir que la oración es un lenguaje universal que une a todos los buscadores de la verdad.

Legado Espiritual

Hoy, la enseñanza de Merton sigue siendo una fuente de inspiración para quienes buscan una vida de oración auténtica. Su llamado a la contemplación, al silencio y al compromiso con el mundo nos recuerda que la oración no es solo un acto, sino una forma de vivir en la presencia de Dios.


miércoles, 16 de abril de 2025

PUNTOS FUNDAMENTALES DE LA ESPIRITUALIDAD DE THOMAS MERTON

La espiritualidad de Thomas Merton
es rica y multifacética, marcada por su búsqueda de la verdad, la paz interior y la comunión con Dios. Aquí tienes una visión general:

1. Contemplación y Silencio
Merton, como monje trapense, abrazó la vida contemplativa y el silencio como caminos hacia la unión con Dios. En su obra Semillas de Contemplación, enfatiza que la contemplación no es solo un acto de reflexión, sino una experiencia profunda de la presencia divina. Para Merton, el silencio no era vacío, sino un espacio lleno de significado donde el alma podía escuchar a Dios.

2. Diálogo Interreligioso
Merton fue pionero en el diálogo entre religiones. Se interesó profundamente por el budismo zen, el hinduismo y otras tradiciones espirituales, buscando puntos de encuentro entre ellas y el cristianismo. Su apertura hacia otras religiones no comprometió su fe cristiana, sino que la enriqueció, mostrando cómo la espiritualidad puede tender puentes entre culturas y creencias.

3. Paz y Justicia
Merton también fue un defensor de la paz y los derechos civiles. En sus escritos, como Fe y Violencia, reflexionó sobre la responsabilidad de los cristianos en la construcción de un mundo más justo. Su espiritualidad no se limitó a la vida monástica, sino que se extendió al compromiso con los problemas sociales de su tiempo.

4. Conversión y Autenticidad
La vida de Merton fue un viaje de conversión constante. Desde su juventud marcada por el materialismo y la búsqueda de placeres mundanos, hasta su ingreso en el monasterio de Gethsemani, su espiritualidad evolucionó hacia una autenticidad radical. En su autobiografía La Montaña de los Siete Círculos, narra cómo encontró sentido y propósito en la entrega total a Dios.

5. Comunión con la Creación
Merton tenía una profunda conexión con la naturaleza, viéndola como una manifestación de la gloria de Dios. En sus escritos, a menudo reflexiona sobre cómo la contemplación de la creación puede llevarnos a una mayor comprensión de lo divino.


¿QUÉ PASA CON LA CONVERSIÓN DE LOS BUENOS?

"El genio religioso de la Reforma protestante, según lo veo yo, reside en su lucha con el problema de la justificación en toda su hondura. La gran cuestión cristiana es la conversión del hombre y su restauración a la gracia de Dios en Cristo. Y esa cuestión, en su forma más sencilla, es la de la conversión a Cristo de los malos y de los pecadores. Pero el protestantismo volvió a plantear esa cuestión en su forma más radical: ¿y qué pasa con la conversión, mucho más difícil y problemática, de los piadosos y los buenos? Es relativamente fácil convertir al pecador, pero los buenos muchas veces son del todo inconvertibles, sencillamente porque no ven ninguna necesidad de conversión".

Thomas Merton, Conjeturas...

JUEVES SANTO: ¿DEJAR LA ORDEN?

"El Jueves Santo por la tarde, después de la misa y comunión vespertinas, estaba yo en el jardín del noviciado mirando los cielos grises y los cerros, cuando llegó detrás de mí el postulante colombiano y me dijo en español que sin duda la vista ofrecía inspiración poética, a lo cual asentí de buena gana. Hablamos un poco de climas, terremotos y demás, y de los «terribles despeñaderos» junto a ciertas carreteras de Colombia. (He oído hablar de ellos, por ejemplo, en Caldas. Se asoma uno al cañón y ve los restos de coches y camiones a un par de centenares de metros abajo). 

Luego, un momento después, dijo: «¿Por qué no se va de aquí, padre Merton, a Sudamérica, para empezar una orden monástica completamente nueva, que atraiga más a los hombres de los tiempos modernos?». No le pude decir cuánto me gustaría probarlo, ni qué imposible sería hacer tal intento sin dejar la Orden, y qué imposible me sería intentar dejar la Orden".

Thomas Merton
Conjeturas de un espectador culpable

sábado, 12 de abril de 2025

THOMAS MERTON: DEVOCIÓN A MARÍA

Thomas Merton tenía una profunda devoción hacia la Virgen María, a quien consideraba una figura central en la espiritualidad cristiana. En sus escritos, Merton expresó admiración por María como modelo de humildad, obediencia y fe. Aunque no dedicó extensos tratados exclusivamente a ella, su enfoque sobre María reflejaba su visión de la vida contemplativa y su conexión con la gracia divina.

Merton también veía a María como una madre espiritual para todos los creyentes, destacando su papel en la historia de la salvación y su intercesión constante. Su reflexión sobre María estaba impregnada de un sentido de reverencia y gratitud, reconociendo su importancia en la vida cristiana y en la búsqueda de una relación más profunda con Dios.

La visión de Thomas Merton sobre la Virgen María encaja perfectamente en su espiritualidad contemplativa y su enfoque en la humildad, la gracia y el misterio divino. Para Merton, María era un modelo de aceptación perfecta de la voluntad de Dios, que resonaba profundamente con su propia vida de entrega y búsqueda de unión con lo divino.

En su espiritualidad, Merton enfatizaba la importancia de la interioridad y la contemplación, y veía en María un ejemplo supremo de alguien que vivió en total apertura a la gracia. María no solo era la madre de Cristo en el plano humano, sino también la expresión de una relación íntima y transformadora con Dios. Merton conectaba su papel con el silencio contemplativo, mostrando cómo María estaba completamente alineada con la acción de Dios en su vida, algo que él mismo buscaba en la oración y la meditación.

Además, la intercesión de María era para Merton un reflejo de su amor universal, que atraviesa tiempo y espacio. Para los contemplativos como Merton, ella representaba una guía en la búsqueda de la verdad, el amor y la paz. En su escritura, aunque no habló extensivamente sobre ella, su reverencia por María era constante y profundamente arraigada.

 

viernes, 11 de abril de 2025

LLAMADOS AL DESPERTAR

Algunas máximas espirituales de Pablo de Ors (Biografía de la luz). 

Todos estamos llamados al despertar/El evangelio es la historia de nuestra propia vida: una guía para aprender a ser quienes somos y para tener el coraje de vivir de otra manera/Jesús no fue sólo un profeta, sino un extraordinario poeta que captó como pocos las aspiraciones y oscuridades del corazón humano y que supo expresarlas con admirable belleza”.

“También nosotros seamos o no conscientes, caminamos hacia nuestro Gólgota particular. Siempre nos dirigimos hacia la entrega de lo que somos. Siempre estamos subiendo, de un modo o de otro, a Jerusalén. Estamos optando permanentemente entre avanzar o retroceder, entre vivir caminando hacia la muerte o morir agarrándonos a la vida… Seguir a Jesús supone siempre caminar hacia un calvario”.

No aceptamos nuestra condición de peregrinos. No queremos padecer, morir ni resucitar, lo que significa que no queremos lo que esta vida implica… Desprenderse, entregarse, morir: ese es el plan…no es la lógica del mundo”. Es el camino del discípulo de Cristo.

“Llegar a uno mismo no es más que morir a quienes fuimos. Pocos han presentado la muerte como una fiesta… ¡Alégrate, caminante espiritual, pues vas a morir para nacer a tu verdadero yo!”.

Un templo es un lugar para educarse en el misterio. Por eso se entra en él con respetuoso silencio. Por eso se hacen allí reverencias, genuflexiones y postraciones… Para mostrar con el cuerpo que no pretendemos comprender ni dominar la realidad, sino respetarla”.

“La ley fundamental de todo camino espiritual es la aceptación de que la realidad no está ahí en primera instancia para ser comprendida y manipulada, sino para ser reconocida y agradecida”.

“El templo es el edificio en el que entramos para ser conscientes de que somos templo. El templo es un lugar sagrado porque nos recuerda, debería hacerlo, que somos sagrados. El templo es un cuerpo de piedra que apunta al cuerpo de carne y hueso que es cada ser humano. Si entras en el templo, es para entrar en tu cuerpo, no para quedarte en lo externo”.

El templo es también nuestra conciencia”.

miércoles, 5 de marzo de 2025

COMIENZA EL AYUNO CUARESMAL

“Aun los momentos mas oscuros de la liturgia están llenos de gozo, y el Miércoles de Ceniza, el comienzo del ayuno cuaresmal, es un día de felicidad, una fiesta cristiana. No puede ser de otro modo, ya que forma parte del gran ciclo pascual.

El Misterio Pascual es, sobre todo, el misterio de la vida, en que la Iglesia, celebrando la muerte y resurrección de Cristo, entra en el Reino de la Vida que ha establecido de una vez para todas con Su victoria definitiva sobre el pecado y la muerte. Hemos de recordar el significado original de la Cuaresma, como el ver sacrum, la sagrada primavera de la Iglesia en que los catecúmenos se preparaban para su bautismo, y los penitentes públicos se disponían con sus penitencias para ser devueltos a la vida sacramental en comunión con el resto de la Iglesia. La Cuaresma, pues, no es tanto una época de castigo cuanto de curación. Hay alegría en el saludable ayuno y en la abstinencia del cristiano que come y bebe menos, para que su ánimo este más claro y receptivo para asimilar el sagrado alimento de la palabra de Dios, que la Iglesia entera anuncia y medita en la liturgia de cada día a lo largo de Cuaresma. Toda la vida y la enseñanza de Cristo pasan ante nosotros, y la Cuaresma es una época de especial reflexión y oración, un retiro de cuarenta días en que cada cristiano, en la medida de que sea capaz, trata de seguir a Cristo al desierto mediante la oración y el ayuno”.

(Tomas Merton, Tiempos de Celebración)

viernes, 17 de enero de 2025

VIVIR Y SER LIBRES CON DIOS


“El mensaje de la libertad parte del mismo Jesús. Jesús libera al ser humano para ser lo que es: para ser hijo o hija de Dios. Pero si somos hijos e hijas de Dios, los demás no pueden esclavizarnos, no podemos otorgarle poder sobre nosotros a ningún ser humano. Si le pertenezco a Dios y no al mundo, eso me libera del poder del mundo, del poder de sus expectativas, de sus exigencias. Si pertenezco a Dios y no le pertenezco a ningún ser humano, eso me libera también en mis relaciones con otros seres humanos”.


“No debemos dejarnos determinar por leyes, sino sólo por el Espíritu de Cristo, el cual también siempre es el Espíritu del amor. No debemos dejarnos atribular por los propios cargos de conciencia, pues a menudo provienen de una educación medrosa y estrecha. El cristiano es libre. El mundo ya no tiene poder sobre él. No debe preguntarse constantemente si será sancionado cuando hace algo que está en contra de las normas de sus padres o de sus normas interiores. Sin embargo, no debe hacer de su libertad una ideología. La verdadera libertad consiste en que puedo distanciarme también de ella”.


“En mi relación personal con Dios soy totalmente libre. Allí nadie tiene nada que decir. Y al mismo tiempo experimento, en esa relación personal con Dios, la verdadera libertad. Puedo transitar mi propio camino interno en una comunidad que no tiene ninguna comprensión por mí, que con todas sus fuerzas desea acorralarme. Algunas personas se resignan o se amargan ante situaciones de incomprensión, se aíslan, y esto no hace bien a la vida espiritual. La espiritualidad siempre es un camino hacia la libertad; por eso debo medir cuánta libertad externa puedo lograr: dónde vale la pena comprometerme con lograr una comunidad más amplia y libre, y donde sólo queda el camino a una libertad interior, no importa cuánto luche”.


“Si sólo nos sentimos vitales cuando otra persona está cerca, eso atenta en contra de nuestra dignidad”.

“La libertad no se deja conquistar con una simple decisión. Se encuentra más bien al final de un largo proceso”.

“La libertad para el evangelio de Juan es esencialmente amor”.

“Queremos ser como Dios y vigilamos temerosamente aferrándonos a nuestra grandeza. Pero quien experimenta a Dios en sí mismo no necesita atarse a sí mismo. Es libre de bajar la cabeza. Pues sabe que Dios está en él, también en la bajeza. Quien se aferra empedernidamente a sí mismo, no se encuentra en sí y no ha experimentado realmente a Dios”.

“Porque Dios vive en nosotros, porque nos acepta y nos ama infinitamente, no debemos temer si alguien tiene un concepto negativo de nosotros. Necesitamos dedicar tiempo para meditar intensamente la realidad del amor de Dios que vive en nosotros, hasta que la realidad de Dios sea más fuerte que los pensamientos que tenemos sobre nosotros mismos y sobre los demás, hasta que el Espíritu de Dios nos penetre más que el espíritu del miedo y de la preocupación”.

“Para Pablo, Cristo es quien me libera de presiones internas y externas. Y estamos hoy tan dominados por tales presiones como en los tiempos de Pablo. Por un lado nos domina la presión de tener que mostrarle algo a Dios, de tener que hacer algo ante sus ojos. Esta presión está profundamente arraigada en nuestro corazón. Consciente o inconscientemente, de algún modo creemos, que debemos ganarnos nuestro derecho de existir, que debemos hacer algo tanto ante Dios para poder existir ante Él, como ante otros seres humanos para que nos quieran. Puede ser que la presión del perfeccionismo nos lleve a evitar todo error. Percibo, en la dirección espiritual, la tiranía que puede ejercer semejante perfeccionismo. Las personas se ven obligadas a sobre exigirse constantemente, porque temen cometer errores. Y cuando cometen un error, ya no valen nada, toda su estructura de vida se derrumba. Intentan controlar todo el tiempo su comportamiento, sus emociones y sus palabras, pero cuanto más lo intentan, más escapa la vida de sus manos. Tienen la idea fija de evitar todo error, y entonces caen de fracaso en fracaso. Por mucho que se esfuercen, no podrán escaparse de la presión. El intento de tener toda mi vida bajo control sólo puede conducirnos a la frustración, al desespero y al fracaso”.


“Cuando le presento a Dios mis manos vacías, me siento totalmente libre, libre de toda ambición de querer mejorarme, libre de todos los reproches que me hago a mí mismo, libre de toda presión a la que yo mismo me someto. En ese momento, percibo algo de la libertad de quienes se llaman a sí mismos hijos e hijas de Dios; de la libertad que supone poder estar como hijos en la casa de Dios, que me acepta tal y como soy. Siento que a pesar de todos los errores y todas las debilidades, en el fondo, todo es bueno, porque estoy en las buenas manos de Dios que dan la forma a la imagen de Dios en mí, tanto por la lucha y la derrota como por los logros y los fracasos”.

“La libertad no es un trabajo que yo puedo realizar, sino la expresión de lo que yo vivo, tal como puedo y según mis limitaciones y, al mismo tiempo, según mis capacidades y mis fuerzas”.

“La verdadera libertad consiste en amar desinteresadamente. Pero muchas veces, en nombre del amor, se somete la libertad y se ejerce poder. Si, por ejemplo, un sacerdote en una reunión parroquial alega ante cualquier conflicto que debemos amarnos unos a otros, ésta es una forma sutil de ejercer poder. No permite que aflore el conflicto, reprime toda oposición. Les trasmite un sentimiento de culpa a quienes quieren discutir entre sí con total sinceridad. A veces se confunde el amor con unidad forzada, pero si el amor no está marcado por la libertad no es el amor del que Jesús nos habló y que nos predicó con su ejemplo. El amor que Cristo nos predica no es el amor de esclavos, sino el de hermanos y hermanas libres, es el amor que nace de la libertad y hacia ella nos lleva”.

“La libertad es una premisa esencial para el trato entre las personas. Si permitimos que otros tengan poder sobre nosotros y dependemos de ellos, no somos libres. La libertad tampoco significa que nos distanciemos totalmente de los demás. El arte consistiría, más bien, en que podamos entregarnos al conflicto y sentirnos, al mismo tiempo, libres de él. Permitimos el conflicto. Estamos por encima del conflicto. Esta es la verdadera libertad”.

“La dependencia perjudica nuestra dignidad... Sólo la libertad interior responde a nuestra dignidad... Sólo quien es libre puede comprometerse”.

Anselm Grün
(Ideas tomadas de "Con el corazón y todos los sentidos")

miércoles, 8 de enero de 2025

UN DIOS QUE NECESITA NUESTRA AYUDA


Estoy leyendo MAESTROS DE LA FELICIDAD, de Rafael Narbona; lo recomiendo, aunque pienso que sus opiniones sobre la Iglesia no son siempre justas, incluso manifiestan cierta ignorancia. Pero su libro es excelente, disfruto mucho con la filosofía y su obra es amena, inteligente, abre puertas. Pues, de ese libro, les comparto un fragmento, que me resultó motivador; es de un diálogo entre el autor y un sacerdote amigo: 

"Nunca olvidaré al niño que murió en mis brazos. Le habían pegado un machetazo en la cabeza. Yo le acariciaba, intentando tranquilizarlo mientras un médico lo curaba, pero fue inútil. Al cabo de media hora, dejó de respirar. Los dos nos echamos a llorar y yo sentí deseos de maldecir a Dios. Esa noche no dormí, pero comprendí que Etty Hillesum tenía razón cuando en vísperas de ser deportada a Auschwitz escribió que Dios necesita nuestra ayuda. 

—¿Qué quieres decir? —pregunté.

 —Que Dios no lo puede todo, que no es omnipotente. Nuestra imagen de Dios se corresponde con la de un déspota oriental, pero no es un rey, sino un padre y los padres no pueden resolver todos los problemas. Es lo primero que aprendemos al madurar. Sin embargo, la humanidad se resiste a madurar. Su visión de Dios es infantil e irracional. Dios no es el mago de Oz. Dios es muy humano. Fíjate en Jesús: llora, se irrita, tiembla de miedo, pierde la esperanza en la cruz. Esas reacciones nos dicen claramente que Dios es frágil, que su poder no está por encima de la naturaleza y la historia.

 —Un Dios así no sirve de mucho. 

—No es cierto. Piensa en su poder de inspiración. Proporcionó la fuerza necesaria a Martin Luther King, Óscar Romero y Simone Weil para luchar contra las injusticias de su tiempo. ¿Te parece poco? Los buenos padres nos dejan su ejemplo. Nos sirven de modelo y guía. Pedirles más es un gesto de ingratitud".

No tienes que estar de acuerdo con lo que expresa el autor, pero seguramente hace pensar su reflexión, e invita a buscar a Dios.

miércoles, 1 de enero de 2025

MARÍA: LA VIDA NO PUEDE EQUIVOCARSE

"En la tradición cristiana, María es la mujer del “sí”. Quizás, en una lectura mítica –unida a intereses espurios que nada tienen que con el evangelio ni con la espiritualidad–, tal actitud se presentó como “sumisión” pasiva que anulaba a la persona. Sin embargo, no es nada de eso: se trata, por el contrario, de una actitud sabia que sabe alinearse con el momento presente, porque reconoce su verdadera identidad en la Vida única que todo lo rige. Es a esa Sabiduría mayor a la que la persona dice “sí”. Y no es anulación, porque esa sabiduría –y no el yo o ego– constituye, en lo profundo, nuestra verdadera identidad. Es ella la que dice: que todo sea; amo lo que es. Y es entonces, solo entonces, cuando, paradójicamente, la Vida se manifiesta a través de nosotros de un modo adecuado: todo fluye.

 Ahora bien, para vivir tal actitud sabia y humilde, se requiere silencio interior: silencio de la mente y de todos los movimientos mentales y emocionales. Se requiere aprender a “guardar las cosas en el corazón”, dejar reposar todo, en actitud de paciencia. Todo lo que sucede tiene que suceder: la Vida no puede equivocarse. Lo que ocurre es que nuestra mente no alcanza a entenderlo y automáticamente genera resistencias. Por eso necesitamos aprender a calmar o aquietar la mente: para no vivirnos en el oleaje, sino en el fondo del océano, donde todo es quietud".

Enrique Martínez Lozano
Otro modo de leer el Evangelio