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lunes, 25 de mayo de 2020

LA ETERNIDAD, AHORA...

"Todos nosotros, sin importar en qué etapa de la vida estemos, deberíamos aprender a vivir a la luz de la eternidad. Según nos dan a entender las sagradas escrituras, la eternidad no se trata de una vida sin fin tal como la conocemos; la que conocemos aquí pronto acabará. La eternidad es una vida nueva, libre de los poderes destructivos de la muerte, una vida plena donde reina el amor. La promesa de una vida eterna tiene menos que ver con la duración del tiempo y más que ver con cierto tipo de vida: una vida de paz, compañerismo y abundancia. Y esa vida puede comenzar ahora".

Johann Christoph Arnold


miércoles, 20 de mayo de 2020

VOCACIÓN MONÁSTICA DE THOMAS MERTON

Según el Diccionario de Thomas Merton, en su voz: Monacato, al considerar la respuesta de Merton a su vocación monástica, es útil pensar en cuatro fases o etapas. Intento resumirlas aquí:

La primera, abarca desde su ingreso en la abadía de Gethsemani (diciembre de 1941), hasta finales de la década de los cuarenta, cuando emite sus votos solemnes (marzo de 1947), publica su autobiografía (octubre de 1948) y es ordenado sacerdote (mayo de 1949). Característico de este período es su deseo de recuperar lo que considera el carácter auténticamente contemplativo del Císter. Estudia en profundidad la tradición monástica de la Iglesia, y de los padres fundadores del Císter, en especial San Bernardo, y escribe varios libros sobre el tema. Merton es crítico en sus escritos, en especial en sus diarios, con la vida ajetreada del monasterio, que le parece poco propicia para formar verdaderos contemplativos. 

La segunda fase va desde el final de los años 40 hasta más o menos el final de 1957. Durante este tiempo Merton vive su vocación con cierto desasosiego, haciendo intentos de pasar a una orden más solitaria (cartujos o camaldulenses), a la vez que se implica en la formación a los monjes jóvenes, ya sea como profesor, maestro de estudiantes o de novicios. Publica El signo de Jonás y La vida silenciosa, entre otros libros.

La tercera fase abarca entre principios de 1958 hasta agosto de 1965, fundamentalmente su etapa como maestro de novicios, pero también de apertura al mundo, en cuestiones sociales y políticas, simbolizadas en la famosa "epifanía de Louisville" (marzo 1958). La tentación de este período no es entrar en una orden ya existente, sino formar parte de un proyecto de vida eremítica menos estructurada (su correspondencia con Ernesto Cardenal). Está interesado en la renovación monástica y en general de la vida religiosa en la Iglesia, estimulado por la celebración del Concilio Vaticano II

La cuarta y última fase de su vida monástica transcurre en la ermita, entre agosto de 1965 hasta su salida para Asia, en el otoño de 1968. Durante este período su principal tentación fue abandonar por completo la vida monástica por el amor a una enfermera que conoció en la primavera de 1966, pero ya en el otoño de ese mismo año había renovado su compromiso de seguir siendo un ermitaño cisterciense. hasta que la salud o la muerte lo permitieran. Sus escritos del período continúan destacando la relación del monacato con la Iglesia en su conjunto y con el mundo entero

(Diccionario de Thomas Merton
páginas 348-351)

sábado, 16 de mayo de 2020

NO A LA GUERRA

"¡Levántense, mujeres de hoy! ¡Levántense todas las que tienen corazones, ya sea su bautismo de agua o de lágrimas! Digan con firmeza: No permitiremos que grandes asuntos sean decididos por agencias irrelevantes. Nuestros maridos no regresarán a nosotras apestando a matanzas, en busca de caricias y aplausos...No se llevarán a nuestros hijos para que desaprendan todo lo que hemos podido enseñarles acerca de la caridad, la compasión y la paciencia. Nosotras, mujeres de un país, tendremos demasiada compasión hacia aquellas de otro país para permitir que nuestros hijos se entrenen para herir a los suyos".

Julia Ward Howe

domingo, 10 de mayo de 2020

EXPERIENCIA DE FE QUE SE TRANSFORMA EN MENSAJE...

“El cristianismo no es tanto un mensaje que hay que creer cuanto una experiencia de fe que se transforma en mensaje y que, como mensaje anunciado, quiere ofrecer nuevos horizontes de vida a quienes se abren a él en su experiencia vital”.
(Edward Schillebeeckx).

viernes, 8 de mayo de 2020

VIDA CONTEMPLATIVA

La Vida Contemplativa pertenece a donde haya vida. Donde esté el hombre, y su sociedad; donde haya esperanzas, ideales, aspiraciones de un futuro mejor; donde haya amor –donde haya dolor a la vez que alegría–, también allí tiene su lugar la Vida Contemplativa. Porque la vida, la alegría, el dolor, los ideales, las aspiraciones, el trabajo, el arte y todo lo demás tienen un significado. Si no tienen significado, entonces, ¿por qué perder tiempo en ellos? Pero si lo tienen, entonces el significado independiente de cada cosa debe converger de algún modo en un significado central y universal que ilumine desde el interior de sus más íntimas esencias. Esta realidad central tiene que ser una realidad «católica», una realidad «divina». Este significado central de la vida es la Vida misma, la Vida en Dios. Y este es el objeto del contemplativo.

En mi caso, la palabra de salvación, el Evangelio de Jesucristo, me ha llevado a la soledad y al silencio. Mi vocación es rara, quizás. Pero la contemplación no solo florece dentro de los muros del claustro. Todo hombre llamado a vivir una vida plena de significado es llamado, solo por eso, a conocer el significado interior de la vida y a hallar ese íntimo significado en su propia existencia inescrutable, por encima de sí mismo, por encima del mundo de las apariencias, en el Dios Vivo. Todo hombre nacido en esta tierra está llamado a hallarse y a realizarse en Cristo y, por ello, a comprender su unidad en Cristo con todos los demás hombres, de modo que los ame como se ama a sí mismo, y sea uno con ellos casi como es uno consigo mismo: pues el Espíritu de Cristo es Uno en los que le aman.

En el silencio de los campos y de los bosques, en la enclaustrada soledad de mi monasterio, he venido a descubrir el hemisferio occidental entero. Aquí es donde he podido, por la gracia de Dios, explorar el Nuevo Mundo; no viajando de ciudad en ciudad, no volando sobre los Andes y el Amazonas para detenerse un día aquí, dos allí, y luego seguir adelante. Quizás si hubiera viajado de esta manera por el hemisferio, no habría visto nada; pues generalmente los que viajan más, ven menos.

Pero me parece, por el contrario, que en el silencio de mi monasterio he oído la voz de todo el hemisferio que habla desde las profundidades de mi ser con una claridad a la vez magnífica y terrible...  Me parece como si la inagotable belleza de todo el Nuevo Mundo, y sus casi infinitas posibilidades, se movieran dentro de mí como un gigante dormido, ante cuya presencia no puedo quedarme indiferente. En realidad casi me parece a veces que esta presencia que hay dentro de mí habla con la voz del mismo Dios: y yo lucho en vano por captar y entender alguna palabra, alguna sílaba del gran destino del Nuevo Mundo... ese destino que está aún oculto en el misterio de la Providencia.

Thomas Merton
Prefacio a la edición argentina de sus OBRAS COMPLETAS


lunes, 4 de mayo de 2020

ABRIENDO PUERTAS

La puerta es, en muchos cuentos y leyendas, un símbolo importante del hacerse hombre, ser humano adulto, maduro. Jesús mismo dice de sí en el evangelio que se lee el Domingo del Buen Pastor: "Yo soy la puerta; si uno entra por mí, estará a salvo: entrará y saldrá y encontrará pasto" (Juan 10,9). Jesús no sólo ingresa a través de nuestras puertas cerradas, sino que Él mismo es una puerta, a través de la cual podemos encontrar la vida.  

La puerta representa el pasaje de un sector a otro, por ejemplo del aquí al más allá, del territorio profano al sacro. En la época medieval, las puertas de las catedrales siempre se decoraban con Cristo Rey. Así se recordaba que sólo a través de Cristo se puede entrar en la vida verdadera.  Si tomamos en serio las palabras de Jesús, nuestra vida primero será sanada y salvada, y llegaremos a nuestro verdadero yo cuando atravesemos la puerta que es Jesús mismo. 

Las dos imágenes usadas por Jesús ilustran lo que significa esta vida: entrar y salir por una puerta, y encontrar la pradera. La puerta nos impulsará de ida y de vuelta. Ya no giraremos introspectivamente sobre nosotros mismos. Pero tampoco viviremos sólo en la superficie. En sueños a veces no encontramos la puerta que nos lleva a casa. Esta es una imagen que simboliza el no tener acceso a nuestro corazón, a nuestro propio ser; el sólo corretear por fuera, sin acceso a nuestra propia alma. Si ingresamos por la puerta que es Cristo, entraremos y saldremos; estaremos en relación con nuestro corazón y al mismo tiempo formaremos parte del mundo. También la imagen de "entrar y salir" evoca libertad; entrar por la puerta que es Cristo no nos encierra en un lugar, una realidad, un tiempo, sino que nos descubro como hijos, herederos, y por tanto abiertos al impulso del Espíritu y a los caminos nuevos que este abra para nosotros.

Y encontraremos pasto. Encontraremos el alimento que nos nutre realmente. Nunca nos faltará lo necesario para llegar a la siguiente etapa del camino, a la otra puerta que tendremos que cruzar. 

 Cristo como verdadera puerta es una hermosa imagen de la resurrección

Podemos sellar nuestras puertas, pero igual Jesús como Puerta de Vida, romperá y atravesará nuestras puertas selladas. Cuando Él entra por nuestra puerta cerrada, volvemos a tener acceso a nosotros mismos, perdemos el miedo y tenemos paz. 

Es importante que tomemos conciencia de las puertas que atravesamos o de las puertas que cerramos en torno nuestro. Deja que el Resucitado camine a tu lado, contigo, a través de todo tu mundo interior; que lo cerrado se abra, y que la vida verdadera entre en esos espacios oscuros y sofocantes de tu realidad personal, familiar o comunitaria. 

Pregúntate: ¿Cuál es la puerta que debo abrir para que la vida se haga más amplia y tenga más luz?
¿Qué puertas esperan por mí para que las abra? 

(Recreación de un texto de Anselm Grün)

domingo, 3 de mayo de 2020

ALGO MUCHO MÁS GRANDE...

"Lo que es bueno para un santo no es bueno para otro. Lo que en uno es manifestación de libertad, en otro podría ser un signo de esclavitud. Los que se consagran a Dios en el estado de perfección deberían evitar toda imitación servil de otros en las obras que sean de consejo y que hayan de proceder de nuestro don espontáneo.  Las prácticas de los demás nunca deben llegar a ser para nosotros una especie de ley que estemos obligados a tratar de observar con miedo. Ése es el secreto del naufragio de muchas vocaciones".

"No es la observación de la obligación lo que nos salva del pecado, sino algo mucho más grande: es el amor".

Thomas Merton
(Tiempos de celebración)

viernes, 1 de mayo de 2020

NUESTRA VIDA ES IMPORTANTE PARA DIOS

"Lejos de matar al hombre que busca el fuego divino, el Dios Vivo se hará pasar a Sí mismo por la muerte para que el hombre tenga lo que le está destinado

Si Cristo ha muerto y ha resucitado de entre los muertos y ha derramado sobre nosotros el fuego de Su Espíritu Santo, ¿por qué imaginamos que nuestro deseo de vida es un deseo prometeico, condenado al castigo?

 ¿Por qué actuamos como si nuestro deseo de "ver días buenos" fuera algo que Dios no deseara, si Él mismo nos dijo que los buscáramos?
 
¿Por qué nos reprochamos a nosotros mismos desear la victoria? ¿Por qué nos enorgullecemos de nuestras derrotas y nos gloriamos en la desesperación? 

 Porque creemos que nuestra vida es importante sólo para nosotros, y no sabemos que nuestra vida es más importante para el Dios Vivo que para nosotros mismos

Porque pensamos que nuestra felicidad es para nosotros solos, y no nos damos cuenta de que es también Su felicidad. 

Porque pensamos que nuestras penas son sólo para nosotros, y no creemos que son mucho más que eso: son Sus penas. 

No hay nada que podamos robarle en absoluto, porque antes de que podamos pensar en robarlo, ya ha sido dado". 

 
Thomas Merton
«Prometeo: una meditación», en Incursiones en lo Indecible.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.