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jueves, 11 de junio de 2009

Eucaristía y responsabilidad.


"Comenzamos cada una de nuestras eucaristías suplicando la misericordia de Dios. Probablemente, no hay en la historia del cristianismo otra oración más frecuente e íntimamente repetida como la súplica Señor ten piedad... Es el grito del pueblo de Dios, el clamor de todos los contritos de corazón.

Pero sólo es posible articular este grito cuando estamos dispuestos a confesar que de algún modo nosotros mismos tenemos algo que ver con nuestras pérdidas. Pedir misericordia significa reconocer que el culpar de nuestras perdidas a Dios, al mundo o a los demás no responde plenamente a lo que de verdad somos...

Celebrar la eucaristía exige de nosotros vivir en este mundo aceptando nuestra corresponsabilidad por el mal que nos rodea y que nos invade. Mientras sigamos empeñados en quejarnos de los difíciles tiempos que nos ha tocado vivir, de las terribles situaciones que tenemos que aguantar y del insoportable destino que hemos de afrontar, jamás podremos llegar a la contrición, que sólo puede proceder de un corazón contrito. Cuando nuestras pérdidas son mero fruto del destino, nuestras ganancias son mero producto de la suerte. El destino no conduce a la contrición, ni la suerte al agradecimiento.

De hecho, tanto nuestros conflictos personales como los conflictos a escala regional, nacional o mundial son nuestros conflictos, y sólo podemos superarlos reivindicando nuestra responsabilidad respecto de ellos y optando por una vida de perdón, de paz y de amor".


-Henri Nouwen-

7 comentarios:

Anónimo dijo...

La Eucaristía es ciertamente el centro de la vida cristiana, entendida eso sí en un sentido pleno, y no meramente como un ritual que se celebra cada día y al que asistimos por costumbre. Algunos añoran eso, y le llaman tiempos buenos; un tiempo de culto y moral, que era sin embargo profundamente injusto, y en el que los cristianos no eran sensibles al hecho de que recibir a Cristo supone ser solidario con todos, sus hermanos. Esta no es una enseñanza "comunista", sino que está en las raíces de la Iglesia, en el pensamientos de lo Padres en los que se sostiene la teología y la moral católicas. Por eso creo importante vincular Eucaristía con responsabilidad, como hace Nouwen, y recuerda acá Manuel. No se puede celebrar y recibir a Criso mientras se ignora el dolor del mundo o se desentiende uno de la parte de responsabilidad que le toca en ese dolor.

SAN dijo...

El sacramento de nuestra fe. Celebración, compartida en comunidad, de la grandeza del Amor de Cristo, realidad presente en el Pan y el Vino. Pero lo más importante es la vivencia que nos provoca a partirnos y repartirnos, como Él hizo. Comprometernos con los demás.
“Que ofrezcamos un corazón de misericordia
frente a toda debilidad y sufrimiento humanos
Inspíranos el gesto y la palabra oportuna
para el hermano solo y el marginado.
Ayúdanos a mostrarnos disponibles
ante quien se siente explotado y deprimido.
Que la Iglesia sea una comunidad
de amor, de libertad,
de justicia y de paz,
para que todos encontremos en ella
acogida y esperanza.
Que quienes te buscamos sepamos discernir
los valores de las culturas y los tiempos
y maduremos en fidelidad a tu Palabra;
que nos preocupemos de compartir en el amor
la angustia y la tristeza,
la alegrías y esperanza
de todos los seres humanos,
reflejando así tu camino
de reconciliación, de amor, de felicidad...”
(Basado en Plegarias Eucarísticas)

Carmen dijo...

La Eucaristía es ante todo alabanza y acción de gracias.Significa el compromiso de conformarnos a Cristo, que camina en nosotros y con nosotros como nuestra fuerza y nuestro viático y nos convierte en testigos de esperanza para todos.

Anónimo dijo...

Objeto de reflexión profunda debiera constituir una pregunta:¿por qué siendo lo que es y significa las celebraciones de la Eucaristía cuentan con una afluencia tan escasa y en disminución?

Anónimo dijo...

Hacernos responsables es un acto de madured y cordura. Muy fácil y gratificante para los logros, pero difísil de asimilar en los fracasos.
Emilio

Anónimo dijo...

Paz,perdón,amor, primero son una conquista personal. Una vez conseguidos es cuando podremos ofrecerlos y compartirlos.
María

Anónimo dijo...

Buena reflexión la de Nouwen. Mucha sustancia encierran sus palabras, en concreto las destacadas en amarillo me parece que dan en muchas dianas. Es útil hablar de la responsabilidad personal en un contexto en el que es habitual pasar la patata caliente al otro.
Roberto

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.