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miércoles, 20 de enero de 2010

DIÁLOGOS CON EL SILENCIO

"Enseñame, oh Dios, a aceptar con gozo mi desvalimiento en la vida espiritual.
Enseñame a contentarme con tu gracia,
que viene a mi en la oscuridad y hace cosas que yo no puedo ver.
Enseñame a ser feliz por poder depender de Tí.
Depender de Tí debería ser, en sí mismo, infinitamente más grande que cualquier otro gozo
 que mi apetito intelectual pueda desear". (61)

"Nuestro Edén es el corazón de Cristo.
Venga tu gracia, Jesús.
Tu nombre está en mis entrañas.
Tu Santo Nombre corona la torre de mi corazón.
Venga la gracia, y pase este mundo,
Jesús, Tú que vives en mi exhausto corazón". (65)

"A Ti, que duermes en mi pecho,
 no se te encuentra con palabras,
sino en la aparición de la vida dentro de la vida,
y de la sabiduría dentro de la sabiduría.
Contigo ya no hay diálogo, contienda ni oposición de ningún tipo.  
A Tí se te encuentra en la comunión!
Tú en mí, y yo en Tí; Tú en ellos, y ellos en mí:
desasimiento dentro del desasimiento,
desapasionamiento dentro del desapasionamiento,
vacuidad dentro de la vacuidad,
libertad dentro de la libertad.
 Estoy solo. Tú estás solo.
 El Padre y Yo somos Uno". (95).

Thomas Merton
"Diálogos con el silencio".

3 comentarios:

Maria de los Angeles dijo...

"Enseñame a ser feliz por poder depender de ti", si pudiera vivirlo realmente, no necesitaria mas.
Gracias Manuel por estos regalos de Merton.
Un abrazo!

Inés García, aci dijo...

"Venga la gracia, y pase este mundo,Jesús, Tú que vives en mi exhausto corazón".

Qué frase llena de consuelo y firmeza para el corazón cristiano!
El Nombre de Jesús es nuestra fortaleza siempre.
Gracias.

Unidos en la oración por los que más sufren, en especial por el pueblo de Haití, que todos podamos dar un paso en el despliegue de la solidaridad y fraternidad cristiana con este pueblo ante esta dura catástrofe, pero también con los que Jesús va poniendo a nuestro lado para ayudar, servir, ser solidarios...

San dijo...

Merton, con sus palabras, impregna el silencio de belleza. Hay ocasiones en que las palabras humanas tienen el poder de ser divinas palabras. Es posible realizar con ellas una alquimia interior. El arte, en definitiva, siempre sana. Hasta el amor, como decía Balzac, no sólo es un sentimiento, es también un arte.
Es interesante observar los viajes tan diferentes que podemos iniciar, cada uno de nosotros, con la lectura de un mismo texto espiritual. A mí, los fragmentos que has transcrito, Manuel, me han llevado, después de leerlos un par de veces, a pasear por el paisaje de una serie de reflexiones. Pienso que las tres, de una u otra forma, podrían abrazarse con la voz del corazón de Merton.
La primera, de Kazantzakis: “Le dije al almendro: hermano háblame de Dios. Y el almendro se cubrió de flores”.
La segunda, de Saint- Exupéry: “Un montón de piedras dejan de ser un montón de piedras, en el momento en que un solo hombre las dibuja contemplando dentro de sí la imagen de una catedral”.
Y, la tercera, de Tomás Moro: “Dichoso, sobre todo, los que sepan reconocer a Dios en todo lo que encuentran; lograrán la luz de la sabiduría”.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.