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sábado, 31 de enero de 2009

La lucha por la lucidez.


"Dios está utilizando todo lo que sucede para llevarme a la soledad. Cada criatura que entra en mi vida, cada instante de mis días está destinado a hacerme sentir la insuficiencia del mundo. Y esto es aplicable a toda cosa creada, incluidos los monasterios e incluidas las gracias sensibles, las luces de la mente, las ideas, en fervor en la voluntad... Todo cuanto toco me cauteriza con una luz y una quemazón sanadora. No puedo aferrarme a nada.

Es inútil turbarse por estas cosas que me hacen daño. El dolor es la señal y la garantía del amor de Dios por mí. Es la promesa de Su profunda y perfecta soledad.

Hoy me parecía estar mucho más seguro de que esta soledad es verdaderamente Su voluntad con respecto a mí y que es verdaderamente Él quien está llamándome al desierto. No necesariamente geográfico, sino a la soledad de Su propio corazón en el que todos los gozos, las luces y las satisfacciones creadas son aniquiladas y consumidas.

Cosas que deberían haberme satisfecho, pero no lo han hecho". (13 de junio de 1947)


"Básico: la lucha por la lucidez, de la que la compasión puede por fin surgir. Entonces eres libre. Es decir, estás perdido: no hay yo que salvar. Simplemente amas. Liberado del deseo de tí mismo, deseand únicamente lucidez para tí y para los demás". (20 de junio de 1966)


Thomas Merton.
Aniversario 94 de su nacimiento.


La Psicología de la religión 1.


1- La Psicología de la religión es una ciencia compleja y difícil de precisar, porque no hay una sóla psicología, sino diversos modos de acercarse a una misma realidad, y cada uno de ellos tiene su modo peculiar de acercarse al hecho religioso. Esto complejiza el campo a investigar, pues su campo u objeto de estudio no queda claro.
William James: Define religión, como “aquello que inspira sentimientos serios, graves y solemnes”; esta definición deja de lado los aspectos sociales e institucionales del hecho religioso. Hoy, se habla más bien de todo cuanto para los hombres “encierra una relación con algo sobrehumano y supramundano”. Corrientes actuales de la Nueva Era y la psicología transpersonal ponen el tema otra vez sobre la mesa. Las fronteras entre lo profano y lo religioso están poco delimitadas.
Erich Fromm: Es el representante de una psicología humanística, en la que toda trascendencia es eliminada al mismo tiempo que se mantiene la pretensión de encuadrarse en el campo de lo religioso.
La dificultad de la experiencia religiosa para ser comprendida y explicada racionalmente guarda también una íntima relación con el carácter totalizador que dicha experiencia posee en relación con el conjunto de la personalidad: globalidad e intensidad energética. Moviliza en todos los niveles: afectivo, cognitivos, éticos y sociales. Probablemente ninguna otra institución cultural sea capaz de implicar al conjunto de la personalidad con la globalidad y la intensidad con que lo hace la experiencia religiosa.
Por eso, el hecho religioso parece exigir un afrontamiento necesariamente multidisciplinar. Tener en cuanta además las implicaciones personales que dificultan la comprensión objetiva del fenómeno. Estudiamos personas, más que ideas.
La psicología, por ello, no se pronuncia nunca, o no debe pronunciarse, sobre el objeto trascendente de la creencia religiosa. Fija tan solo su atención en la variedad de comportamientos a la que esa creencia da lugar.

2- La experiencia religiosa: ¿innata o derivada? La religión es un fenómeno tan universal en espacio y tiempo que obligaría a pensar que el ser humano es religioso por naturaleza, y que, quieras o no, desemboca en la religión o en sucedáneos de ella. Otros consideran a la religión como una dimensión específica de un período del desarrollo humano que estaría llamado a ser superado si es que se pretende alcanzar cierto grado de autonomía y madurez humana.
Frente a estas tendencias opuestas, y tal vez condicionadas, en la actualidad se tiende a considerar la experiencia religiosa como expresión de una “disponibilidad genérica” que puede ser activada o no, dependiendo esencialmente de factores de orden psico-existencial. Es decir tiene un carácter psíquico no específico., puede o no activarse, sin que ello suponga avance o retroceso en el desarrollo y madurez personal.

Algunos elementos fundamentales en la constitución del sujeto humano:
-Puede elaborar de un modo simbólico sus aspiraciones básicas.
- La aspiración más radical que le constituye es la de llegar a ser reconocido por otro.
-La experiencia religiosa podría surgir como un modo particular, aunque no necesario, de elaboración simbólica de la propia dinámica personal.
- Otros sistemas simbólicos diferentes pueden estructurar la posición de un sujeto ante la vida, ante sí mismo y ante los demás.
- Para algunos no existe una necesidad específica de la religión en la persona humana. La persona no nace, sino que se hace religiosa.
- El ser humano no es por naturaleza un ser religioso. La falta de esa dimensión no supone limitación o mutilación de una dimensión esencial de su ser.

Potencial psíquico de la experiencia religiosa: Al mismo tiempo la dimensión religiosa parece contar con más oportunidades que ninguna otra para ahondar sus raíces en los niveles profundos de la personalidad. Las estructuras afectivas humanas se ofrecen como un terreno particularmente fértil para el nacimiento de dioses, demonios y espíritus. Probablemente no existe un objeto mental de magnitud equivalente al de la representación psíquica de Dios. Pocas dimensiones de la existencia poseen tales implicaciones con el mundo del deseo. Lo religioso ha propulsado la búsqueda intelectual, y también ha raquitizado y reprimido el pensamiento. Tiene un enorme potencial liberador, y lo mismo un potencial destructivo. El deseo, en sus múltiples derivaciones, constituye la energía básica de la fe. Aun en nuestro mundo, para muchos secularizado, la religión sigue teniendo un poder nada despreciable, y habrá que contar con ella en el futuro...
(Estos apuntes son un resumen de: “Experiencias religiosas y ciencias humanas”, de Miguel García Baró, Carlos Domínguez Morano, y Pedro Rodríguez Panizo. Madrid, PPC. 2001.

jueves, 29 de enero de 2009

El misterio de la vida.


Siguiendo en la línea de la entrada anterior, volvemos a citar a Nouwen, que abunda en torno al sentido de la imagen de la vida como un "Beber el cáliz". Y apunta: "Si sostenemos firmemente el cáliz de nuestra vida, aceptando todas sus penas y alegrías, también seremos capaces de alzar nuestros cálices en solidaridad humana. Alzar nuestros cálices significa que no nos avergonzamos de lo que vivimos, y este gesto estimula a los demás a reconciliarse con su propia verdad tal como nosotros tratamos de hacerlo. Si alzamos nuestro cáliz y les decimos a los demás: "Brindemos por la vida" o "A tu salud" proclamamos que estamos dispuestos a mirar sinceramente nuestra vida, sin mentirnos. Es así como podemos convertirnos en una comunidad de personas que se animan mutuamente a apurar hasta la última gota el cáliz que hemos recibido, convencidos de que nos conducirá a la verdadera realización". Aquí descubrimos que no estamos sólos en la vida, y que ese aceptar lleva implícito siempren un "nosotros". El cáliz se levanta, sosteniéndolo firmemente en nuestras manos, como sucede cuando celebramos la Eucaristía. Ese tomarlo y sostenerlo trasmite una sensación de confianza y aceptación, que va luego seguida de otra fase importante: beber el cáliz. Apropiarnos de lo que es nuestro, aceptando nuestra vida, y amando cada parte de ella, porque es el amor el que sana, y todos necesitamos ser sanados.

"Beber nuestro cáliz es seguir de forma generosa y valiente las llamadas de Dios y permanecer de buen grado en el camino que Él ha trazado para nosotros. Así es como el cáliz de nuestra vida se convierte en cáliz de salvación. Cuando lo hallamos bebido hasta la última gota, Dios volverá a llenarlo con "agua" para la vida eterna".

Nouwen nos invita a contemplar en silencio el misterio de nuestras vidas.


martes, 27 de enero de 2009

El cáliz de la vida.


"Cuando la madre de Santiago y Juan le pide a Jesús que les reserve a sus hijos un lugar especial en su Reino, aquel responde dirigiéndose a ellos: "¿Podeis beber el cáliz que yo he de beber?" (Mateo 20, 22). "¿Podemos nosotros beber el caliz?", esta es la pregunta más desafiante y radical que podemos hacernos a nosotros mismos. El cáliz es el cáliz de la vida, colmado de tristezas y alegrías. ¿Podemos nosotros sostener el cáliz en nuestras manosy reivindicarlo como nuestro? ¿Podemos levantar nuestro cáliz para brindar por la bienaventuranza de otros, y apurarlo hasta la última gota, como cálises que nos traen la salvación?

Mantener estas preguntas vivas en nosotros es el ejercicio espiritual más exigente que podamos practicar".


"Todos debemos sostener el cáliz de nuestras vidas. Cuando nos hacemos mayores y nos volvemos más plenamente conscientes de las muchas tristezas de la vida (los fracasos personales, los conflictos familiares, las desiluciones en el trabajo y en la vida social y las muchas inquietudes que nos rodean en el ámbito nacional e internacional), todo lo que llevamos dentro y nos rodea conspira para que ignoremos, evitemos, suprimamos o simplemente neguemos esas tristes inquietudes. Nos decimos y oímos que los demás nos dicen: "Mira el lado alegre de la vida y haz lo que puedas para que todo salga bien". Pero si queremos beber el cáliz de nuestra vida, necesitamos sostener en nuestras manos, aceptar plenamente lo que estamos viviendo, en la confianza de que no es evitando sino abrazando los padecimientos cómo encontraremos la auténtica alegría que andamos buscando en medio de nuestras tristezas".


Henri Nouwen. ("Pan para el viaje")

Teoría de la oración.


"¿De dónde, de qué fuentes,

ocultas en medio de nuestro ser,

oh silencios, viniste a manar?

Pero todos nuestrospensamientos se tienden tranquilos,

y en este naufragio aprenderemos la teoría de la oración:

¡Cuántos odian su propia muerte a salvo,

su celda, su submarino!

¡Cuántos odian tu Cruz, tu Llave, la única

que vence la última puerta invencible

que nos sorprenderá, Paz, con Tu invasión

y nos deja entrar

en estas honduras sin sonido en donde moras!".


-Teoría de la oración-, en Thomas Merton. XX Poemas.

(Versión de José María Valverde)

lunes, 26 de enero de 2009

Salmos de cumpleaños.


Seguro que ya he publicado antes alguno de estos textos de Thomas Merton, pero no está de más traerlos de nuevo para actualizar algunas verdades necesarias para nuestra vida, que han de ser actualizadas cada cierto tiempo, como pueden ser pensar en lo que da sentido a nuestra existencia y que ésta es siempre un regalo inigualable que hay que agradecer.


"¿Por qué he estado siempre semiconvencido de que moriría jóven? Puede que sea una especie de supertición, el miedo a admitir una esperanza de vida que, de ser admitida, podría verse frustrada. Pero ahora he vivido un buen tramo de vida y, sea o no importante el hecho, nada puede alterarlo. Es cierto, infalible, aunque también sea solamente una forma de sueño. Si no cumplo los sesenta y cinco, es menos importante. Puedo relajarme. Pero la vida es un don del que estoy contento, y no maldigo el día en que nací. Al contrario, ni no hubiera nacido, no habría tenido amigos a los que amar y por los que ser amado, no habría cometido errores de los que aprender, no habría visto nuevos países, y , en cuanto a lo que puedo haber sufrido, es irrelevante y forma verdaderamente parte del gran bien que la vida ha sido y, espero, seguirá siendo". (31 de enero de 1960; Diarios)


"Nieve, silencio, fuego elocuente, reloj en la mesa. Pesar. Me lavaré (tengo las manos sucias). Cantaré los salmos de mi cumpleaños. No importan los errores y falsas ilusiones que han marcado mi vida, yo creo que la mayor parte de ella ha sido felicidad y, en la medida en que yo puedo decirlo, verdad. Ha habido períodos enteros de insinceridad, especialmente cuando tenía menos de veintiún años y andaba con amigos que no eran de mi tipo. Pero después de mi úlimo año en Columbia, las cosas han marchado bien. Recuerdo muchos días y períodos de tiempo felices e iluminados. Hubo unas cuantas épocas de pesadilla en mi infancia. Pero en Saint Antonin, con mi padre, la vida fue una revelación... Los períodos más profundos y felices de mi vida han sido los vividos en Getsemaníy sus alrededores, y también algunos de los más terribles. Los momentos felices han tenido lugar principalmente en el bosque y el campo, solo, con el cielo y el sol, y aquí en la ermita. Y con los novicios (tardes de trabajo)." (30 de enero de 1965, Diarios)


"Mi vida se mide por mi amor a Dios, y este, a su vez, se mide por mi amor al más pequeño de Sus hijos. Y este amor no es benevolencia abstracta, sino que supone compartir su tribulación". (3 de septiembre de 1941, Diarios)


domingo, 25 de enero de 2009

San Pablo, la Unidad, la Iglesia.


Hoy, 25 de enero, es el cierre del Octavario de Oración por la Unidad de los Cristianos, y coincide siempre, y no por casualidad, con la celebración de la CONVERSIÓN DE SAN PABLO. La figura del apóstol de los gentiles es un punto fuerte de contacto entre las diversas iglesias cristianas, y este año precisamente desde Roma nos invitan a dedicarle especial atención a San Pablo, conocerle más, estudiar sus escritos, aprender de sus enseñanzas. Es una pena que mi tiempo ahora sea tan limitado, pero tengo un pequeño libro en el librero aguardando el momento justo para actualizar un poco mi conocimiento sobre este tema, porque no por gusto algunos han llamado a San Pablo el segundo fundador del Cristianismo. Sus cartas ayudaron a organizar la iglesia naciente, y darle una consistencia doctrinal a los que intentaban vivir el seguimiento de Jesús. Creo que en muchos lugares no se valora suficientemente lo importante de la UNIDAD DE LAS IGLESIAS, y por otra parte ciertos anuncios que llegan desde Roma causan inquietud en muchos cristianos que no ven con claridad ciertas decisiones respecto al sentido en que debe comprenderse la búsqueda de esa unidad. Creo que lo importante y lo que perdura es lo que hace cada uno en su entorno personal, por eso es un don de Dios, del Espíritu, el poder ayudar desde abajo en la construcción de nuevos consensos, de nuevos espacios de encuentro y fraternidad. Nadie es "dueño" de la Iglesia; la Iglesia somos todos, una comunidad fundada en Cristo, en la que coexisten muy diversos ministerios y carismas.

Ahora, durante esta semana, les invito a tener muy presente a Thomas Merton, cuyo natalicio celebramos el próximo día 31 de enero; así van ligadas las fechas de Nouwen y Merton, creo que las dos figuras espirituales que son columnas de este blog. Comenzando un año nos invitan ambos a seguir andando las sendas de la interioridad, la madurez humana y espiritual, y el anuncio de un Dios que es amor infinito y comunión.

En los próximos días, además, seguiremos tocando el tema de la Psicología y su relación con la experiencia religiosa y la espiritualidad.

¡Qué tengan todos un buen domingo!

viernes, 23 de enero de 2009

Gracias, Henri.


Un día como hoy, 24 de enero, del año 1932, nacía en Nijkerk (Holanda) Henri Nouwen. Él es hoy uno de nuestros maestros en el camino de Jesús. Desde el primer momento su testimonio nos conmovió y nos tocó el corazón, porque encarnaba ese modo humanísimo de ser cristiano que vemos como "ideal". Sus libros son un precioso estímulo para muchos que buscan la libertad interior, y que lo hacen en medio de luchas y trabajos. Esta mañana bien temprano le hemos recordado en la Eucaristía, y nos hemos sentido en comunión con él, y durante toda esta jornada daremos gracias a Dios por el regalo que nos hizo en Henri Nouwen.


" A veces percibí en Henri el corazón herido y la angustia de Cristo. Porque Dios no es un Dios seguro en las alturas desde donde dice a todo el mundo lo que debe hacer, sino un Dios angustiado y anhelante de amor; un Dios incomprendido, un Dios al que las personas hemos puesto etiquetas. Nuestro Dios es un amante, un amante herido. Ése es el misterio de Cristo, el amante herido. Y esté donde esté, eso es Henri, un amante herido que anhela ser amado y anunciar amor". (Jean Vanier)


Nouwen tenía una comprensión muy ecuménica de la celebración eucarística, y tuvo la oportunidad de vivir trabajar en ambientes no católicos en los que fue labrandose una visión mucho más amplia de Iglesia.


Así comentaba Peter Naus acerca del éxito de los lbros de Nouwen:


"Casi todos los libros de Henri parten de la experiencia humana, a la que da un sentido espiritual. Su concepto nuclear, el de sanador herido, es un concepto espiritual muy profundo, pero es un concepto psicológico igualmente profundo dentro de la tradición fenomenológica, no de la conductista. El poder de los escritos de Henri radica en que las personas reconocen en ellos sus propias experiencias. Él diría que si la gente no puede conectar su experiencia con lo que estás tú diciendo, lo mejor es que te dediques a otra cosa.

Henri encontró un modo de conectar el enfoque psicológico con el trascendental... y siempre decía claramente que no se puede hablar de una espiritualidad que no encarne, por así decirlo, las experiencias humanas, y él encontró su propia solución para unir ambos niveles".


En este día, pedir a todos una oración por Henri Nouwen, y a él decirle, desde la comunión que tenemos en Cristo: ¡GRACIAS!.

Bases para el diálogo: H.Nouwen, sobre T.Merton.


"Una de las reflexiones más profundas de Merton, que aparece en su libro Gandhi y la no violencia, es que el espíritu de la verdad es el espíritu de la no violencia. El espíritu de la verdad nos revela que nuestra actual situación no es definitiva, sino que lleva dentro de sí la posibilidad de la conversión al bien.Merton escribió:


"Por lo tanto, la no violencia implica una clase de valor muy diferente al de la violencia. En el uso de la fuerza, uno simplifica la situación al asumir que el mal que se derrota es conciso, definido e irreversible. De ese modo, sólo queda algo por hacer: eliminarlo. Cualquier diálogo con el pecador, cualquier pregunta acerca de la irreversibilidad de su acto, sólo significan falla y fracazo. El fracazo al eliminar el mal es una derrota en sí misma... La más grande tiranía se basa, por lo tanto, en el postulado de que no debe existir ningún pecado". (T.Merton)


Aquí Merton toca el núcleo de la no violencia. Esta se levanta o cae de acuerdo con la visión del mal. Si el mal se ve como un tumor irreversible, claramente visible y demarcado, entonces sólo hay una posibilidad: extirparlo. Pero si el mal es reversible y puede transformarse en bien a través del perdón, entonces la no violencia es una posibilidad. Ya que Merton experimentó en su propia vida que el perdón es posible en Cristo, la no violencia se convierte no sólo en una posibilidad sino en un requisito para ser cristiano".


Henri Nouwen.

Thomas Merton: Crítico contemplativo.

miércoles, 21 de enero de 2009

Tiempo.


"Meridianos, relojes, tiempo constante y sonante,

indiferente y soberbio carcoma de cercanías,

renovador de soledades, duende voráz

que nos engulle célula por célula,

puente para deambulantes,

los apiña en el recodo de cualquier otro camino,

les cita, les dispersa a los cuatro vientos.


Publicano cruel, aritmético y gélido.

Yo mientras tanto oculto mi tiempo,

el nuestro, le tengo domado

en la tenue red del amor.

Mi tiempo es quieto redil, ignorante de sí,

inocente y culpable, tiempo atemporal,

mi meridiano íntimo, reloj de los recuerdos,

latido y tic-tac.


Canto susurrante de incurable eternidad

mientras seamos...".


Ray Morell.

martes, 20 de enero de 2009

Acerca de Karl Barth.


En la entrada anterior aparece un texto de Thomas Merton que hace referencia a un sueño de Karl Barth. No todos han de saber necesariamente quién era, aunque ya hemos compartido acá algún texto suyo. Digamos por eso algunas ideas a partir de lo que aparece en el “Diccionario de Mística”, de la editorial San Pablo. Karl Barth fue uno de los grandes teólogos del siglo XX. Con su pensamiento teológico destaca fundamentalmente en tres aspectos:
1- La excepcional recuperación del Verbum Domini, “desencadenando” la Palabra, que estaba prisionera de la teología liberal de sus maestros.
2- El “recentramiento” cristológico de la teología, también para liberar al verdadero Dios, el Dios Bíblico, por definición el “Totalmente Otro”, de las trabas religiosas, existenciales y pietistas.
3- El compromiso en la acción política, en sentido elevado y distinto, y particularmente (aunque no sólo) del lado de la “Iglesia confesora” alemana, anulando la extendida dicotomía entre Iglesia y mundo (Los dos reinos).
Todo lo anterior fue expresado en un sentido majestuoso, con frecuencia bello, e incluso poético, a menudo polémico, pero con humor. Y más aun, con una especie de alma “mística”, frecuentemente desatendida, y que quizá el mismo Barth negaría. No obstante otros teólogos y cristianos de su tiempo lo definieron como un místico. Esa “huella” mística está presente en sus escritos, que evidencian su fuerte experiencia de Dios, y avalan su propia conducta profética frente a diversas formas de idolatría y su compromiso, que fue también político.
Tuvo que enfrentar al nazismo, que le privó de su cátedra; enseñó en Basilea hasta 1962. Escribió muchísimo, y estuvo comprometido con el movimiento ecuménico; fue enviado como observador de su comunidad eclesial al Concilio Vaticano II, y se encontró con Pablo VI. Murió el 10 de diciembre de 1968, a los 82 años (el mismo día que murió Thomas Merton). Hans Küng, en el discurso conmemorativo pronunciado en la Catedral de Basilea, lo definió como “Doctor utriusque theologiae”, es decir, doctor de teología protestante y católica. Lector incansable, Thomas Merton conoció la obra de Karl Barth, la leyó, y la comenta en varios pasajes de “Conjeturas de un espectador culpable".

lunes, 19 de enero de 2009

El sueño de Karl Barth.

"Karl Barth tuvo un sueño sobre Mozart.
A Barth siempre le había picado el catolicismo de Mozart y su rechazo del protestantismo. Pues Mozart decía que "El protestantismo estaba todo en la cabeza" y que "Los protestantes no sabían lo que quería decir agnus dei qui tollis peccata mundi".
Barth, en su sueño, era designado para examinar de teología a Mozart. Quería hacerle un examen todo lo favorable que pudiera, y en sus preguntas aludió señaladamente a las misas de Mozart.
Pero Mozart no respondió ni palabra.
Me conmovió profundamente el relato de Barth sobre su sueño y casi estuve a punto de escribirle una carta sobre él. El sueño se refiere a su salvación, y quizá Barth se esfuerza en admitir que se salvará más por el Mozart que hay en él mismo que por su teología.
Todos los días, durante años, Barth ha tocado música de Mozart por la mañana antes de ponerse a trabajar en su dogmática: quizá tratando inconscientemente de despertar el oculto Mozart sapiencial que hay en él mismo, la sabiduría central que se armoniza con la música divina y cósmica y que se salva por la vida, más aun, por el eros. Mientras, el otro yo, el teologíco, al parecer más interesado por el amor, capta un ágape más severo y cerebral: un amor que, después de todo, no está en su corazón sino sólo en Dios y se revela sólo a nuestra cabeza.
Barth dice, también significativamente, que "es un niño, y hasta un niño divino quien nos habla en la música de Mozart". Algunos, dice, consideraban a Mozart un niño en cuestiones prácticas (pero Burckhardt "se opuso seriamente" a este modo de ver). Al mismo tiempo, a Mozart, niño prodigio, "nunca le dejaron ser el niño en el sentido literal de la palabra". A los seis años dio su primer concierto.
Sin embargo, siempre fue un niño "en el sentido más alto de la palabra". ¡No temas, Karl Barth! Confía en la misericordia divina. Aunque has crecido y has llegado a ser teólogo, Cristo sigue siendo un niño en tí. Tus libros (y los míos) importan menos de lo que creemos. Hay en nosotros un Mozart que será nuestra salvación".
Thomas Merton.
Conjeturas de un espectador culpable.

domingo, 18 de enero de 2009

Orar por la unidad de los cristianos.

Hoy, día 18 de enero, comienza el "Octavario de oración por la unidad de los cristianos", que se extiende hasta el día 25, commemoración de la Conversión de San Pablo. En mi vida de fe he tenido siempre una vinculación con personas y grupos ecuménicos, y quiero dejar constancia acá de mi sintonía durante estas jornadas con todos aquellos que trabajan y oran por este propósito.
Ya la entrada anterior hacía referencia a las relaciones entre cristianos de diversas denominaciones, y trataré de compartirles algún otro texto sobre esto.
Siempre he tenido claro, además, que la unidad se hace en el día a día, desde abajo, por eso me precio de tener excelentes amigos de diferentes Iglesias, y de haber compartido con ellos la oración, las celebraciones y la vida.

sábado, 17 de enero de 2009

Vivir con esperanza.


"El optimismo y la esperanza son dos actitudes radicalmente opuestas. El optimismo es la espectativa de que las cosas-el tiempo, las relaciones humanas, la economía, la situación política- mejorarán. La esperanza es confiar que Dios cumplirá sus promesas para con nosotros y que, al hacerlo nos llevará a la verdadera libertad. El optimismo nos habla de cambios concretos en el futuro. La persona con esperanza vive el momento con la conciencia y la confianza de que todo en la vida está en buenas manos.

Todos los grandes guías espirituales de la historia han sido personas con esperanza. Abraham, Moisés, Ruth, María, Rumi, Gandhi, Dorothy Day. Todos vivieron con una promesa en sus corazones que les guió hacia el futuro sin necesidad de saber exactamente cómo sería. Vivamos con esperanza".

Henri Nouwen.


Es cierto que a veces es difícil ser optimista, pero aun en esos momentos, podemos tener esperanza.

jueves, 15 de enero de 2009

Diálogo y apertura.


José Martí es el "heroe nacional" de Cuba. Además de su vida política, fue un notable intelectual, escritor y poeta. Su obra es muy amplia, y los cubanos acostumbramos a bromear diciendo que Martí escribió de todo, sobre todo, y que puede ser citado desde cualquier campo de las ciencias o las letras. Y digo esto porque me acordé de ello mientras leía un pasaje de Merton, que por lo que dice, parece haber sido escrito ayer mismo, y en referencia a las polémicas sobre secularización y secularismo, y la presencia de valores cristianos en la sociedad actual, y más allá al DIÁLOGO como un elemento esencial de nuestra fe cristiana, que en ocasiones hemos aparcado e ignorado, atribuyéndole incluso visos de heterodoxia. También parece que Merton fue un hombre de amplísima cultura y larga visión a la hora de observar su mundo y comentar sobre él, y nosotros no podemos más que alegrarnos por ello.


Dice Merton, en "Conjeturas de un espectador culpable", página 201:

"El Padre Tavard, tomando una posición diferente de la de C. Dawson, dice en un artículo: "La cultura cristiana es hoy un problema más que un hecho". Dicho de otro modo, cuando la "cristiandad" esté muerta, ¿podemos garantizar que sobrevivirá la cultura cristiana?". La Cristiandad no es la Iglesia, claro. La Iglesia está ahora en un mundo que culturalmente es post-cristiano (Teologicamente no se puede hablar realmente de una época "post cristiana". La "época cristiana" es el tiempo del fin, la última época. Sin embargo, eso no significa que la "época cristiana" tenga que continuar por fuerza en forma de cultura cristiana.)

La idea de Tavard es que, volviéndonos hacia el mundo y trabajando con los que no son explícitamente cristianos, quizás, en nuestra convergencia con ellos, podamos producir una resurrección de valores básicamente cristianos en la cultura secular. El cristianismo puede abrazar al mundo entero sin miedo precisamente porque es mayor que el mundo".


Merton habla entonces de Juan XXIII, artífice el Concilio Vaticano II, de su estilo, bondadoso y simple, que permitió una comprensión diferente del diálogo entre cristianos y no cristianos. Habla además de algunos que: "invitan a una franca secularización del cristianismo por razón de que los valores cristianos han persistido en el medio secular y no tienen por qué tener necesariamente una orientación explicitamente religiosa".


De lo que trata básicamente el pasaje en cuestión es de la posibilidad y la necesidad del diálogo como algo que pertenece a la esencia misma de nuestro ser cristiano.


"Lo vemos en todos los puntos del Nuevo Testamento. Los que estaban abiertos a Cristo y a los Apóstoles recibieron la verdad. Los que rehusaron al diálogo, o que lo entablaron sólo por cuestiones políticas, con reservas pragmáticas y sutilezas tácticas, acabaron crucificando a Cristo y matando a los Apóstoles".


Aquí se habla del "principio socrático" que está presente en el espíritu de Occidente, y que forma parte, a pesar de todo, de la civilización cristiana. Es un espíritu de diálogo y de apertura. Esto significa, respecto al diálogo, estar dispuestos no sólo a discutir con el otro, que es diferente, "sino estar dispuestos a encontrarnos con nuestro adversario como igual y como hermano. En el momento en que se hace así, deja de ser un adversario".

Y termina diciendo:


"Algunos parecen temer que en tales encuentros, reuniéndose con el adversario en su propio terreno, dejamos la protección de la Iglesia y de la verdad católica. Olvidan que si nos reunimos con el no cristiano como hermano, nos encontramos con él en un terreno que es cristiano. Si tememos encontrarnos con él en el terreno que en realidad es nuestro, ¿no es quizá porque nosotros mismos no somos suficientemente cristianos?"

martes, 13 de enero de 2009

Libros.

Un nuevo libro de Sal Terrae, que lleva por título "Célibes y libres para amar. Sabiduría práctica", escrito por William Skudlarek, incluye un capítulo completo sobre Thomas Merton, y un episodio que este vivió casi al final de su vida; me refiero, y se refiere el libro en cuestión, a la relación de Thomas Merton con una enfermera mucho más jóven que él, llamada Margie. Es un episodio ciertamente polémico y difícil de digerir para muchos, mientras que para otros no es más que la confirmación de la profunda humanidad y fragilidad de un hombre de Dios.
En este libro se hacen pocos juicios de valor; se describe más bien la evolución del asunto, y se toma como un ejemplo dentro de la dinámica de toda la obra, pero siempre resulta de interés conocer un acercamiento más sobre un momento de la vida o la obra de Merton. Los interesados pueden comprar el libro en cualquier librería católica, su precio es de 11 euros.

lunes, 12 de enero de 2009

Psicología y espiritualidad, 5.


Aquí estamos de regreso, gracias a Dios se arregló el desperfecto antes de lo esperado.

Continúo con la quinta y última entrega dedicada a la psicología y la espiritualidad en dos autores contemporáneos.


“El sanador herido” es uno de los libros más conocidos e importantes de Nouwen, que define en gran medida su propio ministerio en la Iglesia. El ministro ordenado, situado en el centro de la comunidad cristiana, está llamado a reconocer los sufrimientos de su tiempo en su propio corazón y hacer de ese conocimiento el punto de partida de su propio servicio. Reconocer sus propias heridas y desarrollar su ministerio a partir de ellas no resquebraja la autoridad del ministro y hace su servicio más auténtico.
Henri Nouwen estuvo dos años, entre 1964 y 1966, en la Clínica Menninger, luego de haber pedido a su obispo, recién ordenado, estudiar psicología. Estuvo en Nimega primero, y de ahí fue a Estados Unidos, Kansas, donde pudo estudiar las raíces freudianas de la psicología y sus derivados modernos, desde Karen Horney hasta Gordon Allport, profundizando además en el vínculo entre psicología y religión. Sus intereses eran más pastorales que académicos desde el principio, y Nouwen supo ir integrando la psicología al discurso teológico, hasta desarrollar una espiritualidad cristiana de claro talante humanista, que parte del conocimiento profundo de la persona, y que le convirtió en un poderoso comunicador. Pero al mismo tiempo que escribía y enseñaba, Henri vivía sus propios conflictos interiores y sus propias luchas en relación con su personalidad. Su proceso de enseñanza, asesoramiento y escritura, que hizo tanto bien a otras personas, era al mismo tiempo su propio camino de sanación e integración. “Él creía que Cristo ofrece continuamente un canal creativo de curación, una fuente de energía en la lucha por dar a luz, con el poder del Espíritu, un mundo marcado por la justicia y el amor”.
Nouwen parte del modelo de Cristo, que hizo de su cuerpo clavado en la cruz el medio de liberación de la humanidad, la puerta de una nueva vida. Así, proclama que los pastores en su vocación están llamados no sólo a velar por el bien de las ovejas que se han encomendado, sino a convertir sus propias heridas en importante fuente de sanación. Están llamados a ser “sanadores heridos”. Habla de alienación, de distanciamiento, de aislamiento y de soledad. El modo de vida cristiano no elimina la soledad, sino que la protege y la valora como un don precioso. La comprensión profunda de los propios dolores y heridas permite al ministro convertir su debilidad en fuerza y ofrecer la propia existencia como fuente de curación.
En otro de sus libros, escribió: “El gran reto es vivir con la ayuda de tus heridas, en lugar de limitarte a pensar en ellas. Tu corazón es más grande que tus heridas”. (“La voz interior del amor”. 1996). El ministro vive su llamado en un mundo desestructurado, y para una generación desarraigada, de los que él mismo forma parte en alguna medida. Está llamado a ejercer su ministerio a favor del hombre sin esperanzas, y esto sólo puede realizarlo cabalmente, con pasión y autenticidad, si encuentra la fuerza de su mensaje en su propia búsqueda, sus propias luchas, sus propias heridas. “Ningún ministro puede guardar oculta su propia experiencia de vida a aquellos a los que quiere ayudar”.
En este aspecto, Nouwen habla también de interiorización y de hospitalidad, de compartir el propio camino y de asumir positivamente la inevitable soledad del ministerio consagrado (Soledad personal y soledad profesional). Sólo reconciliado consigo mismo, puede el ministro ser reconciliador. En un mundo en que su papel es a menudo menospreciado ha de poner unos cimientos firmes en relación con la aceptación y la confianza. Por supuesto, no se trata de una especie de “exhibicionismo espiritual”: hacer de las propias heridas una fuente de curación para otros no es compartir de modo superficial los dolores propios, sino un constante deseo de ver el sufrimiento de uno mismo como surgiendo del fondo de la condición humana que todos compartimos.
En otras palabras, el ministro ha de ser como un “hogar”, acogedor para otros, capaz de perdón y comprensión.


Resumen: Es evidente que este vínculo entre psicología y espiritualidad es algo positivo y necesario, y a pesar de ciertos extremismos o exageraciones que pretenden psicologisar todo, la espiritualidad gana al tomar muchos elementos de la psicología para hacer más amplio y comprensible su mensaje en el mundo de hoy, con un propósito sanador y salvador.


viernes, 9 de enero de 2009

Ausente.

Estaré varios días sin Ordenador, por problemas "tecnicos". Espero pueda resolverlos cuanto antes y estar disponible y presto para actualizarl el blog.

miércoles, 7 de enero de 2009

Psicología y espiritualidad 4.


Los libros de Henri Nouwen: Pasemos ahora a los siguientes libros que ejemplifican el vínculo positivo entre psicología y espiritualidad. Esta vez se trata de Henri Nouwen, y los libros en cuestión intentan una comprensión mejor, más abierta, dinámica y pastoral, del ministerio ordenado (válido tanto para el sacerdocio, como para el pastorado, teniendo en cuenta que Nouwen desarrolló su trabajo a menudo en el mundo protestante). Los libros a que me refiero son:
1- “Un ministerio creativo”. PPC, 2000. (Escrito en1971)
2- “El sanador herido”. PPC, 2008. (Escrito en 1972)

En el primer libro de los citados la preocupación principal de Nouwen es el vínculo entre el ejercicio del ministerio, entendido muchas veces como mera profesión, y la espiritualidad, entendiendo que a menudo hay una separación entre el vivir y el sentir, entre ministerio y espiritualidad. Nos propone ir más allá de la mera trasmisión de un contenido doctrinal, más allá de repetir rutinariamente un mensaje, más allá de unas muy bien hilvanadas razones teológicas, más allá del acomodamiento y manipulación de las estructuras de las que formamos parte, más allá de un ritual protector y creador de estatus. Si queremos revitalizar el ministerio tenemos que trasmitir una experiencia, implicarnos en el mensaje, acercarnos a la persona concreta e individual, construir una comunidad y celebrar con pasión lo que vivimos. En el fondo hay para Nouwen un problema: tanto el ministro en concreto como la estructura a la que este pertenece ha evitado durante mucho tiempo enfrentar la realidad. Pero el mundo de hoy pone altas exigencias, y surge con fuerza la pregunta de cómo es posible vivir una vida centrada, y cómo puede mantenerse la integridad en lo más íntimo, frente a estímulos tan contrastantes. El ministro cristiano no podrá serlo sino cuando su fe más íntima y su visión de la vida sean el centro de su trabajo pastoral. Es un estilo de vida, una experiencia concreta de Dios, en la que ha de haber un todo unificado que sostenga el edificio espiritual del ministro, y le permita ser, estar y actuar en el mundo hoy de parte de Dios.
Nouwen utiliza un lenguaje menos psicologista que Anselm Grün; su saber psicológico está, a mi juicio, más integrado en lo teológico y lo espiritual, pero quien lee estas páginas comprende que es desde una comprensión de la persona humana y de su psiquismo que se está construyendo el discurso y proponiendo acciones pastorales concretas. Otros libros de Nouwen intentan lo mismo, desde perspectivas algo diversas: “Intimidad: ensayos de psicología pastoral” (1969), “Signos de vida: intimidad, fecundidad y éxtasis” (1986); “En el nombre de Jesús: reflexiones sobre el liderazgo cristiano” (1989). En la medida en que Nouwen madura como escritor se ven menos las costuras en sus libros, y ya es menos explícito en lo psicológico, pero lo ha integrado de una manera particular... (Continuará)

martes, 6 de enero de 2009

Epifanía, camino de Dios.


De una reflexión de José María Castillo para esta jornada, he ido entresacando y añadiendo ideas. Se las comparto:


"EPIFANÍA significa "manifestación. El relato bíblico que la litúrgia hoy propone (Mateo 2, 1-12) indica que Jesús se manifestó a todos los pueblos del mundo, representados en los Magos de Oriente. Ellos eran hombres de otra cultura, y practicaban otra religión. La salvación que Jesús viene a manifestar no se reduce a una cultura (Occidente), ni se limita a una religión, el cristianismo. La salvación que viene Jesús a anunciar alcanza a todas las culturas y a todas las religiones del mundo. Sin embargo, la diversidad ha sido fuente en la historia humana de enfrentamientos, guerras, odios y mucha violencia. Las religiones, lamentablemente, han sido y aun hoy son, fuente de violencia. Por eso esta fiesta cristiana de la EPIFANÍA debe ser la fiesta de la aceptacion de la diversidad. No se trata de abandonar la propia cultura o la propia religión, sino de estar abiertos al otro, a los otros. Los Magos que vinieron de Oriente no se quedaron allí, volvieron su tierra y a su cultura, y hoy son venerados por la Iglesia. Pero dice el Evangelio que "volvieron por otro camino".

¿Qué camino es ese? Podemos preguntarnos hoy.

Cada uno podrá encontrar su respuesta. Yo diría: por el camino de Dios, que es un camino plural, el camino de descubrir lo que los seres humanos tenemos en común, más allá de culturas, religiones y formas de pensar.

Psicología y Espiritualidad 3.

Luego, en otro libro de esta misma colección (Sal Terrae, Breve), Anselm Grün desarrolla más ampliamente uno de los aspectos anteriores: La fe como nueva perspectiva. Aquí señala la fe como una manera diferente, “nueva” de ver la realidad, diversa al modo en que estamos habituados a hacerlo; de esta visión diferente de las cosas, brota una nueva conducta y un sentimiento vital.
Tres momentos tiene el desarrollo del libro:
1- Creer-Ver con empatía- Reinterpretar.
2- Amar-Aceptar con gusto-Transformar.
3- Alabar-Elogiar-Renombrar.
Para Grün la esencia de la fe consiste en una buena visión de la realidad: veo bien el mundo y lo reinterpreto enfocándolo hacia el ser bueno. Si considero que una cosa es buena y amable, entonces la acojo con gusto y la hago parte de mí, es decir “le doy un nuevo nombre”.
El amor deriva de la fe. Hay un vínculo entre creer, amar y alabar, que es para Grün la estructura fundamental del mensaje cristiano. La fe nos introduce en una nueva vida, una nueva forma de ver la realidad; el amor es la nueva conducta, y la alabanza, la expresión de un nuevo sentimiento existencial.
1- El creer supone reinterpretar la realidad, y hacerlo desde la bondad de Dios, creador y redentor. La Sagrada Escritura es en concreto un modelo de reinterpretación de la realidad. Este modelo de comprensión es un modelo de luz. Dios vio que era bueno, y envió a su Hijo para darnos vida. Creer significa asumir la mirada de Jesús sobe el mundo y sobre el prójimo. Como decía arriba: mirar con empatía, con bondad, con perdón. La fe reinterpreta todo, ve lo bueno que hay en el otro.
2- Cuando vemos algo con ojos nuevos, también lo abordamos de modo diferente. El modelo de interpretación de la fe lleva al modelo de comportamiento del amor. Si veo algo como bueno, lo acepto con gusto, lo cuido. La fe ve; el amor actúa. El amor no sólo trata bien, sino que hace bueno. Despierta a la vida lo bueno que la fe ha descubierto al reinterpretar la realidad. El amor transforma la realidad, así como la fe la reinterpreta.
3- La alabanza es la forma más auténtica de la existencia humana. Donde hay vida, hay alabanza.; la alabanza es esencial al ser humano. Ella cambia el nombre de las cosas. En la Escritura nombrar las cosas es de algún modo participar de su creación, recrear; cuando el amor nos hace alabar, estamos recreando la realidad, y al mismo tiempo haciendo crecer la fe y el amor Es una dinámica de crecimiento, de potenciación de lo mejor de nuestro ser.
Aquí hemos visto como hay un acercamiento a lo que significa la fe, entendida desde una dimensión particular, y como, utilizando categorías y conceptos de la psicología, podemos ayudar a comprender y vivir de otra manera lo que quizá era simplemente un sentimiento superficial o una costumbre exterior... (Continuará)

domingo, 4 de enero de 2009

Psicología y espiritualidad 2.

Los Libros de Anselm Grün: Los dos libros de este autor que reseñaremos son los siguientes:
1- “Dimensiones de la fe”. Sal Terrae, Santander, 2006.
2- “La fe como nueva perspectiva”. Sal Terrae, Santander, 2006.
El primer libro, “Dimensiones de la fe” se propone ofrecer, frente a ambigüedad de la oferta religiosa que abarrota el mercado hoy, unas pautas concretas que permitan un acercamiento a la fe que tenga como fundamento dimensiones concretas de la persona humana.
¿En qué consiste la fe? ¿Cómo vincularla con la experiencia cotidiana, con nuestra propia existencia? ¿Cómo vivir a partir de la fe?
Grün desarrolla en este libro algunos aspectos de la fe que ayudan a enraizar lo que creemos en elementos concretos de nuestra psicología profunda, fundamentalmente utilizando sus conocimientos de psicología transpersonal, y vinculándolos con la teología bíblica y la dogmática. La Psicología transpersonal se refiere a l plano situado más allá de lo psicológico, al plano del Yo transpersonal, al plano en el que nuestro verdadero Yo se encuentra inmerso en Dios. En la fe, trascendemos el plano del ego en el que normalmente vivimos y en el que nos vemos condicionados por nuestras necesidades de reconocimiento, éxito, cariño, dominio, poder, etc. Partiendo de aquí, Grün pretende ayudar a personas que tienen problemas con su fe; los dos problemas actuales más frecuentes son: o reducen la fe a unas cuantas ideas vagas e imprecisas que van al ritmo de la moda, o caen en posturas fundamentalistas. Pero Grün defiende el lugar de la duda en la fe, pues ella es expresión de que Dios siempre es mucho más de lo que pensamos y creemos, de cualquier imagen que podamos tener. A Dios se llega desde múltiples dimensiones, en las que podemos mejor abarcar el misterio. Asociar la psicología a la comprensión de la fe ayuda además a superar traumas y heridas y sanar nuestra interioridad.
Aparecen aquí diversos acercamientos a la fe: La fe en las imágenes del lenguaje; la fe como confianza; la fe como nueva perspectiva; la fe como forma de trascender la realidad; la fe como camino hacia el Yo verdadero, y la fe en la eficacia de las palabras de Jesús. Como es evidente aparecen acá términos habituales de la psicología, y el modo de entender esas realidades también utiliza métodos propios de la ciencia de la psiquis humana como complemento. En el caso del lenguaje, Grün nos invita a que nos acerquemos a los dogmas teniendo en cuenta cuánto de nosotros hay en ellos, qué experiencias humanas propiciaron su definición. Afirma: “Los dogmas nos revelan quiénes somos en realidad, en qué consiste el misterio de nuestra vida, sí, el misterio de nuestra existencia redimida”. Los dogmas expresan experiencias profundas de fe, e interpretan nuestra existencia desde Dios. No cierran el camino, sólo apuntan la dirección en que debemos buscar. Los dogmas pueden revelarnos la verdad de nuestro ser y ayudarnos a vivir según este.
Otra dimensión para acercarnos a la fe es la confianza. Para Grün, además de un acercamiento bíblico o teológico a esta realidad, podemos pensar en lo que aporta al equilibrio de la persona la confianza como fundamento de su vida. En nuestro mundo es frecuente la angustia, el desasosiego, la desesperanza. Habla de cuatro formas fundamentales de miedo, según Riemann: el de la persona esquizoide, el de la persona histérica, el de la persona compulsiva y el de la persona depresiva. Estos generalmente se combinan en una buena parte de la humanidad, y pueden superarse fundamentalmente desde una posición de confianza ante la realidad. Esa confianza puede vivirse desde la fe como apertura generosa a Jesús, amigo y liberador.
La fe, además, es una manera muy concreta de ver y entender la vida. Siempre interpretamos lo que vivimos desde una perspectiva concreta. La fe es también eso para Grün: una perspectiva para comprender la realidad. Como desarrolla este tema en el siguiente libro que comentamos no vamos a ahondar más en este aspecto. Aquí utiliza las ideas del psicólogo austriaco Paul Watzlawick.
Para entender la fe como forma de trascender la realidad parte de las ideas de Abraham Maslow; según la psicología transpersonal hay diversos planos: el psicológico (El de las necesidades del ego), el del cuerpo, y el transpersonal, por el que accedo a mi Yo verdadero o Yo trascendente. Aquí combina también las ideas de Ken Wilber y de Roberto Assagioli, sobre la des-identificación. Habla de no identificarse con las propias emociones, deseos, anhelos y ofensas; se adquiere distancia respecto a ellas, no se deja dominar. Fijándonos en nuestro Yo verdadero, no es que nos desentendamos del problema, sino que ellos no constituyen el centro. Al mismo tiempo que nos desindentifican, nos identifican con nuestro Yo verdadero y trascendente, allí donde podemos identificarnos con Dios. Lo importante aquí es recogerse en el propio interior, para buscar a Dios allí y encontrar en Él el ser verdadero. Donde Dios está, somos realmente nosotros mismos, y comenzamos a entender nuestro misterio.
La fe es también por ello camino hacia el Yo verdadero. La fe no ignora el plano del yo, no se lo santa, sino que lo trasciende; ello no supone represión, sino liberación, voy más allá, más alto, y no me regodeo en lo que me angustia o me preocupa. Se trata de vivir una vida realmente nueva desde Cristo, en la que conseguimos la unidad de nuestro ser, nos reconciliamos con nosotros mismos y con nuestra realidad, además de crecer en solidaridad y compasión por los demás.
La fe es, definitivamente liberadora, porque nos invita a mirar más allá de lo inmediato, de lo transitorio. Las palabras de Jesús tienen un efecto liberador y sanador en nosotros. Apuntan siempre a lo realmente importante y pueden abrir las puertas cerradas de nuestra interioridad. Este, y los acercamientos anteriores a la fe, pueden ayudarnos a tener una comprensión más amplia y más profunda de lo que obra la Apertura a lo trascendente en nuestra vida... (Continuará)

sábado, 3 de enero de 2009

Psicología y espiritualidad 1.




Tema: Psicología y espiritualidad en dos autores contemporáneos.
En los últimos años la Psicología y la Espiritualidad han ido encontrando causes comunes de expresión, no solamente como ciencias autónomas que se ayudan mutuamente, sino en la expresión concreta de algunos autores contemporáneos de espiritualidad cristiana, que han estudiado la psicología y, superando prejuicios y sospechas mutuas, la han utilizado para ensanchar los horizontes de la espiritualidad, con un propósito pastoral concreto. Menciono dos en particular, cuyos títulos tienen amplia presencia en librerías de todo el mundo, y a los que reseñamos y citamos habitualmente en este blog: Henri Nouwen y Anselm Grün.


Henri Nouwen: (1932-1996) Nació en los Países Bajos, donde se ordenó sacerdote. Enseñó en diversas universidades norteamericanas. Más tarde se trasladó a la comunidad de “El Arca” en Daybreak (Toronto). A través de sus más de veinte títulos publicados se ha convertido en un importante escritor de espiritualidad.


Anselm Grün: Nació en 1945. Es monje benedictino, Doctor en Teología y reconocido consejero espiritual. Dicta cursos sobre oración, contemplación, psicología profunda y espiritualidad. Ha publicado también numerosos libros de amplia resonancia.


En este trabajo queremos reseñar dos textos de cada uno de ellos. En el caso de Nouwen, ambos tratan acerca del ministerio ordenado en la Iglesia, y se ayudan de la psicología para proponer una espiritualidad más acorde con las necesidades actuales del sacerdocio. En los dos libros de Anselm Grün se intenta proponer una visión global del hecho religioso, también auxiliándose de la psicología. Son ejemplos claros de cómo una combinación apropiada de ambas ciencias, teología y psicología, pueden aportar una riqueza valiosa a la espiritualidad... (Continuará)

jueves, 1 de enero de 2009

FELIZ AÑO NUEVO!!!!!

Para todos los amigos y amigas de este blog,
un cálido abrazo y mis mejores oraciones
y deseos de paz, amor y prosperidad para el nuevo año que comienza.
Y que nuestra comunión espiritual,
no se quede en la búsqueda de un bienestar personal, íntimo,
sino que ayude a que nuestro mundo sea más justo, fraterno y libre.
Que el testimonio personal de Thomas Merton y otros maestros del espíritu contribuyan en la red a fomentar el amor y la paz.
Manuel.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.