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jueves, 12 de abril de 2012

SOBRE LA ORACIÓN

MERTON sobre la ORACIÓN:

La oración es nuestra auténtica libertad… es en la oración donde somos verdadera y plenamente nosotros mismos y no estamos bajo ningún poder, autoridad o dominación”. (174)

“Cuando hablas de la oración, nunca sabes si lo que estás diciendo tiene sentido para otros o no. Hablas acerca de lo que tú piensas, y no sabes si logras comunicar con tu auditorio. La oración no es lógica o razonable. No hay nada razonable en la cruz, que es completamente irrazonable. Es ilógica. ¿Qué puede haber de más ilógico que el hecho de que Dios se digne venir a la tierra y morir en la cruz? Es la cosa más ilógica jamás ocurrida, pero sucedió porque Él la hizo, porque Él deseó hacerla y porque nos amó. En el amor no existe lógica. El amor va mucho más allá de la lógica”. (175)

“Lo que nosotros necesitamos es una teología que sea capaz de fundamentar la oración, que acompañe a la oración y le dé una cierta estructura, porque, de lo contrario, si sólo tienen oración y nada de teología, es como si tuvieran agua pero carecieran de recipiente para ponerla. La oración no les va como el agua, pero si tienen una teología que pueda contenerla, puesta como límite externo a su alrededor, sabrán dónde se encuentran. Ustedes pueden hacerle compañía, pero lo que cuenta es el agua, no el cubo. Si prestan excesiva atención al cubo, se olvidarán del agua y de nuevo se encontraran con dificultades. El cubo es útil, pero lo que ustedes desean es el agua. Ese es el tipo de teología que necesitan, y naturalmente, la Biblia la tiene. La teología bíblica les ofrece un contenedor para la oración”. (176)

“Nuestras relaciones con Dios son de tipo personal, nosotros no tratamos con Dios de acuerdo a un determinado sistema. La oración nos trasporta más allá de la ley. Cuando están rezando, en cierto sentido son ilegales. Entre el corazón y Dios no e interpone ninguna ley. La ley queda fuera de nuestra relación íntima con Dios, y si haces que en las relaciones íntimas de tu corazón con Dios haga acto de presencia una ley confundes las cosas. Entre el alma y Dios no existen leyes. Pero esta situación no es natural, sino el resultado de la redención, el resultado de Cristo. En otras palabras, si no existen leyes, no hay naturalmente una ley de oración, no existen sistemas. Los sistemas son buenos hasta cierto punto, pero toda su utilidad consiste en que ellos pueden ayudarnos a alcanzar el punto en que desaparece todo sistema, allí donde el trato con Dios es absolutamente libre, tanto por tu parte como por parte de Dios”. (178-180)

“La única regla que mantiene su validez en la oración es que no digan nunca nada que no sientan en el corazón. Si no sienten nada, no digan nada. No hablen si no sienten lo que van a decir”. (180)

“Dos semanas en Alaska” Diario, cartas, conferencias.
Thomas Merton
ONIRO, 2000

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Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.