En Merton hay, respecto a la vida espiritual, una insatisfacción permanente, una búsqueda constante, y un espíritu entre irónico y contestatario que singulariza su camino monástico y su proyecto de santidad. Lo que él quiere no es repetir simplemente un modelo temporal, sino vivir en fidelidad creativa el seguimiento del Modelo, que es Cristo.[1] Merton tuvo que lidiar con esta, y otras situaciones: sus deseos de silencio y soledad en una comunidad monástica cada vez más poblada, activa[2] y ruidosa; sus luchas entre la vocación monástica y su condición de escritor famoso en un monasterio trapense[3]; sus dificultades para asumir concepciones teológicas y costumbres prácticamente medievales, o el mal gusto de ciertos ornamentos e imágenes, siendo él una persona de cultura amplia y gusto artístico[4]. Creo que en esos primeros años, y luego de que pasara el momento primero de idealización, tuvo Merton que reordenar su vida interior, y encontrarse de nuevo a sí mismo, su verdadero yo, su verdadera identidad, reordenando sus prioridades y mirando más allá de lo inmediato, a un horizonte trascendente e inmanente al mismo tiempo.. Al comentar acerca de dos escritores rusos apunta:
Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.
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domingo, 21 de julio de 2013
BÚSQUEDAS E INQUIETUDES
En Merton hay, respecto a la vida espiritual, una insatisfacción permanente, una búsqueda constante, y un espíritu entre irónico y contestatario que singulariza su camino monástico y su proyecto de santidad. Lo que él quiere no es repetir simplemente un modelo temporal, sino vivir en fidelidad creativa el seguimiento del Modelo, que es Cristo.[1] Merton tuvo que lidiar con esta, y otras situaciones: sus deseos de silencio y soledad en una comunidad monástica cada vez más poblada, activa[2] y ruidosa; sus luchas entre la vocación monástica y su condición de escritor famoso en un monasterio trapense[3]; sus dificultades para asumir concepciones teológicas y costumbres prácticamente medievales, o el mal gusto de ciertos ornamentos e imágenes, siendo él una persona de cultura amplia y gusto artístico[4]. Creo que en esos primeros años, y luego de que pasara el momento primero de idealización, tuvo Merton que reordenar su vida interior, y encontrarse de nuevo a sí mismo, su verdadero yo, su verdadera identidad, reordenando sus prioridades y mirando más allá de lo inmediato, a un horizonte trascendente e inmanente al mismo tiempo.. Al comentar acerca de dos escritores rusos apunta:
Ser parte de todo...
-Thomas Merton-
Santidad es descubrir quién soy...
“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).
LA DANZA GENERAL.
Thomas Merton.
ORACIÓN DE CONFIANZA...
“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros
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