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sábado, 31 de agosto de 2013

BUSCAR EL ROSTRO DEL INVISIBLE

"Mi forma de oración es muy sencilla. Está totalmente centrada y atenta a la presencia de Dios, a su voluntad y a su amor... Es decir, está concentrada en la fe, que es el único camino para conocer la presencia de Dios... llevo en el corazón esta gran sed de reconocer totalmente la nada de todo lo que no es Dios. Por eso, mi oración es una clase de alabanza que brota desde el centro de la nada y del silencio. Si aún sigo presente yo mismo, reconozco que esto es un obstáculo del que no me puedo librar, si él no me lo quita. Si él quiere, puede transformar mi nada en una absoluta claridad. Pero si él no lo quiere, entonces la nada sigue siendo un objeto y un obstáculo... Mi oración no consiste en pensar en algo, sino en buscar el rostro del invisible, que no podemos encontrar si no nos perdemos en él, que es invisible".

Thomas Merton
Carta a Abdul Aziz, enero, 2, 1966.

miércoles, 28 de agosto de 2013

NO A LA GUERRA



"A través de mi vida monástica y de mis votos digo NO a todos los campos de concentración, a los bom­bardeos aéreos, a los juicios políticos que son una pantomima, a los asesinatos judiciales, a las injusticias raciales, a las tiranías económicas, y a todo el aparato socioeconómico que no parece encaminarse sino a la destrucción global a pesar de su hermosa palabrería en favor de la paz. Hago de mi silencio monástico una protesta contra las mentiras de los políticos, de los propagandistas y de los agitadores, y cuando hablo es para negar que mi fe y mi iglesia puedan estar jamás seriamente alineadas junto a esas fuer­zas de injusticia y destrucción. Pero es cierto, a pesar de ello, que la fe en la que creo también la invocan muchas personas que creen en la guerra, que creen en la injusticia racial, que justifican como legítimas muchas formas de tiranía. Mi vida debe, pues, ser un protesta, ante todo, contra ellas...
Si digo que NO a todas esas fuerzas seculares, también digo SI a todo lo que es bueno en el mundo y en el hombre. Digo SI a todo lo que es hermoso en la naturaleza, y para que éste sea el sí de una libertad y no de sometimiento, debo negarme a poseer cosa alguna en el mundo puramente como mía propia. Digo SI a todos los hombres y mujeres que son mis hermanos y hermanas en el mundo, pero para que este sí sea un asentimiento de liberación y no de subyugación, debo vivir de modo tal que ninguno de ellos me pertenezca ni yo pertenezca a alguno de ellos. Porque quiero ser más que un mero amigo de todos ellos me convierto, para todos, en un extraño".

Thomas Merton.

LIBRES EN CRISTO




"Mi conversión a la fe cristiana, o para ser precisos mi conver­sión a Cristo, es algo que siempre he considerado como una libe­ración radical de los engaños y obsesiones del hombre moderno y de su sociedad. Siempre he creído y continúo creyendo que la fe es la única protección real contra la absorción de la libertad y de la inteligencia por obra de la servidumbre crasa e insensata de la sociedad de masas. La fe religiosa, y sólo la fe, es la que puede abrir el terreno interior del ser del hombre a la libertad de los hijos de Dios, y preservarle del sometimiento de su integridad ante la seducción de una vida totalitaria. La razón de ello es que inde­pendientemente de lo que piense el  hombre, su pensamiento está basado en alguna creencia fundamental de algún tipo. Si cree en proclamas y doctrinas a las que se le induce a partir de alguna ide­ología política o económica, entregará su verdad más íntima a manos de alguna compulsión externa. Si su creencia es una sus­pensión de todo credo, y una aceptación de la estimulación física por sí misma, todavía sigue “creyendo” en la posibilidad de algu­na felicidad racional alcanzable de ese modo. El hombre tiene que creer en algo, y aquello en lo que cree se convierte en su dios. Servir a alguna entidad humana o material como al propio dios es ser esclavo de lo que perece, y de ese modo estar encadenado a la muerte, al sufrimiento, a la falsedad y la miseria. La única liber­tad verdadera se encuentra en el servicio a eso que está más allá de toda limitación, por encima de cualquier definición, a lo que trasciende todo aprecio humano: eso que es Todo y que por tanto no es cosa alguna limitada o individual. El Todo no es «nada», pues si fuera algo separado de todas las demás cosas, ya no sería Todo. Esta es precisamente la libertad que siempre he buscado: la libertad de verme sometido a cosa alguna y por tanto la libertad para vivir en Todo, mediante el Todo, para el Todo, por Aquél que lo es Todo. En términos cristianos, eso es vivir «en Cristo» y por el «Espíritu de Cristo», porque el Espíritu es como el viento y sopla donde le place, y El es el Espíritu de la Verdad. «La Verdad os hará libres».

Thomas Merton 

martes, 27 de agosto de 2013

LA RAÍZ DE LA GUERRA ES EL MIEDO.

"En la raíz de toda guerra está el miedo: no tanto el miedo que los hombres se tienen mutuamente, sino el miedo que le tienen a todo. No es meramente que no confíen el uno en el otro: no se fían ni de sí mismos. Si no están seguros de que alguien no va a volverse contra ellos para matarlos, lo están todavía menos de que ellos mismos no se volverán contra sí para matarse. No pueden confiar en nadie, porque han dejado de creer en Dios.
¿Quieres terminar las guerras pidiendo a hombres que confíen en hombres en quienes evidentemente no puede confiarse? No. Enséñales a amar a Dios y a confiar en él; entonces podrán amar a los hombres en quienes no pueden confiar, y osarán hacer la paz con ellos, no confiando en ellos, sino en Dios.
Pues solamente el amor (que significa humildad) puede expulsar el miedo que es la raíz de toda guerra.
Si realmente los hombres quisieran la paz, la pedirían a Dios, y Él se la daría. Pero ¿por qué ha de dar Él al mundo una paz que éste no desea realmente? Pues la paz que el mundo parece desear no es realmente en ningún modo la paz.
Para algunos la paz significa tan sólo tranquilidad para explotar a otros sin miedo a represalias o injerencias. Para otros la paz significa libertad para robarse mutuamente sin interrupción. Para ciertos hombres significa asueto para devorar los bienes de la tierra sin verse obligados a interrumpir sus placeres para alimentar a aquellos que su codicia está matando de hambre. Y para casi todo el mundo la paz significa simplemente ausencia de toda violencia física que pudiese arrojar sombras sobre vidas dedicadas a la satisfacción de su apetito animal de comodidades y placeres. Muchos como éstos han pedido a Dios lo que ellos entendían por “paz” y se han extrañado de que su ruego no fuese atendido. No podían comprender que, en realidad, lo había sido. Dios los dejaba con lo que deseaban, pues su idea de paz era sólo otra forma de la guerra.
Así, pues, en vez de amar lo que crees ser la paz, ama al prójimo y ama a Dios sobre todo. Y en vez de odiar a los hombres que tienes por promotores de guerras, odia losapetitos y el desorden de tu propia alma, que son las causas de la guerra".

Thomas Merton
"Semillas de contemplación"

domingo, 25 de agosto de 2013

EL AMOR DIGNIFICA

"Las formas corruptas del amor esperan que el prójimo llegue a ser un objeto digno de amor para poder amarle realmente. Este no es el camino de Cristo. Puesto que el mismo Cristo nos amó cuando nosotros no éramos en absoluto dignos de amor, y nos sigue amando con toda nuestra indignidad, nuestra tarea es amar a los otros sin pararnos a preguntar si son dignos o no lo son. Ese no es asunto nuestro y, en realidad, no es asunto de nadie. Lo que estamos llamados a hacer es amar; y si algo puede hacernos dignos, a nosotros y a nuestro prójimo, es el amor.
 No hay ningún camino en el mundo para hacer a un ser humano digno de amor, excepto amarle. Cuando él se da cuenta de que es amado -si no es tan débil que no pueda soportar que le amen- se sentirá instantaneamente digno de ser amado. Reaccionará sacando un misterioso valor espiritual de su interior, una nueva identidad generada por el amor que se le dirige".

Thomas Merton
"Humanismo cristiano"

miércoles, 21 de agosto de 2013

EXTENDER EL PODER DE LA RESURRECCIÓN

"No hay nada más positivo, más positivo que la fe por la cual el Creador de todas las cosas mora y actúa en nuestros corazones. No obstante sabemos por nuestra historia pasada, que el ideal de “preservar la fe” puede a veces menguar hasta convertirse en algo muy negativo, enconado y obtuso: un mero “no” a todo aquello con lo que no estamos de acuerdo. Ya no podemos permitirnos el lujo de atrincherarnos en nuestro entorno católico y utilizarlo como una pequeña fortaleza de seguridad en un mundo de paganos. Ahora, la mayoría de nosotros estamos obligados por nuestra fe y nuestro amor a la verdad a consagrarnos humilde y enteramente, no solo al mensaje de Cristo, sino también a todo cuanto es válido en la cultura y en la civilización humanas, porque esto, también es suyo, por derecho. No es tan sólo algo que debamos salvar para Cristo, sino más, no está desvinculado de nuestra propia salvación. Si el Señor de todas las cosas se hizo carne y santificó a la naturaleza toda, restituyéndola al Padre por Su Resurrección, también nosotros tenemos nuestra misión que cumplir extendiendo el poder de la Resurrección al mundo entero por medio de nuestras plegarias, nuestros pensamientos, nuestro trabajo y nuestra vida total. Y nada impedirá tan efectivamente que podamos hacerlo como la división, la discontinuidad de la vida espiritual que sitúa a Dios y a la oración en un compartimiento, y el trabajo y el apostolado en otro, como si trabajo y oración fuesen, de algún modo, antagónicos".
 
Thomas Merton.
"Los Manantiales de la contemplación".

lunes, 19 de agosto de 2013

CREER EN LA IGLESIA DEL FUTURO...

"El cristianismo, en el plano en que se desarrolla formando una sociedad, no es en absoluto, en su esencia, ni una monarquía ni una democracia. En este sentido, tiene que desprenderse del régimem monárquico que le fue imposible evitar en el pasado ya que las condiciones iniciales de su desarrollo lo hacían indispensable. Pero ello no quiere decir que tenga que caer bajo un modelo democrático, en el que la multitud impone la ley cuando los notables ya no logran hacerlo. Esto significaría para el cristianismo acelerar aun más su perdición. Sólo la calidad espiritual ha de actuar sobre el destino del cristianismo para que sea fiel a su misión y se perpetue de un modo vivo. La calidad espiritual no es cuestión de número ni de autoridad, aun cuando esta la reivindique para sí o la adulación se la atribuya.
La calidad espiritual, antes de convertirse en luz que ilumina a muchos, se va preparando en la oscuridad del anonimato y a través de realizaciones invisibles. Nace en secreto, crece insensiblemente, se purifica y se pone a prueba a lo largo de la vida, y se congrega y se forja por la fe y por la tenacidad de quienes tienen por misión ponerla de manifiesto a través de lo que van llegando a ser. Aparentemente, y durante largo tiempo, parece que es sin provecho alguno, en pura pérdida, tal como estos discípulos desconocidos e ignorados viven dentro de sí esta germinación, lenta, pero a la vez incesantemente activa, que convierte en útiles todas las circunstancias que encuentran, incluidos los pasos en falso. A veces, da la impresión de que esta sorda operación, absorbiendo a estos cristianos hacia un trabajo inferior, les provoca una especie de parálisis que les aboca a la esterilidad, impidiéndoles cualquier tipo de actividad, incluso aquellas en las que antaño destacaban y les apasionaban. Sin embargo, a través de perseverancias que parecen sin objeto y sin salida, después de rodeos indescifrables, de demoras imprevisibles, poco a poco, los medios necesarios para su misión les van siendo dados... Esta misión saldrá a la luz del día a su tiempo y entonces dará el fruto, con frecuencia entrevisto desde el principio de la vida a raíz de alguna aspiración, aunque infantil, ardiente; verdadera anunciación, que no pudo olvidarse aunque durante largo tiempo hubiese permanecido escondida y pasiva en la memoria, y que, en su momento, no se comprendió en todo su increíble alcance".

Marcel Légaut
"Creer en la Iglesia del futuro"

domingo, 18 de agosto de 2013

FIDELIDAD EN LOS CONFLICTOS

"A veces no se puede evitar que las cosas estén llenas de angustia para todos los que buscamos amar a Cristo. La vida nunca es tan sencilla como debiera ser: hay tantos conflictos, no sólo entre la gente buena y la mala, sino entre los buenos y los buenos. Esto es peor y produce una confusión interminable. Tenemos que buscar la paz en la sencillez escondida que está más allá de los conflictos...".

"Tenemos que ser fieles a una voluntad que es inescrutable, que no se revela en decisiones simples y claras como nos gustaría que fuera...".

"Si tan sólo lo encontráramos a Él, el vacío se volvería plenitud perfecta y las contradicciones se esfumarían".
 (Marzo de 1961)

"Veo cada vez más claro que no hay ninguna esperanza salvo en Dios. Todo lo demás nos falla completamente". 
(Marzo de 1967)

(Textos tomados de las cartas de Thomas Merton al poeta nicaragüence Ernesto Cardenal)

sábado, 17 de agosto de 2013

DESPERTAR ES LA ESPIRITUALIDAD

"No hay una tal cosa como Dios, porque Dios no es una cosa, ni un algo: él es un nítido Alguien. Él es el Tú, ante quien brota y se hace consciente nuestro más profundo yo. Y ante quien nuestro más profundo yo se convierte en amor. Él es el Dios vivo, Yahvé, el  SOY YO, quien desde nuestra nada nos llama a la existencia, de tal manera que podamos estar ante Él, como hechos a su imagen, que refleja su ser infinito en nuestra pequeñez, diciéndole: Yo soy. Así pues, despertemos, con San Pablo, a la siguiente paradoja: más allá de nuestro ser natural tenemos un ser más elevado en Cristo, que nos hace no ser ya nosotros mismos, sino él solo en nosotros...". (Thomas Merton, Nuevas semillas de contemplación)

"La meta de toda espiritualidad verdadera consiste en hacernos conscientes, conscientes no sólo de Dios sino de nosotros mismos y de todo ese inmenso mundo de las personas y las cosas. El ser conscientes es, en realidad, un despertar, nos levantamos del sueño de un apartheid espiritual y nos convertimos en personas verdaderamente vivas". (William H. Shannon, Silencio en llamas)


miércoles, 14 de agosto de 2013

PRESENCIA SALVADORA

"Dios siempre es para nosotros una presencia salvadora.
El Dios que Jesús ha revelado es un Dios de amor incondicional. El amor de Dios no brota hacia nosotros por el hecho de que él vea en nosotros algo que lo mueva a amarnos. No.  El amor brota de Dios por el hecho de lo que él es en sí mismo: él es Amor.
 Por esta razón afirmo que el ser mismo de Dios exige que su presencia sea una presencia salvadora. Dios siempre está presente para salvar. Definitivamente, el amor con que Dios nos ama no depende de lo que seamos, sino de lo que Dios es...
Comprender que Dios es amor significa que hemos de desterrar definitivamente la idea de que Dios nos trata de forma perjudicial. Esta comprensión puede hacernos progresar grandemente en lo que queremos decir cuando nos referimos a la contemplación y oración de conciencia.
 Hablamos de dos verdades básicas: La primera, que siempre estamos en presencia de Dios (no podemos estar en ninguna otra parte). La segunda, que la oración, especialmente la oración sin palabras, consiste en estar consciente de esa presencia.
 Ahora nos adelantamos un poco más. Si Dios es amor, entonces nuestro estar siempre en Dios se puede convertir en estar siempre en el amor, y la oración sin palabras, que es la conciencia de la divina presencia puede traducirse como la conciencia del amor...
Ser creatura de Dios significa estar siempre en el Amor. Orar es ser conscientes de que siempre estamos en el Amor.
 Entonces en forma tranquila, profunda y frecuente, podemos orar diciendo:
 Que pueda yo experimentar la alegría de vivir en tu presencia...". 

William H. Shannon
"Silencio en llamas".
(Notas)

martes, 13 de agosto de 2013

AFERRARSE A LA VOLUNTAD Y VERDAD DE DIOS.

En 1962 (25 de enero), tras veinte años de vida monástica, fiel a su vocación, al término de un retiro, Merton concluye allí donde empezara su ventura y su aventura religiosa:
"1) No puede haber duda ni ambigüedad en mi decisión de ser completamente fiel a la voluntad y a la verdad de Dios. Por eso tengo que buscar siempre y en todo, obrar según su voluntad y su verdad e intentar, con su gracia, ser 'santo.'
2) No puede haber duda ni medias tintas en mi empeño por evitar falsificar esta obra de verdad al tomar demasiado en cuenta lo que otros aprueban o consideran 'sagrado.' En una palabra, podría suceder (o tal vez no) que lo que Dios me pide me haga parecer menos perfecto a los demás, o que me prive de su apoyo, de su afecto o de su respeto. Llegar a ser santo, por tanto, puede implicar la angustia de parecer, y en un sentido real 'ser', un pecador, un desterrado. Eso puede comportar conflictos aparentes según cierto estándar, que quizá sea mal entendido por mí o por otros o por todos nosotros.
3) La cuestión es aferrarse a la voluntad y verdad de Dios en su pureza e intentar ser sincero y actuar en todas las cosas movido por un amor genuino hasta donde pueda."

(Citado por: Fernando Beltrán Llavador, en "Apertura e intimidad: directrices espirituales de TM para el siglo XXI")

AMOR QUE SE DEJA ENCONTRAR

"Ahora bien, la muerte de Cristo manifiesta la total fiabilidad del amor de Dios a la luz de la resurrección. En cuanto resucitado, Cristo es testigo fiable, digno de fe (cf. Ap 1,5; Hb 2,17), apoyo sólido para nuestra fe. « Si Cristo no ha resucitado, vuestra fe no tiene sentido », dice san Pablo (1 Co 15,17). Si el amor del Padre no hubiese resucitado a Jesús de entre los muertos, si no hubiese podido devolver la vida a su cuerpo, no sería un amor plenamente fiable, capaz de iluminar también las tinieblas de la muerte. Cuando san Pablo habla de su nueva vida en Cristo, se refiere a la « fe del Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí » (Ga 2,20). Esta « fe del Hijo de Dios » es ciertamente la fe del Apóstol de los gentiles en Jesús, pero supone la fiabilidad de Jesús, que se funda, sí, en su amor hasta la muerte, pero también en ser Hijo de Dios. Precisamente porque Jesús es el Hijo, porque está radicado de modo absoluto en el Padre, ha podido vencer a la muerte y hacer resplandecer plenamente la vida. Nuestra cultura ha perdido la percepción de esta presencia concreta de Dios, de su acción en el mundo. Pensamos que Dios sólo se encuentra más allá, en otro nivel de realidad, separado de nuestras relaciones concretas. Pero si así fuese, si Dios fuese incapaz de intervenir en el mundo, su amor no sería verdaderamente poderoso, verdaderamente real, y no sería entonces ni siquiera verdadero amor, capaz de cumplir esa felicidad que promete. En tal caso, creer o no creer en él sería totalmente indiferente. Los cristianos, en cambio, confiesan el amor concreto y eficaz de Dios, que obra verdaderamente en la historia y determina su destino final, amor que se deja encontrar, que se ha revelado en plenitud en la pasión, muerte y resurrección de Cristo".

(Lumen Fidei, 17)

domingo, 11 de agosto de 2013

EL VÍNCULO OCULTO DEL AMOR

"El conocer a Dios como el origen de todo lo que existe y a la oración contemplativa como el hacernos conscientes de la realidad que ya existe, son los dos pilares sobre los cuales podemos construir la espiritualidad contemplativa.
 Escribiendo a los estudiantes del Smith College en 1967 y comentando sobre la lectura y aceptación de sus escritos, Merton les habla de su identificación con ellos, y dice que no hay mayor felicidad que el inexplicable vivir siendo uno con todas las cosas por el oculto vínculo del amor, que sencillamente no puede explicarse.
 Un año después, en una carta al Dr. Weisskopf, vuelve a hablar sobre el terreno del ser:
Oculto en las más hondas profundidades de toda realidad, que quizá no podemos ver, yace la razón última, en que todo lo contradictorio se unifica, todo sale bien. Para el cristiano es el  motivo de la libertad y del amor... (abril, 1968).
 En esta causa del amor, en la cual siempre estoy, encuentro mi identidad, aquello por lo cual soy único, aquello por lo cual me relaciono. Pero solamente podré encontrarme a mí mismo y mi conexión con los demás, si tengo conciencia de que estoy en la presencia de Dios. La tarea de la oración consiste, pues, en ayudarme a lograr la conciencia explícita de que realmente estoy en Dios".

William H. Shannon
"Silencio en llamas"

sábado, 10 de agosto de 2013

UNA LUZ POR DESCUBRIR

"La fe nace del encuentro con el Dios vivo, que nos llama y nos revela su amor, un amor que nos precede y en el que nos podemos apoyar para estar seguros y construir la vida. Transformados por este amor, recibimos ojos nuevos, experimentamos que en él hay una gran promesa de plenitud y se nos abre la mirada al futuro. La fe, que recibimos de Dios como don sobrenatural, se presenta como luz en el sendero, que orienta nuestro camino en el tiempo. Por una parte, procede del pasado; es la luz de una memoria fundante, la memoria de la vida de Jesús, donde su amor se ha manifestado totalmente fiable, capaz de vencer a la muerte. Pero, al mismo tiempo, como Jesús ha resucitado y nos atrae más allá de la muerte, la fe es luz que viene del futuro, que nos desvela vastos horizontes, y nos lleva más allá de nuestro « yo » aislado, hacia la más amplia comunión".
(Lumen Fidei, 4)

jueves, 8 de agosto de 2013

AMAR AL MUNDO

 "Ciertamente hay que amar al mundo, porque Dios amó al mundo y envió a Su hijo al mundo para salvarlo. Aquí el MUNDO significa el cosmos y todo está centrado en Dios, todo Le busca. El cristianismo debería hacernos "más visiblemente humanos", apasionadamente preocupados por todo lo bueno que existe, que quiere crecer en el mundo y que no puede hacerlo sin nosotros.
 La indiferencia estoica cultivada por un cierto tipo de espiritualidad cristiana es, por tanto, una tentación diabólica y un vaciamiento de piedad, interés, así como endurecimiento del corazón, regresión y aislamiento.
Los que aman al mundo en sentido equivocado, lo aman por su propio bien, lo explotan por su propio bien. Quienes lo aman verdaderamente, lo desarrollan, trabajan en él por Dios, para que Dios pueda revelarse en él". 

Thomas Merton
Diarios, 1960.

miércoles, 7 de agosto de 2013

SAN JUAN DE LA CRUZ.


"San Juan de la Cruz es un escritor notablemente lúcido y sencillo. Si algunos lo encuentran difícil por cierto ello no se debe a que sea oscuro. Es casi brutalmente claro. Y en eso consiste el problema. Su sencillez es demasiado radical. Jamás pierde tiempo en buscar componenda alguna".

"Todo y Nada. Estas dos palabras contienen la teología de san Juan de la Cruz. Todo es Dios, quien contiene en Sí mismo eminentemente las perfecciones de todas las cosas. Pero a fin de poseerlo a Él, que lo es todo, debemos renunciar a la posesión de todo lo que sea menos que Dios".

"Lejos de tratar de privar al alma de placer, conocimiento y todo lo demás, san Juan de la Cruz quiere que alcancemos el más puro de los placeres y el más elevado de los conocimientos: el gustarlo todo, el saberlo todo, el poseerlo todo".

"La nada de san Juan de la Cruz es simplemente una aplicación drásticamente literal del Evangelio".

"San Juan de la Cruz resulta tan drástico que mucha gente se convence de que está predicando una especie de dualismo maniqueísta, como si la naturaleza fuese maligna en sí misma, como si las criaturas no fuesen más que obstáculos en la unión con Dios... Pero, lejos de enseñarnos a detestar este mundo, Juan de la Cruz nos indica la manera de amarlo y comprenderlo".

Thomas Merton
"Ascenso a la verdad".
LUMEN.

lunes, 5 de agosto de 2013

TODO ESTÁ EN VIVIR.

"La idea de tener una espiritualidad puede ser una peligrosa ilusión. Mi espiritualidad no es un compartimento separado de mi vida, sino mi vida misma. Así podemos comprender lo que Merton escribía a Etta Gullick: se niega a separar la oración del resto de la vida, como si unas veces fuéramos espirituales y otras no. Merton le escribe a Etta: "Si obedezco a Dios en todo, ¿dónde está mi vida espiritual? Se fue por la ventana" (18 de enero de 1963).
 Precisamentre porque no debemos de considerar la espiritualidad como algo que tenemos como parte de nuestra vida, sino como algo que somos y vivimos, por esa misma razón, y todavía más, necesitamos darnos cuenta de que hemos de entender la oración contemplativa a través de la experiencia y no a través de las palabras.
 En 1966 Thomas Merton escribía:
 "No quiero escribir sobre cosas espirituales... Poco a poco he llegado a sentir náuseas al hablar de la contemplación. Bueno, excepto cuando necesito hacerlo. Las palabras parecen demasiado vacías y triviales. No me siento como para hilvanar cantidad de palabras sobre Dios y la oración. De hecho me siento inmensamente pobre e inseguro; mas no me preocupo, me conformo con vivir".

"ME CONFORMO CON VIVIR"... Estas brevísimas palabras pueden resumir bien todo lo que he tratado de decir sobre la espiritualidad contemplativa".

William H. Shannon
"Silencio en llamas"

domingo, 4 de agosto de 2013

LA ALEGRÍA DE CREER

"Ya que las palabras, Dios mío, no están hechas
para permanecer inertes en nuestros libros,
sino para poseernos y recorrer el mundo en nosotros;
permite que de esta hoguera de alegría
que tú encendiste antaño sobre una montaña,
que de esta lección de felicidad,
sus chispas nos alcancen y nos penetren,
nos rodeen y nos invadan;
haz que, habitados por ellas,
como «pavesas en los rastrojos»,
recorramos las calles de la ciudad,
marchemos junto a la oleada de la multitud,
contagiando felicidad,
contagiando alegría.
Porque estamos verdaderamente cansados
de todos esos pregoneros de malas nuevas,
de tristes nuevas.
Hacen tanto ruido
que ya ni siquiera suena tu palabra.
Haz estallar nuestro silencio,
palpitante con tu mensaje,
en su estruendo.
En el tropel sin rostro
haz pasar nuestra alegría ensimismada,
más clamorosa que los gritos
de los vendedores de periódicos.
Más invasora
que la tristeza inmóvil de la masa".

Madeleine DELBREL.

sábado, 3 de agosto de 2013

VIDA INTERIOR.

"La soledad hay que preservarla, no como un lujo sino como una necesidad: no tanto para la `perfección´ sino simplemente para `sobrevivir´ en la vida que Dios te ha dado".
(Conjeturas, pág. 91-92).
 
"El arte de cultivar la soledad y la oración contemplativa, funcionando en un contexto cristiano, conlleva que las relacionemos con el bien del prójimo y de Dios. El descubrimiento de que la contemplación es precisamente una forma de amar al prójimo nos permite asegurarnos de que vamos por el camino correcto si queremos dedicar nuestro ser a conseguir una vida interior con vida. Merton sabía perfectamente que el propósito de la soledad y el silencio es el de intensificar la participación en el proceso de transformación de lo dones del Espíritu en nuestro ser, convirtiéndonos en auténticos hijos de Dios en Cristo. Para un monje es fundamental tratar de olvidarse de ocupaciones ociosas y de relaciones que interfieren en su compromiso sincero de trabajar de forma creativa por identificarse como hijo de Dios. Este proceso de transformación conlleva un intercambio dialéctico entre el ser trascendente y el Espíritu de Dios que se comunica con nosotros en el centro más profundo de nuestro ser. Merton estaba plenamente convencido de que la vida monástica, con su soledad, silencio, meditación, estudio y lectura litúrgica, trabajo manual y vida comunitaria, existía por el bien de esta reforma de la persona interior. Cuando adquirió más experiencia, pudo entonces entender que éste era el propósito último en la vida de cada ser humano. Los monjes tienen una forma particular de trabajar por este propósito, una forma que ofrece múltiples y continuas ayudas para lograrlo, pero no tienen el monopolio de ninguno de los elementos esenciales en esta tarea radicalmente humana. Cada verdadera vocación tiene sus propios medios para conseguir este objetivo. Puede perfectamente medirse el estado de salud de una sociedad o estilo de vida según contribuyan a lograr este propósito".

John Eudes Bamberger.

DIÁLOGOS CON EL SILENCIO

" Nuestro Edén es el corazón de Cristo.

Venga tu gracia, Jesús.
Tu nombre en mis entrañas.
Tu Santo Nombre corona la torre de mi corazón.
 Venga la gracia, y pase este mundo,
Jesús, Tú que vives en mi exhausto corazón" .


" Desde mi cuna, Cristo, te he conocido en todas partes,
 y aun cuando haya pecado, 
He podido entrar en T í y he sabido
Que Tú eras mi mundo:
Tú has sido mi Francia y mi Inglaterra,
Mis mares y mi América:
Tú has sido mi vida y mi aire".

" Voy a ir a Tí, Señor, por mil callejones sin salida.
Tú quieres llevarme a tí atravesando muros de piedra".

Thomas Merton.
" Diálogos con el silencio".
Sal Terrae, 2005.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.