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sábado, 10 de agosto de 2019

ESCUCHAR LA VOZ DEL ANHELO O POR QUÉ MEDITAR

"¿Por qué meditar en unos tiempos como estos? Porque el Anhelo no cesa. El anhelo de comprender qué somos y cómo vivimos en coherencia con ello;  no meditamos para sentirnos bien, ni para pacificarnos o aliviar el estrés. Meditamos para vivir lo que somos. Meditar es vivir conscientemente, es serEl ser humano puede durante un tiempo alejarse de si mismo, perderse en los vericuetos de su mente pensante o extraviarse en compensaciones que lo adormecen, pero no podrá dejar de escuchar la voz del Anhelo que lo llama a casa, a vivir con consciencia, libertad y plenitud.

Es normal que, mientras somos jóvenes, busquemos fuera lo que imaginamos que nos llenará. Pasada una cierta edad, y tal vez alguna crisis, la mirada se dirige hacia adentro. En ese momento, suele ocurrir que se busque el camino del conocimiento de sí mismo, de la interioridad, el camino de la meditación.
En realidad se trata de la búsqueda primera del ser humano, y que se traduce en la pregunta: ¿qué soy yo?, y que introduce en el camino de la espiritualidad genuina. La espiritualidad consiste en responder adecuadamente a esa pregunta.

Si por espiritualidad, en el sentido genuino del término, entendemos la comprensión profunda (experiencial, vivencial) de lo que somos, la práctica meditativa es el camino para avanzar en esa comprensión. Así entendida, la práctica es el medio para aprender a acallar la mente. Ya que como decía krishnamurti, "solo una mente en silencio puede ver la verdad, no una mente que se esfuerza por verla".

Hablando con propiedad, la meditación es infinitamente más que la práctica. La meditación hace referencia a un estado de consciencia que, trascendiendo la mente,nos conduce del "estado mental" al "estado de presencia". En ese sentido, meditación y espiritualidad serían prácticamente equivalentes, y podrían plasmarse en la comprensión y la vivencia de lo que somos en profundidad.


En su sentido original, la meditación trasciende las religiones. Es la práctica de acallar la mente y, por tanto, las creencias, dado que toda creencia es solo un constructo mental. Las "religiones" son lecturas mentales de esa dimensión profunda de lo humano y de lo real, a las que nos referimos con el término "espiritualidad". Lógicamente, tales lecturas son legítimas, siempre que no se absoluticen y confundan lo que es una creencia con la verdad.

Si cada creencia es un mapa, circunscrito a las personas que aceptan su credo, la espiritualidad se refiere al territorio, y es por tanto abierta y universal. Los mapas resultan peligrosos cuando se absolutizan, porque confunden y fanatizan. La sabiduría nos invita a vivir el paso de los mapas religiosos al territorio común y compartido de la espiritualidad.

En el caso cristiano, habría que distinguir la oración (reflexiva, afectiva, personal) de la contemplación sin objeto. En este último caso, será equivalente a la meditación. Meditación o contemplación, en cuanto prácticas, son el camino para silenciar los pensamientos, los deseos y el protagonismo del yo. Gracias a ellas se nos regala el acceso al estado meditativo o contemplativo, la "vuelta a casa". La identificación con el yo y su protagonismo, que paradójicamente suele ser muy fuerte también en el campo religioso, nos alejan de nuestra verdad, nos mantienen en la ignorancia y perpetúan la confusión y el sufrimiento. Solo el silencio del yo - de la mente, de la voluntad, del protagonismo en la acción- nos abre a la comprensión y vivencia de nuestra verdad: porque, más allá del yo y de las formas en que nos experimentamos, somos Silencio consciente".

Enrique Martínez Lozano
Revista Vida Nueva

(Fotografías: Yazmi Palenzuela Valls)

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Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.