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martes, 11 de febrero de 2020

DUALISMOS. EL ESCRITOR THOMAS MERTON. 2

Continuamos compartiendo fragmentos del artículo sobre Merton "Un Spectrum de Dualismos, Merton contra sí mismo" de la escritora norteamericana Alice Mayhew, recientemente fallecida. Les decíamos en una entrada anterior con la primera parte del mismo, que fue publicado originalmente en 1969 en la revista Commonweal  y que, a la muerte de su autora, fue seleccionado por colegas y amigos para honrar su memoria. 


"Merton daba conferencias, escribía poemas, preparaba publicaciones oficiales de Getsemaní,  compilaba una historia de la Orden, traducía, dirigía novicios, contestaba y escribía  cartas, mantenía el diario que nos habla de todo este conflicto y escribía el libro Semillas de contemplación,  sobre la vida meditativa. "Sale el sol", escribió, "y con él también la máquina de escribir". Días muy ocupados  y distraídos para alguien cuyos pensamientos giraban en torno al deseo de soledad (también leyó con voracidad, queda claro en sus textos) y para quien, al mismo tiempo, trataba de resistir o expulsar al mundo con ambas manos.



"Una oscuridad encantadora, un sol encantador que brilla en un mundo que, por lo que a mí respecta, ya ha terminado". Que tenga cuidado de no ser envenenado por el mundo, por su propia escritura. En 1947, existía la noción platónica de que lo real, la única acción importante, era lo que fue removido o arrebatado del mundo (la soledad, incluso en el monasterio, era tiempo robado). En el diario que se publicaría como El signo de Jonás  y que cubre sus primeros años en el monasterio, Merton escribió que "incluso mis contactos con el exterior, con el mundo de los escritores y de las personas que publican y de las personas que se insultan unos a otros por el arte, tienen sus ventajas. Veo cuán en serio los hombres toman las cosas y cuán poco se benefician con su seriedad ".

Este asunto sobre su trabajo como escritor seguramente fue un gran conflicto para él y, en mi opinión, un aspecto de su búsqueda de identidad como contemplativo . También, un aspecto primordial  para el pensamiento siempre dominante en Merton, que posteriormente modificó:  la noción dualista de que había dos “ciudades” distintas , una para Dios y otra “ para Ellos”. Este dualismo lo colocó con un pie en el éxtasis total  y con el otro pie  en el mundo ruidoso y problemático de Nosotros, aquellos para quienes escribió.




No obstante, sus primeros escritos traicionan la auto conciencia habitual del escritor.  En septiembre de 1949, escribe: "Si estuviera más inmerso en la Regla de San Benito, sería un mejor escritor". Habla de su escritura como si no fuera solo una predilección, pero parece darse cuenta más tarde de su particular vocación monástica.  Dice en abril de 1949: “Pero cuando me digo a mí mismo: 'No soy escritor, he terminado', en lugar de estar molesto, estoy lleno de una sensación de paz y alivio, tal vez porque ya pruebo , con anticipación, la alegría de la liberación. . Por otro lado, si no me liberan de la escritura porque fracaso, tal vez pueda continuar e incluso tener éxito en esto, pero gracias al poder del Espíritu Santo, que sería la mayor liberación ".

Esta declaración, al principio me resulta muy molesta y contradictoria,  pero pienso que la vida monástica de Merton finalmente dio sus frutos en un proceso en el que llegó a  cerrar esta brecha en  él y en los demás. Después de haber mirado la brecha entre el mundo y Dios como si fuera un abismo imposible de cruzar ("uno de nosotros tiene que morir", dijo de los dos Mertons ), saltó y vivió para compartir los frutos de su contemplación con otros hombres, aprendió a conocer, dicho en sus propias palabras,  “al Cristo de los hombres abrasados".


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Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.