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lunes, 15 de junio de 2009

Redescubrir nuestra identidad.


Según Merton, la Iglesia ha de tener en cuenta y respetar las perspectivas que el ser humano tiene respecto al mundo: "La Iglesia intenta comprender esas ideas y compartirlas. Nosotros, en los monasterior, no podemos ignorarlas. El esquema 13 del Concilio Vaticano II nos obliga a comprender al hombre contemporáneo tal como es y no como quisiéramos que fuese". La perspectiva moderna de la dignidad de la persona y sus derechos de conciencia, a pesar de sus limitaciones, es superior a la de siglos anteriores; luego, tendrá la Iglesia que ayudar también al hombre de este tiempo a reconocer ciertos valores: "No sólo podemos salir al encuentro de su deseo de que se reconozca y desarrolle su libertad, sino que incluso tal vez tengamos que devolverle la esperanza fundamental en su propia capacidad de ser una persona, de tener una identidad y de decicarse totalmente al servicio de Dios".

"No sólo es imposible deshacerse de todas las influencias que han ejercido sobre el hombre moderno los pensadores (de la sospecha: Marx, Freud, Nietzche, etc), sino que tampoco es necesario hacerlo. Por el contrario, debemos tener en cuenta estas influencias e intentar utilizarlas generosamente en la medida en que el pensamiento moderno pueda servir a la causa de la verdad y de la vida monástica".

¿Qué es positivo? "La visión mundial de la ciencia moderna".

¿Qué es negativo? "La pasividad e indiferencia del moderno hombre masa"; "La deshumanización del hombre en la sociedad industrial".

IMPORTANTE: "La necesidad que tiene el hombre de redescubrir su identidad (o falta de ella), y asumir con madurez la responsabilidad de sí mismo en su mundo y en la historia".

Una visión dinámica de la persona humana: "Un dinamismo o proyecto, una libertad, una persona responsable de la creación de un mundo y de una identidad proporcionada a su situación".

¿Pero, no son Marx y Freud francamente ateos en su proyecto de hombre?

Necesitamos distinguir lo que es ateo y lo que proviene de las raíces cristianas de ambos pensadores. Y luego: "se ha dicho que la sublevación contra el cristianismo es una especie de juicio pronunciado en y por la historia sobre la incapacidad que han mostrado los cristianos para cumplir en su momento las exigencias de la palabra de Dios".


(De la lectura de "Acción y contemplación", Thomas Merton)

6 comentarios:

SAN dijo...

Creo entender que, para Merton, nuestra responsabilidad requiere una nueva creatividad y apertura, una solidaridad sincera con las personas de otras religiones, culturas y tradiciones. En su autobiografía dice: “entraba en un universo moral en el cual me vería relacionado con todos los demás seres racionales y en el cual masas enteras de nosotros… se arrastrarían unas a otras hacia un común destino de bien o mal, paz o guerra”. Y: “de alguna manera, tengo que buscar mi identidad no sólo en Dios, sino también en los otros. Jamás podré encontrarme a mí mismo si me aíslo del resto de la humanidad, como si perteneciera a una especie diferente”.
Para Merton es muy importante la aspiración a la integración final, porque el hombre que ha logrado la integración final ya no se halla limitado por la cultura en la que ha crecido. Dice: "Ha abrazado la "totalidad de la vida"... Ha experimentado... la existencia humana ordinaria, la vida intelectual, la creación artística, el amor humano, la vida religiosa. Trasciende todas esas formas limitadas, al tiempo que retiene todo lo mejor y lo universal que hay en ellas... No solamente acepta a su propia comunidad, a su propia sociedad, a sus amigos, a su cultura, sino a toda la humanidad. No permanece atado a una serie limitada de valores de manera tal que los opone a otros adoptando posturas agresivas o defensivas. Es totalmente "católico" en la mejor acepción de la palabra. Posee una visión y una experiencia unificadas de la única verdad que resplandece en todas sus diferentes manifestaciones, unas más claras que otras. No establece oposición entre todas estas visiones parciales, sino que las unifica en una dialéctica o en una visión interior de complementariedad. Con esta visión de la vida, puede aportar perspectiva, libertad y espontaneidad a la vida de los demás”.

Anónimo dijo...

Ciertamente que la pasividad y la indiferencia son negativos, yo diria que una lacra actual. Hasta cierto punto esa tibieza conduce a un cierto tipo de deshumanización. Inhibirse puede constituir la más cruel de la violencias además. Lo antagónico a la responsabilidad y el compromiso.
Antonio

Anónimo dijo...

También inteligente la reflexión planteada por A. Torres Queiruga, teólogo de plena actualidad en la prensa española.

“Uno de los riesgos más obvios de toda época de cambio radica justamente en su situación intermediaria: ya no sirve lo anterior, pero aún no se dispone con claridad de lo siguiente. Lo nuevo está presente como posibilidad, pero debe ser elaborado con categorías aún no del todo disponibles. Cuando se trata de cambios globales y profundos, de cambios de paradigma, como es el caso con la entrada de la modernidad, la situación se hace más aguda. Un paradigma no cambia de la noche a la mañana, ni avanza por igual en todos sus componentes. De manera inevitable, en muchas ocasiones conviven elementos nuevos con otros viejos que permanecen por hábito, inercia o falta de elaboración suficiente. Entonces se producen confusiones que pueden llevar a resultados que desconciertan o a conclusiones que quedan a medio camino .
El desconcierto se hace evidente cuando alguien se niega a aceptar el nuevo paradigma, porque entonces juzga las nuevas propuestas desde los presupuestos anteriores. Estas resultan así, por fuerza, o incomprensibles o como una amenaza y negación de la verdad (confundiendo la verdad en sí con el modo de comprenderla en el paradigma anterior)”

Anónimo dijo...

Para la Congregación de la Doctrina de la Fe, que es quien ordena y dirige, supone un riesgo para la identidad y continuidad de la iglesia católica toda tesis, postulado u opinión que la tradición es vinculante para la Iglesia, que toda teología debe estar vinculada al Magisterio de la Iglesia y que sólo el Magisterio puede determinar si una afirmación es conforme a la Palabra de Dios; la liturgia debe estar siempre de acuerdo con las normas de fe que impone la Tradición de la Iglesia; y el Ministerio ordenado en sus tres grado responde a la voluntad instituyente de Dios.
Con este talante en nuestro “consejo de dirección”, qué posibilidades restan a la apertura. Me temo que acudir una vez más a la esperanza cristiana.
Eduardo

Anónimo dijo...

Además de voces proféticas, inteligentes, como la de TM y otros muchos maestros espirituales, citados por el autor del blog en múltiples ocasiones, en el panorama eclesial del ¡aquí y ahora! son demasiado frecuentes las reflexiones como la que sigue, tomada de un artículo “impresionante” en una web católica, apostólica y romana (Panorama católico internacional), firmado por César Valdeolmillos.
“A pocos se les oculta que España está inmersa en un proceso global de descomposición promovido desde el poder, en el que para perpetuarse en el mismo, se viene atentando con-tra todo tipo de valores con el fin de establecer una sociedad ignorante y como consecuencia, amorfa. Una población que responda dócilmente a la amplificación de las consignas de los que Julián Marías dio en llamar “medios de desinformación”. Pero, como paso previo para lograr este objetivo, previamente es preciso, primero desacreditar y por último liquidar, cualquier tipo de obstáculo que se cruce en el camino trazado por ese poder: oposición política, leyes naturales, raíces, tradiciones, estructura del tejido social y por supuesto la Iglesia, sostén de los más trascendentales valores éticos y morales de nuestra civilización. Y para alcanzar este propósito, parece que cualquier procedimiento es válido…” y sigue, con adornos cada vez mejores. Pablo.

Manuel dijo...

Este texto que nos comparte Pablo me hizo recordar un famoso "Diccionario de Ateísmo"publicado en Cuba en la década de los 80, de procedencia sovietica; utilizaba ese mismo formato para describir a las Ordenes religiosas católicas. Es la "ideología-ficción"que nos hace ver la realidad deformada, y no según tal cual es, y además hace coincidir extrañamente los extremos más distantes. En los tiempos en que la Iglesia tenía mano en todo, y estaba detrás de los poderes políticos en muchas ocasiones, las cosas no eran mejores que ahora, ni se respetaban los valores que ahora convierten algunos en estandartes.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.