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lunes, 16 de julio de 2018

UN AUTÉNTICO MINISTRO.


“La influencia de Thomas Merton parece haber aumentado desde que murió en diciembre de 1968. Muchos están escribiendo tesis doctorales sobre él, así como tesinas. Siguen apareciendo libros y artículos sobre Merton. Desde que estoy aquí, han salido al menos tres libros. 

 Una de las cosas que me llaman la atención es que Merton es como la Biblia: puede servir para casi todo. El conservador y el progresista, el liberal y el radical, los que luchan por los cambios y los que se quejan de los mismos, los políticos activistas y los utópicos apolíticos, todos citan a Merton para expresar sus ideas y convicciones. Está considerado como el hombre que inspiro a Dan Berrigan, a Jim Forest y a Jim Douglas, pero también se utiliza como lectura espiritual segura en los refectorios de muchas casas religiosas. Los monjes dicen que no se puede entender a Merton si no se le ve, en primer lugar, como contemplativo, mientras que muchos que no son monjes prefieren verlo como un crítico social, un hombre que vive en la periferia del monasterio y que está profundamente implicado en la lucha por la paz y la justicia. Los admiradores cristianos destacan la ortodoxia de Merton, pero muchos no cristianos que miran al Lejano Oriente en busca de una nueva fuerza espiritual le consideran su modelo y apoyo. Y aunque Merton, durante sus últimos días en Asia, escribiera en términos inequívocos que él era y siempre sería un monje cristiano, los hay que incluso pretenden que tenía intención de hacerse budista.
¿Qué pensar de todo esto? ¿Quién está en lo cierto y quien está equivocado? Merton nunca intento ser sistemático, ni se preocupó por ser congruente. Articulaba hábilmente y con arte los diferentes escenarios de sus propios pensamientos y experiencias y buscaba nuevos descubrimientos sin preocuparse de lo que la gente hacia con los antiguos. Ahora está muerto. Ya no puede contestar a la pregunta: ¿Qué era lo que querías decir en realidad? Probablemente una pregunta así le habría irritado. Pero su muerte, ha hecho de él un catalizador aún más fuerte de lo que ha sido en vida. En efecto, él ha entregado su vida a los otros para ayudarles a encontrar su camino, no el de él. En este sentido, ha sido y sigue siendo un auténtico ministro, creando el espacio libre donde otros puedan encontrar o descubrir la voz de Dios en sus vidas”.

Henri Nouwen, Mi diario en la abadía de Genesee, PPC 1999, páginas 218 y 219.
 (Este libro fue publicado originalmente en 1975, y el diario que recoge es de 1974).

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Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.