Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.
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martes, 5 de enero de 2010
LECTURAS
Ser parte de todo...
-Thomas Merton-
Santidad es descubrir quién soy...
“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).
LA DANZA GENERAL.
Thomas Merton.
ORACIÓN DE CONFIANZA...
“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros
Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.
2 comentarios:
Gracias por tus recomendaciones, Manuel. A Bonhoeffer y Teilhard los conocía, y los considero buenos pilares para una espiritualidad coherente, además de válida para hoy. Del tercer autor no tengo referencias.
De Teilhard lo que más me gusta es que, en una época difícil, tuvo el coraje para seguir un camino espiritual optimista, su obra es una apuesta por la esperanza y por la alegría de sentirse hombre. Un gran conciliador también de ciencia y religión. Aunque su Cristo Cósmico fuera causa de no pocos problemas con la teología oficial y el gobierno eclesiástico.
La biografía de Bonhoeffer me parece muy interesante: una ejemplar experiencia de fe y de resistencia frente a la sumisión. También tuvo sus más y sus menos con los dirigentes de las iglesias luterana y católica. Para él hay que hablar de Dios en medio de la “mundanidad”, Dios Es en el “más acá”. Para Bonhoeffer, Cristo no es un hombre de lo sagrado, sino un humano que vive lo humano con cada ser humano.
Reflexionando, en relación a la primera cita que transcribes de Bonhoeffer, me resulta incomprensible que seamos extremadamente cautos para entregar a nadie las llaves de nuestro corazón y, sin embargo, permitamos que, por decisiones tomadas hace muchos siglos en un determinado contexto, nuestro Dios siga exiliado en los Templos y continúen poseyendo las llaves de sus puertas, y de su Palabra, sólo instituciones y eclesiásticos. ¿Cuándo seremos conscientes de que Dios habita, vive, se manifiesta, en cada hombre? De que, en Cristo, Dios se hizo regalo en todo lo humano. De que vivimos a Dios en nuestra vida y en toda vida.
Gracias por la sugerencia de libros, Manuel, si hay tiempo leeré algo de esos autores de los que sintetiza San con "buen ojo".
Esta canción la escuché en unas reuniones hace poco, creo que es algo de lo que expresa San en el comentario, la comparto con ustedes.
"Vivo en el lado oculto de la vida.
Yo voy por la vereda de la sombra.
Lo mío es el rumor de un arroyito,
el beso de la brisa entre las hojas.
Y las flores de plástico me duelen:
La tierra y las raíces me conmueven.
Vivo en el lado desnudamente humano de la vida.
Vivo en el lado sagradamente humano de la vida.
Vivo en el lado lento de la vida.
Amo lo que se gesta en el silencio:
Terco fluír del río en la llanura...
Los embarazos... Y el muy sabio invierno.
Soy figura emergiendo de la piedra.
Los montes me contagian su certeza.
Vivo en el lado pacientemente humano de la vida.
Vivo en el lado sagradamente
humano de la vida.
Vivo en el lado tierno de la vida.
Voy desarmando fosos y castillos.
Ya no quiero ser duro pero muerto.
Prefiero vulnerable, pero vivo.
La falda de mamá... el olor de casa...
Y tu abrazo de amor que hoy me rescata.
Vivo en el lado entrañablemente humano de la vida.
Vivo en el lado sagradamente humano de la vida.
Vivo en el lado pobre de la vida.
Donde la sencillez airea tu casa.
Donde el "Te necesito" no avergüenza.
Donde nace del alma el "Muchas gracias".
Donde nadie te lleva por delante
montado en "supervidas importantes"...
Vivo en el lado pequeñamente humano de la vida.
Vivo en el lado sagradamente humano de la vida.
Vivo en el lado manso de la vida.
Le creo solamente a los pacíficos.
Por eso me avergüenzan mis violencias:
Quiero a mi corazón quieto en su nido.
¡Triste arrogancia de los "ganadores"!
No subo el Monte Olimpo de esos dioses.
Vivo en el lado sufridamente humano de la vida.
Vivo en el lado sagradamente humano de la vida.
Vivo en el lado espeso de la vida.
Sangro la sangre de los doloridos.
No adoro ideas claras y distintas:
Dramático y más turbio es nuestro río
¡Cruz de autenticidad esperando el alba...!
Y, oscuramente... Dios... eje de mi alma.
Vivo en el lado complejamente humano de la vida.
Vivo en el lado sagradamente humano de la vida.
LETRA Y MÚSICA: EDUARDO MEANA SDB
Sacerdote Salesiano Argentino.
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