Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.
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lunes, 17 de agosto de 2009
Una grandeza teórica.
Ser parte de todo...
-Thomas Merton-
Santidad es descubrir quién soy...
“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).
LA DANZA GENERAL.
Thomas Merton.
ORACIÓN DE CONFIANZA...
“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros
Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.
7 comentarios:
No se puede amar al Dios invisible, si no se ama al hombre visible, con las obras patentes del amor.
A Cristo se le encuentra en los oprimidos, es aquí donde se «verifica» la verdad de la religión cristiana. No hay grandeza ni fe que valgan, si no vivimos una unidad esencial de «vida», de fe y amor al prójimo, como mediación y manifestación esencial del amor de Dios. Amor que se entrega en cariño, amor, comunión, solidaridad, servicio y subversión contra cualquier tipo de injusticia o marginación (política, social, económica, ideológica, moral, cultural…).
El culto litúrgico y los sacramentos no tienen sentido sino es como mediadores para la ejecución de ese amor, que obra la justicia, que libera la grandeza.
Una iglesia, una fe, que no siven, no sirven para nada.
Un fragmento de Casaldáliga, uno más de tantos que, tal vez por querer pasar del culto de la palabra al culto activista “amante”, fue llevado a otras tierras, más plácidas por la lejanía…
“ Jerusalén—esta ciudad cualquiera—
no se ha enterado aún. Y ellos ¡los pobres!
pasan llevando el agua de su vida
como un río perdido por las calles...
—¡Los hermosos muchachos, maltraídos
como barcas inútiles del Tiempo.
Y los hombres, tan serios y seguros
con su trabajo de contar la arena!—“
Ser un ser humano normal es lo más difícil. Cuesta abrir la humanidad propia a la de los otros. Y ahí está la grandeza.
El comentario de San me parece estupendo. Quizás sea también un sacerdote, como el autor del blog.
Emilio
Vanier y Nowen, al igual que Merton(en Harlem) tuvieron sus experiencias de encuentro con los pobres, en el servicio y la entrega:
"A menudo me voy en sueños acerca de vivir y estar con los pobres, pero lo que los pobres necesitan no son mis sueños, mis hermosos pensamientos, mis reflexiones interiores, sino mi presencia concreta. Siempre está la tentación de reemplazar la presencia real por pensamientos hermosos de estar presente". Jean Vanier, citado por H.Nowen en "Camino a casa". Lumen 2006. pág.103.
Soy religiosa y he vivido en dos comunidades en barrios marginales, ahora me toca ir desde un barrio más céntrico de nuestra ciudad a "dar apoyo escolar a niños", junto con otra hermana, con la esperanza de quedarnos en un futuro en ese barrio, o en otro...la tendencia es ir a los márgenes de la ciudad.
Mi experiencia siempre es que me llevo más de lo que doy a la gente en cariño, fe y esperanza, Cristo se identifica con los pobres, sin dudar hay que seguir comprometiéndonos con ellos.
Saludos,
inés
El post me ha traido a la memoria la experiencia de Merton en la Pustinia de Catherine de Hueck. Tambien su relacion con Dorothy Day vinculada al mundo del trabajo. Cada cual con sus matices dejaron el mensaje de que la contemplación debe estar enraizada en la encarnación, no en un mal entendido angelismo. Incluso en textos como Proyecto para un eremitorio Merton sostiene la necesidad de que un ermitaño debe estar al corriente de aquellos por quienes ora. Que su trabajo. traducciones, correcciones vehiculen su conexión contemplativa con el mundo. Porque silencio no es aislamiento; ningún hombre es una isla.
contemplando
quisiera decirte que no suelo hacer comentarios porque normalmente las palabras de Merton me llevan a decir pues claro, y no tengo nada más que añadir.Dice lo que yo pienso pero no sé expresar. Así que muchas gracias por tu blog.
Un abrazo
Mientras nos quedemos en la teoría cerraremos la esperanza.
Dejo este poema, que le dedico a San (que no creo que sea sacerdote, como opinan en un anterior comentario). Para ti:
Mario Benedetti, “Mar cruel”
Yo aquí rompo una lanza por los discriminados,
los que nunca o pocas veces comparecen,
los pobres pajaritos del olvido,
que también están llenos de memoria.
Si cuarenta mil niños sucumben diariamente
en el purgatorio del hambre y de la sed,
si la tortura de los pobres cuerpos
envilece una a una las almas,
y si el poder se ufana de sus cuarentenas
o si los pobres de solemnidad
son cada vez menos solemnes y más pobres,
ya es bastante grave
que un solo hombre
o una sola mujer
contemplen distraídos el horizonte neutro,
pero en cambio es atroz,
sencillamente atroz,
si es la humanidad
la que se encoge de hombros.
La indignación frente la miseria y marginación es un sello característico del cristiano y Thomas Merton lo hace patente en muchos de sus escritos.
Gracias hermano por presentarnos siempre lo mejor de Merton y por recordarnos que el silencio sin acción es comodidad.
Bendiciones
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