Seguidores

lunes, 22 de junio de 2009

"Insaciable hambre de respuestas"


"Siempre habrá evasiones. Siempre habrá razones por las que nunca podemos ser competentes para juzgar esas evasiones. Pero aun así debemos reconocer que un clima de preguntas y respuestas, de problemas y soluciones, un clima de lógica, orden, eficiencia y claridad aparentemente infalibles puede ser bastante engañoso. Puede tentar a los hombres a racionalizar. Puede corromper en ellos la capacidad de ser humildes y sinceramente obedientes a la verdad y a la voluntad de Dios, tal y como la encontramos en el misterio existencial de la vida diaria.

Resulta natural que la nueva generación responda a las racionalizaciones sobre la autoridad con otras racionalizaciones sobre la autenticidad. En tales casos, no se trata tan sólo de un problema de la nueva generación, sino un problema de todas las generaciones. Se trata del problema de sustituir con preguntas y respuestas verbales la realidad de la vida misma, en la que las preguntas a menudo se responden solas si las dejamos tranquilas.

Tenemos la costumbre de tratar todo como si fuese una pregunta; en otras palabras, tenemos la costumbre de tironear de las cosas pidiéndoles "respuestas", en lugar de dejarlas en paz, y eso a menudo provoca crisis vocacionales dentro del monasterio. Después de que uno se ha frustrado suficientemente con la inútil búsqueda de respuestas y soluciones donde en realidad hay muy pocos problemas o ninguno en absoluto, es fácil imaginar que la respuesta más importante y auténtica es poner en cuestión nuestro compromiso original y romperlo.

La simplicidad y autenticidad primitivas de la misma vida monástica deberían, finalmente, calmar esa insaciable hambre de "respuestas" y aliviar el escozor que produce el hecho de tener problemas y tener que solucionarlos...La única respuesta posible no es una nueva fórmula o un nuevo programa, sino simplemente la vida misma, en paz, humildad, simplicidad y silencio".


Thomas Merton.

En "La vocación y el pensamiento moderno" (Acción y contemplación)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La única vocación que debiera ser inalterable e imperecedera es la de ser amantes de la vida. La felicidad satisface toda las preguntas, porque sacia el alma. Y la felicidad a lo largo y ancho de una vida viaja por caminos diferentes, no tiene rumbos fijos. Ninguna vocación humnana, inlcuidas las denominadas consagradas, puede encorsetarse en un cliché mágico o en una ciega idealización de trascendencia.
Pablo

SAN dijo...

Muchas veces no encontramos respuestas porque esperamos oírlas fuera y, sin embargo, el corazón nos está regalando con cada latido una razón válida para cualquier interrogante. No deja de hablarnos, a pesar de que cada uno de nosotros se empeñe en amordazarlo con sus cuerdas particulares.

“Dicen que todo se explica,
que el azar oculta un orden.
Nada se escapa a la regla
de la cordura del hombre.
Bajo la luz de la ciencia
ninguna sombra se esconde;
música y magia son mitos
que a la materia responden.

Tiene que existir,
aún tiene que latir,
amordazado por la razón,
un corazón.

Nada obedece al misterio
que configura a la noche.
No tiene peso el vacío
puesto que no tiene doble;
el sentimiento es un lujo
que agujera el soporte
de las respuestas cabales
a lo que no se conoce.
Tiene que existir,
aún tiene que latir,
amordazado por la razón,
un corazón

Ser un verbo sin sangre
de pensamientos conformes,
una cabeza en la masa
con apellidos y nombre.
Triste deber de la Historia
el de encontrar soluciones
acribillando latidos
para que suenen relojes.”

(Aute, “Corazón”)

Inés García, aci dijo...

.."en realidad hay muy pocos problemas o ninguno en absoluto, es fácil imaginar que la respuesta más importante y auténtica es poner en cuestión nuestro compromiso original y romperlo".

Como el amor de Jesús hacia cada persona es eterno entonces nuestro compromiso original con ese amor puede romperse y armarse o repararse de nuevo porque es frágil, de tal manera que pueda ser más real o auténtico cada vez, sin tener que armar una estructura o programa nuevo, sino vivir encaminados hacia la paz aún con muchas preguntas sin respuesta en nuestro corazón.

TM. es un maestro para dar respuestas a muchas de las inquietudes de la humanidad, hoy

Gracias.
Saludos,
inés

Anónimo dijo...

La única verdad y voluntad de Dios es que cada hombre viva el amor y la felicidad. Lo demás es marear la perdiz o confundirnos con sucedáneos de Dios que exigen padecimientos y sacrificios para satisfacer su divinidad.
Roberto

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.