Seguidores

viernes, 22 de mayo de 2015

BUSCANDO LO PROPIO EN LA COMUNIDAD


Seguimos compartiendo algunos pasajes escritos por el monje trapense M. Basil Pennington que forman parte de un retiro que hizo en la ermita donde Thomas Merton vivió, en Getsemaní…

Escuché la grabación de la charla que dio Tom el día que abandonó el noviciado para emprender su vida en completa soledad aquí en la colina que llaman Monte Olivet. Señaló  que había pasado toda su vida monástica estudiando: dos años como novicio, diez como maestro de noviciado, nueve como estudiante y tres como maestro de estudiantes. Ahora se había graduado de ermitaño.

 En la charla, cuenta una experiencia que tuvo durante su retiro de Pascua aquí en Getsemaní en 1941. Se detuvo justo donde el camino conduce hoy hacia la ermita y, mirando en dirección de la abadía encerrada entre los muros, se dijo: este lugar está fuera de dudas. ¿Cómo podría vivir yo en un lugar así? Nunca llega uno a perderse en el bosque. Como muchos de nosotros, la mayor parte del tiempo él buscaba en la dirección equivocada. En algún lugar sentía ya la dirección del llamamiento, al que debía entregarse. Su ser más profundo añoraba ya la libertad de los bosques. Este deseo suyo iba a hacerse cada vez más candente y asumiría varias interpretaciones falsas antes de que encontrara su camino. Busca y encontrarás. Tom deja claro en su charla (tal como me dijo insistentemente Dom James) que no presionó al abad sobre este asunto. Tampoco fue algo que el abad hiciera a regañadientes. Es cierto que cuando Tom habló de la ermita, en 1955, Don James dio su permiso para que experimentara la vida en soledad, pero como no le entusiasmaba la idea se sintió feliz cuando Tom se presentó como voluntario para ser maestro del noviciado. Tom nunca se arrepintió de su elección. Don James le pidió un compromiso de tres años en el puesto y Tom se quedó diez con los novicios. En su charla de despedida declaró que el trabajo de maestro del noviciado era el mejor del monasterio.

 En 1965 estaba listo para dejarlo y retirarse a la ermita. Y Don James, quien sin que nadie lo notara anhelaba también hacerlo, estaba listo para admitir el retiro de Tom. Ya le había preparado el camino, admitiendo primero la construcción de un pequeño cobertizo para que Tom pudiera hallar allí un tiempo de soledad, y permitiendo luego que se construyera la casa de bloque de cemento en la colina. Gradualmente admitió que Tom pasara cada vez más tiempo aquí, y finalmente lo dejó dormir aquí y acudir al monasterio sólo para su desempeño como maestro del noviciado.

 El Padre Louis afirmó que la comunidad necesitaba un ermitaño y que estaba encantado con ser el elegido. Consideraba que era necesario que los monjes comprendieran que existe un campo de acción para la vocación individual dentro de la vida monástica. La comunidad, cada monje, necesita saber y recordar que cada uno tiene su propia llamada personal y la libertad y responsabilidad de seguirla. Que es necesario que el monje sienta que tiene cierta libertad: un sentido interior, algo más profundo que un mero saber; el símbolo viviente en la vida de un hermano de que puedes seguir el movimiento del Espíritu en el modo en que vives tu propia vida; que eres libre”.

M. Basil Pennington, Un retiro espiritual con Thomas Merton”, Estaciones Editorial, Argentina 1994

No hay comentarios:

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.