THOMAS MERTON: CONTADO POR ÉL Y POR OTROS
Merton contado por Merton: La vocación cristiana y monástica de Thomas Merton está íntimamente vinculada con su vocación como escritor. Disponemos de un amplio material autobiográfico, conformado por el relato que hizo de su vida y conversión, y que termina con su entrada y primeras experiencias en Getsemaní; sus diarios, que abarcan prácticamente toda su vida[1], y luego, su correspondencia con interlocutores de lugares y posturas muy diversas. A través de estos escritos podemos seguir el itinerario espiritual de Merton, incluso de los momentos menos felices de su vida y de sus tropiezos en su proyecto de alcanzar la perfección cristiana. Estos pueden ser completados con pasajes del resto de sus obras en la que intenta sistematizar su experiencia de fe, la de su familia religiosa y la de la Iglesia, en lo que refiere a la vida interior. El relato más conocido de Thomas Merton es, sin lugar a dudas, su autobiografía, titulada La montaña de los siete círculos[2].
Es importante conocer que no se trata de un mero ensayo biográfico, sino que es una autobiografía novelada, que recrea su vida, a partir de un modelo particular de relato centrado en la conversión del protagonista. La autobiografía de Merton se suma a otros textos cristianos del mismo estilo y que comparten un mismo propósito: comunicar una experiencia de fe y tocar así el corazón del lector. No todo lo que Merton va narrando ha de recibirse como “exactamente” histórico; los acontecimientos sí, pero su lectura de ellos es una lectura de fe, en un momento de su vida, en un lenguaje y con una perspectiva peculiar, propia también de la etapa espiritual que está viviendo cuando escribe. Es desde esta perspectiva que revisa toda su vida pasada, y la vuelca dentro de una estructura literaria particular. Esto es importante para poder entender el alcance de sus afirmaciones, y luego la transformación que tiene lugar en Merton, en la medida en que va madurando como consagrado, como escritor y como contemplativo.
Merton contado por otros: La biografía oficial de Thomas Merton fue escrita por Michael Mott en la década del 80 del pasado siglo[3]; también otros han intentado una comprensión de su itinerario existencial, como es el caso de Mónica Furlong[4], J.E. Bamberger[5], R.E. Daggy, Jim Forest y Henri Nouwen. Si en el mundo anglosajón se mantuvo el interés por Thomas Merton después de su muerte, en el mundo hispano fue decayendo progresivamente; en la década del 90 del pasado siglo apenas había alguna que otra reedición de sus obras o estudios sobre ellas. Fue pionero en España el trabajo que realizaron Fernando Beltrán Llavador y Francisco R. de Pascual, en la recuperación del legado de Merton. De 1996, es el estudio La contemplación en la acción. Thomas Merton, de Fernando Beltrán, que supone un conocimiento amplio del tema y una profundización en la espiritualidad del monje trapense[6]. Presenta una semblanza de la vida y la obra de Merton, calificándolas, la primera como “testimonio de un monje del siglo XX”; y la segunda, como “una inmensa carta de amor al mundo”. Luego, en la segunda parte, que titula “El vuelo monástico”, intenta sistematizar ya el paradójico pensamiento de Merton que oscila entre dos polos: soledad y sociedad.
Francisco R.de Pascual ha preparado la edición de "Escritos Esenciales. Thomas Merton", publicada por Sal Terrae, en el año 2006. A la selección esmerada de los textos de Merton precede una cronología de su vida y obra, y una introducción en la que pretende también presentar una especie de guía biográfico-doctrinal sobre la que luego desplegará una selección de textos de la obra de Merton[7]. Así, todo el libro gira sobre unas coordenadas que recogen de modo esencial las ideas fundamentales desarrolladas por Merton a lo largo de su vida y de su obra. Los títulos de estas son: Entrar en el mundo es gracia; Libre por naturaleza; Intuiciones difíciles; Un submarino en el fondo del mar; Mi lugar en el mundo; De la soledad a la compasión; y La visión unificada y la integración final. Como se puede constatar estas aluden a una comprensión concreta de la vida de Merton, que apuntan a su vez a la manera que este tuvo de buscar la santidad cristiana en su vocación personal, como bautizado y como consagrado también.
Una religiosa española, que ha trabajado durante muchos años en Asia ha dedicado también parte de su tiempo a estudiar la vida y la obra de Thomas Merton, y como resultado ha editado dos libros, breves, pero sugerentes sobre la vida y la obra del monje trapense, y en especial sobre su vínculo con lo español; me refiero a María Luisa López-laguna, y sus libros Thomas Merton: una vida con horizonte, y Ni ángel ni estatua. El sacerdocio en los escritos de Thomas Merton, en Ediciones San Pio X[8].
Otra obra, clásica, traducida a nuestro idioma, es la de Jim Forest[9], que fuera amigo de Thomas Merton, y vinculado al movimiento social de la década del 60 en los Estados Unidos. Lo que esta aporta fundamentalmente a la biografía de Merton es su acercamiento de primera mano al compromiso que el monje tuvo con los movimientos por la paz y el desarme, además de leer la vida del monje desde una comprensión laica, que permite participar de las dudas que muchos manifestaron a Merton acerca de su permanencia en el monasterio en la década del 60, en medio de un fuerte movimiento contestatario, tanto social como religioso.
Mención aparte merece el estudio realizado por Henri Nouwen, en el año 1981[10], y que también está vertido al español[11]. Los títulos de los acápites que Nouwen desarrolla resultan también clarificadores para comprender las intuiciones que este tuvo sobre TM: del sarcasmo a la contemplación, el camino hacia el silencio, conquistando la soledad, desenmascarando la ilusión y el descubrimiento de Oriente.
Por último, en la biografía de Ramón Cao Martínez, que nos presenta el itinerario vital de TM en 5 etapas fundamentales, los títulos son también importantes para comprender de modo general el proceso de maduración humana y espiritual del biografiado: Hogares cambiantes (infancia), De la furia al silencio (juventud y conversión), En el vientre de una paradoja (maduración espiritual), Desierto y comunión (Soledad y compromiso), y El viaje de un sin hogar (El final del camino). Esta es una biografía breve, pero muy completa, que recoge los momentos básicos de la vida de TM.
Finalmente, quiero mencionar en este sentido la tesis de licenciatura presentada en la Universidad de Comillas (Madrid) por Elvira Rodena, titulada “Thomas Merton, una propuesta de vida interior”, año 2005.
Notas:
[1] La edición completa de los Diarios de Thomas Merton, en siete volúmenes, ha sido publicada por la editorial Harper-San Francisco, con los siguientes títulos: Run to the Mountain; Entering the silence; The search for Solitude; Turning Toward the World; Dancing in the Water of Life; Learning to Love, y The other Side of the Mountain. En español se ha publicado un resumen de estos 7 diarios en dos volúmenes: La vida íntima de un gran maestro espiritual: vol. I Diarios (1939-1960), y Vol. II Diarios (1960-1968), edición a cargo de P. Hart y J. Montaldo, Barcelona, Ed. Oniro, 2000 y 2001.
[2] Este libro ha sido traducido a más de 28 lenguas. En español conozco tres ediciones recientes: Porrúa (México, 1999), Sudamericana (Buenos Aires, 2005), y Edhasa (Barcelona, 2008). En inglés, Harvest Books (Anv. Editión, 1999); en alemán, Der mönch der sieben stufen, Patmos (2000); la edición británica, abreviada, se tituló Elected Silence. Aquí utilizamos: T. Merton, La montaña de los siete círculos, Barcelona, EDHASA, 2008, que citaremos siempre como M7C.
[3] M. Mott, The seven mountain of Thomas Merton, Boston, Houghton Mifflin, 1984, 690 p. Biografía amplia, con muchos detalles sobre la vida, las amistades y vínculos de TM más allá del monasterio; incluye una lista de sus obras y un excelente índice temático. No ha sido todavía publicada en español.
[4] M. Furlong, Merton: A Biography, San Francisco, Harper & Row, 1980 (La edición revisada es la de Liguori, 1995, 327 p). Libro bien escrito y documentado, aunque no trata en profundidad el interés de TM por Oriente, ni alcanza a comprender del todo su vocación monástica. Interesantes intuiciones acerca de la humanidad de Merton, tal y como apunta F. Beltrán, en LCA, 41-42.
[5] J. E. Bamberger fue discípulo de TM en Getsemaní; en la bibliografía se recogen varios artículos suyos sobre TM.
[6] F. Beltrán Llavador, La contemplación en la acción. Thomas Merton, Madrid, San Pablo, 1996. Hay que añadir aquí una publicación más reciente de este mismo autor en la misma cuerda, titulada La memoria encendida, Biblioteca Javier Coy d´estudios nordamericans. 2005, 212 p.
[7] F.R. De Pascual (Ed), “Introducción: Teología prometeica: solo y unido a todos”, en: Thomas Merton. Escritos Esenciales, Santander, Sal Terrae, 2006, 33-75.
[8] M.L. López laguna, Thomas Merton, una vida con horizonte, Madrid, San Pio X, 1998, 222 p. y Ni ángel ni estatua. El sacerdocio en los escritos de Thomas Merton, Madrid, San Pio X, 1999, 107 p.
[9] J. Forest, Thomas Merton. Vivir con sabiduría, Madrid, PPC, 1997, 240 p. Lectura agradable, que contribuye indudablemente a ofrecer una imagen menos idealizada y más encarnada del monje trapense.
[10] H. Nouwen, Encounters with Thomas Merton; spiritual reflections, The crossroad Publishing Company, 2004. En español: H. J. Nouwen, Encuentros con Merton. Reflexiones espirituales, Buenos Aires, EDIBESA, 2005, 107 p.
[11] Para comprender el valor de las afirmaciones que sobre Merton aparecen en esas páginas citamos a quien fuera discípulo de Merton, y es hace años abad del Monasterio de Genesee, John Eude Bamberger: “Henri Nouwen estuvo con Merton sólo una vez; sin embargo, a causa de una afinidad de sentimientos y percepción logró comprender la principal fuerza motivadora de la vida de Merton: meditación y oración. Pudo reconocer esta fuerza con mayor certeza y profundidad que algunos que, aseverando haber sido amigos íntimos de Merton, pasaron por alto el hilo conductor de su trabajo y de su vida por falta de afinidad con su visión de Dios, de la humanidad y del cosmos”.
Ser parte de todo...
¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-
Santidad es descubrir quién soy...
“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).
LA DANZA GENERAL.
"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.
ORACIÓN DE CONFIANZA...
“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros
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