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domingo, 26 de julio de 2020

THOMAS MERTON HABLA SOBRE EL SACERDOCIO FEMENINO...


En diálogo con un grupo de religiosas Merton comparte temas que eran de actualidad en ese momento, finales de los años 60; entre ellos estaban la sexualidad, la vivencia de los votos monásticos, el sacerdocio femenino, y en general la llamada "mística femenina". Entre otras cosas, dijo lo siguiente: 

"La pasión no es una fuerza tan poderosa que no pueda ser controlada por el ser humano en circunstancias normales. La sexualidad no es un impulso avasallador. Pero es un aspecto importante de nuestra vida y necesitamos una forma creativa de encauzarla. Yo creo que el programa de los curas casados es sintomático, pero no realista. Ellos exponen un problema real, pero no me parece que el solo hecho de que muchos curas se casen sea la solución. La solución, creo, es que los curas tengan la libertad de casarse si lo desean, pero no creo que en realidad sean tantos los que quieran hacerlo. Muchos piensan que tienen que casarse porque ahora hay cierta presión para que actúen de ese modo. No sé si podría ser una solución que hubiera mujeres sacerdotes. Dejo eso a su imaginación... En este momento, yo no veo que lo sea. En su argumentación, Mary Daly contempla una forma de estructura jerárquica masculina y dice que las mujeres tienen que llegar a ese sitial que los hombres erigieron para sí mismos en la jerarquía. Yo no estoy de acuerdo. Yo creo que todo tiene que cambiar, la idea misma del sacerdocio tiene que modificarse. Pienso que precisamos desarrollar todo un sistema nuevo de culto en el que no haya necesidad de que una persona con jerarquía tenga un lugar central, un tipo de culto en el que todo el mundo esté involucrado... ¿Se imaginan a una mujer vestida con la casulla y el birrete? Fueron hombres los que inventaron para sí mismos ese atuendo ridículo, y ahora tendrán que llevarlo las mujeres. Creo que la mayoría de las mujeres tienen suficiente sentido común para darse cuenta de esto. Mary Daly parece pertenecer a la categoría de las que quieren tener todo lo que tienen los hombres, porque «si ellos tienen esas cosas, también las mujeres deberían tenerlas». Yo creo que las mujeres son, en general, más inteligentes; pueden ver que mucho de lo que hacen los hombres solo forma parte de una estructura artificial".


LO IMPORTANTE, dirá Merton, es:
"Ser una persona: esa es la idea que es preciso enfatizar... Necesitamos una nueva antropología teológica, una nueva concepción de lo que es un ser humano, lo que es una mujer, lo que es un hombre... Si nuestra teología está basada en esta concepción errónea de la diferencia entre los sexos, es una teología falsa. No es válida y nunca lo será". 

Thomas Merton
Los Manantiales de la contemplación

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Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.