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jueves, 19 de febrero de 2015

CAMINANDO CON MERTON...


He contado antes cómo fue mi primer encuentro con Merton, y la impresión que me causó la primera lectura de su autobiografía; luego pasaron varios años antes de que empezara a leer sistemáticamente su obra, y me parece recordar que el golpe de efecto lo tuvo la lectura de sus Diarios. En uno de mis viajes a USA encontré la edición en español, en dos volúmenes, de la editorial Oniro, y recuerdo que tenía que leerlo de a poco, porque la lectura me provocaba algo raro, una emoción, un estado espiritual muy particular. Ahí creo que empecé a leer a Merton sistemáticamente, y desde entonces no he dejado de hacerlo.

No pasa un día sin que lea algo suyo, a veces sólo una frase, a veces textos más largos, pero siempre estableciendo una especie de diálogo con él. No me sucede igual con ningún otro escritor, aunque tengo varios a los que leo con sistematicidad, a los que considero mis maestros, pero con Merton es algo especial. En el blog he querido siempre, y fue mi propósito al crearlo, compartir esos diálogos, es decir, combinar algo suyo con mi propia reflexión, pero no lo he conseguido; comparto textos suyos, pero lo que me suscita su lectura no consigo escribirlo, me resulta tan obvio, pero a la vez tan íntimo, que prefiero dejarlo en un silencio meditativo, o ni siquiera eso, sino simplemente en una conversación cotidiana entre sus escritos y yo, conversación llena de lugares comunes, frases, imágenes, repeticiones, u oraciones.

También he tenido espacios de silencio en mi relación con Merton, períodos en los que decido no leerlo, pero siempre regreso con más ímpetu a la lectura de sus libros, que ya no repaso en una lectura formal, sino que simplemente tomo alguno y voy leyendo partes de él, o volviendo a leer lo subrayado; porque mis libros de Merton están todos llenos de subrayados con un bolígrafo rojo, y renglones cubiertos con el trazo de un marcador amarillo. Esta afinidad y este diálogo con la obra de Merton, y con su misma historia personal, no implican que esté de acuerdo con todo lo que Merton hizo o escribió; también tengo mis diferencias con él, pero esto enriquece nuestro diálogo.

Muchas veces he querido seleccionar los textos que más me dicen, a los que más acudo, pero luego pienso que ya otros lo han hecho y no creo tener nada novedoso que aportar con mi selección; sí me gustaría que más personas pudieran aprovecharse de la experiencia de Merton, de sus escritos e intuiciones espirituales. Hoy mismo, leyendo algunas páginas de “Conjeturas de un espectador culpable”, me parecía encontrar muchos puntos de encuentro entre lo que Merton dice y lo que recién escribió el papa Francisco en su exhortación “La alegría del evangelio”; es un signo claro de la actualidad y la necesidad de su mensaje para la Iglesia y para nuestro mundo.

Suelo copiar frases cortas de Merton en pequeñas tarjetas de colores; tengo actualmente una de ellas sujeta en el espejo de mi cuarto, y dice: “Alcanzar la plenitud que busco, la de ser una persona corriente”. Una manera muy acertada de acompañar este Centenario del nacimiento de Merton sería seguir las meditaciones del libro “Un año con Thomas Merton”, tomadas de sus diarios; selección hecha por Jonathan Montaldo, y publicada en español por Sal Terrae. Personalmente he tomado una frase de Merton como inspiración para esta Cuaresma, también tomada de sus diarios: “Prestar atención con amor y humildad a Cristo en la cruz”, y orar, también con él, diciendo:”Ojalá esta Cuaresma sea bendecida con vacío y paz y fe”.

Lo mismo les deseo a todos ustedes

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Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.