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viernes, 29 de julio de 2011

Desde Matanzas


"Mi tarea espiritual verdadera consiste en dejarme ser amado, plena y completamente y creer que en este amor llegaré al cumplimiento de mi vocación. Sigo intentando llevar mi ser errante, inquieto y ansioso a su hogar para que pueda descansar en el abrazo de su amor".
Henri Nouwen

Luego de días de ausencia en el blog he encontrado una manera de dejar alguna entrada cada cierto tiempo, y lo aprovecho para comunicarme con las amigas y amigos que pasan por acá. Esta será por tanto una entrada algo especial, en la que incluyo diversos temas: les contaré lo que hago ahora, y les compartiré lo que leo, sin que falte tampoco algo de TM.
Desde el día 1 de julio estoy viviendo en la ciudad de Matanzas, Cuba; encontré un alquiler, cerca de una familia amiga, un lugar tranquilo y agradable, con mucha luz y cerca del mar. Quería tener tiempo para reflexionar acerca de mi vida y mi trabajo, y me he tomado un descanso, sin nada que hacer; un verdadero lujo que no probaba desde hace más de 20 años cuando, casi a la fuerza, experimenté algo similar. De aquella vez salieron muchas bendiciones, de modo que confío será otra vez un momento de gracia; cada cierto tiempo se hace necesario hacer una buena revisión de vida en la que nos miremos de frente, más allá de las ilusiones, y demos el salto, ese que es necesario para crecer. Los primeros días dormí mucho, luego empecé a caminar, a sentarme frente al mar, a leer, a ver películas, a escuchar música; los atardeceres son preciosos, llueve con regularidad, y los pensamientos se hacen más claros con el paso de los días. Lecturas de estos días, de literatura en general, tres libros: “Crónica del pájaro que da cuerda al mundo” de Haruki Murakami, “El hombre que amaba a los perros”, de Leonardo Padura, y “A la sombra del mar. Jornadas cubanas con Reinaldo Arenas”, de Juan Abreu. Y luego, los autores de siempre, leídos y releídos una y otra vez, porque tienen jugo suficiente para saciar la sed, y algún descubrimiento, esta vez de la mano de otro Thomas, esta vez de apellido Moore, y el título, “El cuidado del alma. Segunda parte”. . Es increíble como se aclaran las ideas cuando tomamos distancia de la realidad que nos agobia, y yo estoy viendo que lo que intuía en medio de la bruma era lo mejor, lo más coherente, lo que estaba incubando y creciendo dentro de mí. El paso siguiente en mi crecimiento espiritual, que no reniega para nada de lo vivido, pero exige algo nuevo, es un espacio más abierto, donde pueda acceder a otro nivel de experiencia.
Cada atardecer, cerca de las ocho de la noche, salgo a caminar por la orilla de la carretera, frente al mar, y mientras leo algún texto sugerente puedo meditar en mi presente, y repasar con libertad lo que he vivido. Estoy seguro que de esta experiencia saldrá un tiempo mejor, en el que viva con más plenitud, alegría y paz.


RECONOCER EL MISTERIO: “Elías fue un hombre como nosotros. Andrés, Pedro, Santiago y Juan fueron hombres como nosotros. Como ellos, nosotros venimos con nuestras debilidades a Cristo para que Su fortaleza pueda ser glorificada en la transformación de nuestra debilidad. Un día tras otro el hombre exterior se desmorona y derrumba, y el hombre interior, el Hombre Celestial, nace y crece en sabiduría y conocimiento a los ojos de los hombres, que no pueden reconocerlo. Tampoco nosotros podemos reconocernos a nosotros mismos en la imagen que de Él se forma en nosotros, porque todavía no poseemos los ojos adecuados para verle. Sin embargo, sospechamos que Él está presente en el misterio no revelado a los sabios y prudentes. Sentimos sus ojos sobre nosotros cuando nos sentamos bajo la higuera y en ese momento nuestras almas se abren a la vida al toque de Su dedo oculto. Este destello de fuego es nuestra soledad, que sin embargo nos une a todos nuestros hermanos. Es el fuego que ha avivado al Cuerpo Místico desde Pentecostés de manera que cada cristiano es, al mismo tiempo, un ermitaño y la Iglesia en su conjunto, y todos nosotros somos miembros los unos de los otros. A nosotros nos toca reconocer el misterio de que tu corazón es mi ermita y de que el único camino de que dispongo para adentrarme en el desierto es cargando con tus tribulaciones y dejándote a ti las mías”. (29 de noviembre de 1951)
Thomas Merton


VACÍO, MISTERIO Y TRANSFORMACIÓN:
Tres presupuestos importantes para adentrarse en la vida del espíritu, según Thomas Moore:
1. VACÍO: penetrar en la esfera de lo espiritual y lo santo, el recinto de lo sagrado, requiere una mente y un corazón profundamente abiertos; debemos ser conscientes de nuestra ignorancia, estar dispuestos a renunciar a nuestras ideas preconcebidas y escuchar y obedecer las señales (Evitar: Adhesión ciega, entusiasmo desmedido, mala elección de líderes y creencias). Importante cultivar el vacío en nuestra vida; la religión celebra los espacios vacíos y los convierte en un modelo y un ideal. Debemos hallar el lugar vacío, el orificio en el entramado de significado y cultura a través del cual pueda penetrar lo infinito y misterioso. Si un acto religioso o espiritual carece de este vacío, se llena de sí mismo y se convierte, contrariamente a lo que pretendíamos, en un edificio defensivo contra el poder purificador del misterio. Hasta una mínima porción de vacío contribuye a potenciar nuestra vida espiritual. En fin, que lo importante no es lo que sabemos, sino lo que no sabemos.
2. MISTERIO: El misterio es la auténtica sustancia de la vida espiritual y religiosa. Creer es una palabra de amor, no de pensamiento; debemos reimaginar constantemente nuestro patrimonio religioso. La falta de fe es tan importante como la fe; la fe empieza por una confianza elemental. La fe no consiste en asegurarse uno mismo que todo saldrá bien, sino en confiar en que los misterios que nos envuelven tienen un significado. La fe significa confiar en una forma de pensar y de vivir que tal vez no sea aceptada universalmente ni sea verificable desde un punto de vista intelectual. La fe es vacía, es una confianza firme en el yo y en la vida, por más que las circunstancias indiquen lo contrario.
3. TRANSFORMACIÓN: La apreciación del vacío y del misterio facilita un mayor movimiento hacia el espíritu, un movimiento hacia adentro, hacia abajo y hacia lo profundo. Un proceso natural de transformación, que generalmente empieza con las experiencias más mundanas y difíciles y acaba mostrando el oro que se halla oculto entre ellas.

Ideas para reflexionar:
1. Hay que pasar por la vida de puntillas en lugar de pisando fuerte, ser más hueco que sólido, confiar más y creer menos.
2. A veces se observan mejor las normas y las enseñanzas cuando se las ignora.
3. Un creyente es una persona capaz de permanecer leal a la vida pase lo que pase.
4. Las personas con una profunda espiritualidad poseen una moral refinada, pero en algunas cuestiones dan la impresión de ser inmorales.

(Ideas tomadas del libro “El cuidado del alma. Segunda parte”, de Thomas Moore)

7 comentarios:

Anónimo dijo...

gracias manuel! me alegra no haberme despedido, y me alegra especialmente esta entrada...me hizo realmente muy bien leer esto.
Algo de lo que compartis me hace "eco", no solo tratando de comprender lo tuyo, o de leerte desde lo tuyo...curiosamente, misteriosamente, algo me dice a mi en lo mas profundo. Asi que gracias! te deseo un tiempo fecundo. Abrazo!

Inés García, aci dijo...

"TRANSFORMACIÓN: La apreciación del vacío y del misterio facilita un mayor movimiento hacia el espíritu, un movimiento hacia adentro, hacia abajo y hacia lo profundo. Un proceso natural de transformación, que generalmente empieza con las experiencias más mundanas y difíciles y acaba mostrando el oro que se halla oculto entre ellas".Tomas Moore.

Lo bueno de caminar en iglesia, en momentos de crisis personales, comunitarias, sociales, la crisis que sea: es que la transformación no es dada para cada uno por separado sino que como indica TM: "cada cristiano es, al mismo tiempo, un ermitaño y la Iglesia en su conjunto, y todos nosotros somos miembros los unos de los otros".

Por eso en el Corazón de Cristo, que es Amor, aprendemos la pobreza y la humildad( que es movernos hacia adentro, hacia abajo y hacia lo profundo, porque sino no podríamos soportar tal transformación)"En El somos, nos movemos y existimos", san Pablo nos lo explica...y es Palabra de Dios.

La Iglesia, Madre y Maestra, nos está guiando en este movimiento de transformación aunque no nos parezca para nada cierto, la transformación a raíz de la conversión del corazón da sentido a nuestras vidas.

Gracias padre Manuel por el blog y buen tiempo de descanso y reflexión,

ines, aci

Delia dijo...

Gracias por compartirnos estas etapas de tu evolución espiritual, son un aporte que se aprecia. No conocía a Tomas Moore, estas reflexiones suyas me han impactado; el artículo de Merton sobre Cuba y lo que puedas dar a conocer de tu propia experiencia en ese lugar será muy valioso, una mirada diferente sobre un país del que generalmente sólo nos llegan las opiniones sobre política (a favor o en contra) o sus bellezas turísticas, pero del alma de su pueblo poco se conoce, así que bien podrías orientarnos por hacia ese aspecto.
Gracias y un abrazo.

San dijo...

Qué bueno leerte de nuevo, y
me alegra mucho que hayas podido tomar este periodo de descanso y reflexión, Manuel. Para todos es necesario, de vez en cuando, hacer un “corte” en nuestras rutinas y exterioridades, y cultivar nuestra alma. Y por tus palabras, reflejo de lo que estás viviendo y experimentando, se deduce que este tiempo está siendo para ti un tiempo de Vida, que no es otra cosa que la posibilidad de nacer a cada instante. Ojalá que en la belleza de cada atardecer descubras que el Amor sale a tu encuentro, para ser tu cobijo y resguardo, y que experimentes que tu vida es fruto precioso de ese Amor, que eres vida que madura y se abre lentamente, en la alegría y en la paz.
Un éxito editorial el de este libro de Thomas Moore que nos compartes. Ideas muy sugerentes y valiosas las que se sacan de su lectura. No sólo por lo que dice, sino sobre todo por lo que nos induce a decirnos.
Tus apuntes son estupendos, Manuel. Gracias.

Anónimo dijo...

Hola, tanto tiempo!

Entiendo por tu planteo por donde andás caminando. Y pienso que has de tenerte mucha paciencia. Yo la tengo conmigo. Mucha esperanza también.

De todos modos, me animo a escribirte esta vez, para alertarte acerca de los autores que siguen la línea de pensamiento de Jung, tal es el caso de Thomas Moore. Jung terminó fundando una secta que incluía al demonio como cuarto integrante de la Santísima Trinidad. Me han defendido de ésto, en primer lugar la Dra. Zelmira Seligmann, experta en psicología y Gracia y un librito del Padre Horacio Bojorge sj. “La casa en la roca”.

Ya sabemos la poca seriedad que le otorgaba Tomás Merton a los psicoanalistas.

Mi vocación femenina me llama a afinar el oído, para sólo oir la voz de mi pastor. No sea que esté escuchando “la voz del otro”. Ese otro que no es El.

No puedo seguir tus pasos. Y es ciertamente muy delicado tu planteo, por otra parte no temo confrontarte, porque esbozas más recursos de los que tengo. Así que es muy probable que me este desubicando fiero. Desde ya te pido me perdones.

Cecilia Lettieri.

Anónimo dijo...

Manuel, caminante,
te hablo con palabras ajenas, pero mejores. Son de poetas.
Primero las de Antonio Machado,obviamente,imprescindibles.

Caminante, son tus huellas
el camino, y nada mas.
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino
y al volver la visa atrás,
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante, no hay camino
sino estelas en la mar.
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Han roto mis sandalias
las piedras del camino,
detente, me repiten,
viene el anochecer,
y sordo a todas voces soy loco peregrino
que enfermo va gritando
creer, creer,¡creer!

(Dante Gabriel Ramírez)
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Camina, caminante,
sigue,
camina y no te pare,*
sigue..
Sigue y no te pare,*
Sigue...
(Nicolás Guillén)
(*si,como dice Sabina, falta la "s",¿pasa algo?. Así hablamos muchísimos cubanos)

Manuel,caminante,te repito lo que se dicen, desde hace siglos, los peregrinos que se cruzan en el camino de Santiago: ¡Buen camino!
Un abrazo,y mucha luz, cerca del mar, junto a los preciosos atardeceres.
Un abrazo,
Sol

Manuel dijo...

Creo que no debemos tener miedo a confrontar nuestra fe con otras ideas; la purifican y la enriquecen. Jung tiene muy buenas ideas, recientemente las estudié en la Universidad, mientras hacía la licenciatura en teología espiritual. Thomas Moore comparte en sus libros lo que él ha vivido, y hay mucha riqueza en ellos. Y si bien es cierto que siempre somos comunidad, ello no quita que debamos andar nuestro propio camino. Saludos agradecidos a todos.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.