“Dichosos ustedes porque han creído”
Toda la creación es alabanza; el cielo y la tierra, las aves
y las flores; yo quiero alabar como ellas, no haciendo cosas sino siendo lo que
soy. ¡Ayúdame, Dios mío, a ser alabanza; a tomar consciencia de que soy piedra
viva de un edificio espiritual! Leyendo algunos pasajes bíblico en este día
(1Pedro 2, 4-9 y Juan 14, 1-12) me siento invitado a la contemplación del
misterio de Cristo y a la alabanza. Estos textos vienen cargados de luz, y me
hablan personalmente a mí, invitándome a la conversión.
“Ustedes también son piedras
vivas, que van entrando en la edificación del templo espiritual, para
formar un sacerdocio santo, destinado a ofrecer sacrificios espirituales,
agradables a Dios, por medio de Jesucristo… Dichosos ustedes los que han
creído.
Ustedes son estirpe elegida, sacerdocio real, nación consagrada
a Dios y pueblo de su propiedad, para que proclamen las obras maravillosas
de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable”.
Dios tiene un proyecto divino y espiritual
para este mundo; Dios cuenta con nosotros para hacerlo. Vemos un mundo egoísta
y violento, pero hay otro mundo que construye para el amor. Cada ser humano es
una parte importante e insustituible del proyecto de Dios. Nuestra vida es tiniebla,
hasta que descubrimos que hemos sido llamados a la luz, a ser luz.
¿Cuál es nuestra misión? Edificar un
mundo fundado en el Espíritu; ejercer un nuevo sacerdocio; ofrecer un nuevo
sacrificio; creer; proclamar el poder de la luz.
¿Cómo edificar? Sentirse piedra viva; parte importante del
proyecto. Lo que hago repercute en el todo. Reflexionar en mi vida actual.
Convertirme.
¿Nuevo sacerdocio? Estoy puesto en el mundo para interceder
por el mundo; “sacerdocio común de los fieles”; ofrecer sacrificios
espirituales.
¿Nuevo sacrificio? Aquí estoy, Señor, para hacer tu
voluntad; “me has dado un cuerpo”, me has dado una vida; me has dado la
capacidad de amar. No hay mejor ofrenda que una vida de amor. Es una ofrenda
que enriquece al que la da y al que la recibe, que enriquece al mundo.
¿Qué
hacer? Creer; tener fe, no pasivamente, sino activamente. La fe mueve
montañas.
Nuestra vida ha de proclamar toda ella el
poder de la luz. Para eso necesitamos recordar cada día quiénes somos: “Estirpe
elegida, sacerdocio real, nación consagrada, pueblo de su propiedad”.
¿Qué significa esto?: Que
tenemos un lugar en Dios que nadie nos puede quitar, pero nosotros podemos
rechazar si nos negamos a vivir para el Amor, para la luz. (Piedra de
tropiezo).
Hay un
Camino que nos lleva al Amor, a la
Luz, al Padre, a nuestro Hogar: CRISTO.
Hay una Verdad
que no está en el conocimiento, en la inteligencia, en los dogmas, sino en el
corazón, en la confianza, en la sencillez, en el abandono: CRISTO.
Hay una Vida, una única vida, una vida plena, una vida de gozo y paz:
CRISTO.
Quien crea en Cristo, Camino,
Verdad y Vida, hará las obras que hace Él, y aun mayores. Él es la Piedra Angular, la Vid Verdadera, Vencedor del
pecado y de la muerte. Él es el Amor.
(28-abril-2003)