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viernes, 11 de marzo de 2011

ORAR EN LA NOCHE

“Señor Dios de esta gran noche, ¿ves el bosque?; ¿oyes el rumor de su soledad?; ¿ves su secreto?; ¿recuerdas su aislamiento?; ¿ves que mi alma está empezando a disolverse como cera en mi interior?

Clamo de día, Dios mío, y no respondes, también de noche y no encuentro descanso.

¿Recuerdas ese sitio junto al arroyo? ¿recuerdas la cumbre de la colina de la viña en aquella ocasión en otoño, cuando el tren estaba en el valle?; ¿recuerdas la ladera boscosa detrás del emplazamiento de Hanekamp?; ¿recuerdas el momento del incendio forestal?; ¿sabes qué ha sido de los álamos que plantamos en primavera?: ¿observas el valle cuyos árboles yo marqué?

No hay hoja que no esté bajo Tu cuidado.
No hay grito que no sea escuchado por Ti antes de ser lanzado.
No hay agua en el esquisto que no esté oculta ahí por Tu sabiduría.
No hay manantial escondido que no hay sido escondido por Ti.
No hay vallecito para una casa solitaria que no haya sido planeado por Ti para una casa solitaria. No hay hombre para un acre de bosque que no haya sido hecho por Ti para ese acre de bosque.

Hay mayor consuelo en la esencia del silencio que en la respuesta a una pregunta. La eternidad está en el presente. La eternidad está en la palma de la mano. La eternidad es una semilla de fuego cuyas repentinas raíces quiebran las barreras que impiden que mi corazón sea un abismo”.

 
Thomas Merton.
Diarios: 4 de julio de 1952

1 comentario:

San dijo...

Los poetas, y Merton lo es, nos demuestran que quienes miran consiguen ver y que quienes buscan logran encontrar. Como ejemplo ilustrativo, esta hermosa oración, poema orante. También demuestra que posee la sabiduría para leer, en cada detalle, la grandeza de la sencillez y la ternura del Misterio, de Dios.
Como decía Facundo Cabral, hay veces que “nos distraemos de la Vida que nos rodea, de la Vida que nos puebla…”, hay veces que nos distraemos de la Vida que vive en todo.
Y como decía Teilhard en otra hermosísima oración, de la que copio este fragmento.
“…Quiero encontrarte dando vida
A la naturaleza que tú has creado;
En la transparencia del horizonte lejano,
Desde un cerro;
Y en las profundidades de un bosque
Que protege con sus hojas
Los latidos escondidos de todos sus inquilinos.
Necesito sentirte alrededor.
Necesito sentirte dentro…”
Creo que cuando el silencio del amor habla, la vida se hace comunión, y cuando el silencio del alma habla, la vida se hace oración.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.