Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.
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domingo, 29 de noviembre de 2009
ADVIENTO: PARA QUE ME ENSANCHES EL CORAZÓN.
Ser parte de todo...
-Thomas Merton-
Santidad es descubrir quién soy...
“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).
LA DANZA GENERAL.
Thomas Merton.
ORACIÓN DE CONFIANZA...
“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros
Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.
4 comentarios:
Hola querido Manuel...
Ese Adviento nos recuerda y prepara para su llegada... Pero ÉL ESTÁ AHI... NO LLEGA.
Para mi...DIOS SIEMPRE PRESENTE...espera nuestro despertar y reconocimiento... para abrirnos así a nuestra naturaleza del ESPIRITU...LA VERDADERA.
Este mensaje que JESÚS nos dió al venir en cuerpo físico...junto con el testimonio de su realización... hemos de vivirlo cro como UNA REALIDAD DEL ESPIRITU -DIOS- HIJO en nosotros permanente.
Despertar a esa comprensión y realizarla más allá de todas las celebraciones...está en nuestro interior...en cada nuevo instante.
Vivir en esa dimensión -al menos irlo intentando- es algo secreto y a la vez patente... algo oculto y al mismo tiempo evidente.
Llevémosle a nuestra vida...despertando AL CRISTO VIVO que somos...más que esperar su llegada...pues ÉL siempre ha estado en nosotros...en nuestro ESPIRITU.
Que este ADVIENTO...nos lleve a recordar que VIVIMOS EN ÉL...EN DIOS...y DIOS VIVE EN NOSOTROS...
VIVAMOS EN NUESTRA CONCIENCIA y en nuestro contexto...esa UNIDAD.
Un fuerte abrazo... en ESE CRISTO... EL SER EN NOSOTROS.
Carmen
Gracias p.Manuel por dar la Eucaristía para hacer de la vida "acción de gracias" para ensanchar nuestros corazones en un mismo amor a Dios y a los hermanos
Me quedé con el siguiente texto de san Pablo, de la misa para comenzar el adviento, lo comparto con alegría con los que pasen por aquí.
"Hermanos: que el Señor les ahaga progresar y sobreabundar en el amor de unos con otros y en el amor para con todos, como es nuestro amor para con ustedes, para que se consoliden sus corazones con santidad irreprochable ante Dios, nuestro Padre, en la Venida de nuestro Señor Jesucristo, con todos sus santos". 1Tes. 12.
Muy hermosa tu reflexión de inicio de Adviento, Manuel. Un estupendo fondo, a través de una bella forma. Todo lo que escribes está vestido por la poesía.
Despertarnos y esperar la liberación que no deja de venir nunca, que ya está en nosotros. Porque, en Jesús, el rostro de Dios se manifestó decisivamente en la historia. Espera activa. Abriendo los ojos de la fe, los brazos de la esperanza y el amor del corazón.
Este poema creo que también marca alguna de las claves de la espera.
Esperaré a que crezca el árbol
y me dé sombra.
Pero abonaré la espera
con mis hojas secas.
Esperaré a que brote
el manantial
y me dé agua.
Pero despejaré mi cauce
de memorias enlodadas.
Esperaré a que apunte
la aurora
y me ilumine.
Pero sacudiré mi noche
de postraciones y sudarios.
Esperaré que llegue
lo que no sé
y me sorprenda.
Pero vaciaré mi casa
de todo lo conquistado.
Y al abonar el árbol,
despejar el cauce,
sacudir la noche
y vaciar la casa,
la tierra y el lamento
se abrirán a la esperanza.
Tagore fue el primer gran escritor espiritual de mi adolescencia, un enamorado de Dios, gracias por recordarnos el sentido del adviento.
Un abrazo!
Maria de los Angeles
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