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viernes, 2 de diciembre de 2011

LAS CLAVES DEL ADVIENTO

Ahora que volvemos a comenzar el año litúrgico cristiano, con las cuatro semanas de preparación a la Navidad, revisemos las claves que en esencia están de fondo en los textos bíblicos que propone la Iglesia, ampliando su comprensión desde la propia vida, por supuesto. Es que la fe es algo vivo y no un depósito inamovible que contemplamos desde la cerca; de ahí que cada año queda algo por descubrir.
La palabra que engloba el espíritu del último mes del año en clave cristiana es “espera”, y desde ahí, “esperanza”; se nos invita a prepararnos, a estar despiertos, alertas, que es igual a decir: “vivos”. No hablamos simplemente de preparar “esta navidad”, eso es sólo el motivo exterior, accidental, sino de estar siempre preparados al nacimiento de lo nuevo en nuestra vida, de celebrar siempre lo nuevo que acontece si estamos despiertos. No hay frase bíblica que escuche yo con más entusiasmo que la que afirma de parte de Dios: “He aquí que yo lo hago todo nuevo”.
Veamos lo que trae como propuesta el evangelio que leemos en la Eucaristía de estos cuatro domingos, en frases que intentan resumir el sentido del texto completo:
1- “Vigilen, pues nadie sabe cuándo es el momento”.
2- “Envío mi mensajero delante de ti, el que ha de preparar el camino…una voz que clama en el desierto”.
3- “En medio de ustedes hay uno que no conocen”.
4- “Ninguna cosa es imposible para Dios”.

Si leemos con detenimiento las frases anteriores, y miramos más allá de su significado inmediato, descubriremos intuiciones fundamentales de toda vida espiritual; podemos ahondar en cada una de ellas a lo lago de la semana correspondiente, y dejar que su eco resuene, desde la mente al corazón, y se haga carne, para que esta escucha atenta a lo interior prepare sitio al despertar de la Vida en nosotros.
La primera clave será pues, esta: solemos andar por la vida a medio gas, dormidos, aletargados, conformados, temerosos de perder lo que tenemos, las seguridades a las que nos aferramos. Tenemos que despertar, estar alertas, vigilantes, para poder descubrir la Verdad de la Vida que nos ofrece Dios. Nadie sabe por quién ni de dónde vendrá el despertar.
La segunda clave es una invitación al encuentro con el otro o la otra, nuestros semejantes, pues es a través de ellos que Dios suele hablar, ellos son los mensajeros, ellos son los ángeles. A menudo es un encuentro o una palabra dicha la que disipa la bruma y nos abre a lo nuevo, a la vida.
La tercera clave es el desafío de encontrar lo nuevo en medio de lo cotidiano, incluso de la rutina; siempre está ahí, pero no podemos verlo porque estamos dormidos. De ahí que en sucesión de acontecimientos, despertar suponga encuentro y revelación.
Y la cuarta clave es la confianza, la certeza, de que todo es posible. Y tenemos que abrazar no sólo cada año, cada mes, sino cada día, cada minuto, como un verdadero regalo, preñado de posibilidades.
A través de estas cuatro claves encontraremos el sentido auténticamente cristiano de la Navidad, lo que significa celebrar el nacimiento de Jesús en nuestra carne.

1 comentario:

San dijo...

Como es habitual en ti, Manuel, nos compartes una maravillosa guía para vivir, en adultez y coherencia espiritual, las claves del Adviento y la Navidad. Un tiempo en el que esperamos, con espíritu especial, que Dios viene a habitar cada horizonte y llene cada vacío. Y, siempre, la certeza de que llegará. Porque está, porque Es.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.