Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.
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viernes, 15 de enero de 2010
Henri NOUWEN
Ser parte de todo...
-Thomas Merton-
Santidad es descubrir quién soy...
“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).
LA DANZA GENERAL.
Thomas Merton.
ORACIÓN DE CONFIANZA...
“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros
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3 comentarios:
Me gusta mucho tu blog. Entré porque desde mi noviciado, cuando leí "Los Hombres no son islas" cambió el rumbo de mi espiritualidad. Luego descubrí a Nouwen y de su mano a Jean Vanier. Gracias por recordarme su espiritualidad...En una Iglesia que parece más preocupada por no perder poder, por su influencia y preponderancia más que por seguir a Jesús, necesitamos las palabras de esas personas que se enamoraron a la vez de Dios y del Hombre. Gracias: Joan Josep
La riqueza de Cristo es su Corazón abierto sin medida para que todos entremos en la dinámica de su amor, de su profundidad, anchura, altura, etc, dispuestos a darnos a los demás, como nos lo enseñan Nowen, o Merton, o tantos otros sacerdotes desde su ministerio sean las cualidades o dones variados que Dios en su "riqueza" les haya dado. Creo que en la historia de la Iglesia, lo mismo que en este momento, es el Espíritu de Dios que va convocando a los fieles y a sus pastores para ser una Iglesia que enriquezca al mundo con su "riqueza".
Muy agradecida por las lecturas que nos ofreces p.Manuel, te saludo cordialmente, y me uno a todos en la oración por la Iglesia y su misión,
inés
Creo que toda la riqueza de Dios se halla en la fragilidad del corazón de cada hombre, desde el momento en que, por la grandeza de Amor, se hizo carne en Cristo. Descubrir eso, experimentarlo y transmitirlo es ya participar de esa riqueza. En la historia de la humanidad ha habido hombres y mujeres, dentro y fuera de cualquier iglesia, conocidos algunos, como Merton y Nouwen, otros anónimos, que han evidenciado la elevación del hombre por el abajamiento de Dios. Es decir, que nos han enseñado a comprender la humanización de Dios. O, como dice el lúcido primer comentario a esta entrada de Manuel, “enamorarse de Dios y del hombre”. En definitiva no puede ser de otra manera, porque el Espíritu habita en un cuerpo espiritual, humano, sin dualidades. Como tampoco hay fronteras religiosas, ideológicas, ni de cualquiera otra índole para la salvación. La liberación de Cristo es universal y eterna para todos.
A Merton me acercaron una serie de circunstancias. Y con el paso del tiempo ha ido creciendo mi identificación con gran parte de la visión espiritual de este hombre. A Nouwen lo “encontré” a través del “El regreso del hijo pródigo”, que es, para mí, una deliciosa degustación de la ternura de Dios. Una importante riqueza humana y divina, la ternura, de la que participó en dosis importantes este hombre. Después, he ido añadiendo títulos suyos a mis estanterías. El último, una de sus biografías, la de Ford, “El profeta herido”, recomendada por Manuel en su blog.
En fin, que hay que dar gracias a Dios por estas dos personas, y por todas las que con su trabajo benefician y mejoran la vida de otros seres humanos, en cualquier aspecto. Porque sea cual sea su ámbito de actuación “profesional”, trabajan en la misión del Amor y la Vida del Evangelio, dan testimonio y predican a Cristo. Y, por supuesto, gracias a Manuel, por acercarnos a Thomas y Henri, y difundirlos, a través de este “escaparte”. Felicidades.
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