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miércoles, 28 de mayo de 2014

VIVIR PARA VIVIR

"Existe otro serio problema que nos impide la verdadera conciencia de lo que es: se trata de la cultura en que vivimos que está orientada hacia la producción y la constante influencia que ejerce sobre nosotros, arrastrándonos con febril impulso a hacer siempre cosas útiles. Esta actitud es casi fatal para la oración, y especialmente la oración para logran conciencia. Pues esta oración no se encamina a producir algo. Todo su sentido consiste simplemente en hacernos más plenamente conscientes de Dios y de toda realidad; en otras palabras: en hacernos conscientes no de algo nuevo, sino sencillamente conscientes de lo que es. Para una sociedad ávida de producción, la oración, puesto que no produce nada, es, probablemente la cosa más inútil que se puede hacer. 

Citando a Thomas Merton:
"Estamos tan obsesionados con hacer, que ya no nos queda ni tiempo ni imaginación para ser. Por consiguiente, el valer de las personas no se mide por lo que son, sino por lo que hacen o por lo que tienen, por su utilidad. Y,  cuando a una persona se le reduce a su función, se la coloca en un estado servil y enajenado. La persona existe, entonces, para otra persona o, peor todavía, para otra cosa... Nuestra misma diversión tiene una finalidad y se justifica no por ser gratuita, simplemente una celebración, sino por su utilidad. Nos hace sentir mejor, por lo mismo nos ayuda a funcionar mejor y a seguir adelante con la vida".

Y entonces Merton pregunta: ¿Por qué no somos felices? Y responde: 
"Por nuestro servilismo. Toda la celebración queda sin sentido, vacía de contenido por que es útil. Todavía no hemos redescubierto la utilidad principal de lo inútil. De esta pérdida de todo sentido del ser de toda capacidad para vivir por vivir... viene la terrible y frustrada inquietud de nuestro mundo obsesionado por el hacer.....". 

William H. Shannon
"Silencio en Llamas"



"Vivir para vivir. 
Sólo vale la pena vivir para vivir. 
Para vivir. 
Sólo vale la pena vivir para vivir".

(Joan Manuel Serrat)

1 comentario:

Manuel dijo...

Te dejan sus herencias,
te marcan un sendero,
te dicen lo que es malo
y lo que es bueno, pero...

Ni los vientos son cuatro,
ni siete los colores,
y los zarzales crecen
junto con las flores

y el sol sólo es el sol si brilla en ti.
La lluvia sólo lluvia si te moja al caer.
Cada niño es el tuyo,
cada hembra, tu mujer.

Vivir para vivir.
Sólo vale la pena vivir para vivir.
Para vivir.
Sólo vale la pena vivir para vivir.

Y hacer tuyo el camino,
que tuyas son las botas.
Que una sonrisa pueda
dar a luz tu boca.

Abrázate a los vientos
y cabalga los montes.
que no acabe el paisaje
con el horizonte.

Que el sol sólo es el sol si brilla en ti.
La lluvia sólo la lluvia si te moja al caer.
Cada niño es el tuyo.
Cada hembra, tu mujer.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.