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lunes, 24 de octubre de 2022

EL CAMINO DE LA SABIDURÍA

"Nuestra sociedad tecnológica ya no guarda sitio alguno para la sabiduría que busca la verdad en sí misma, que persigue la plenitud del ser, que ansía descansar en la intuición de la base misma de todo ser. Sin sabiduría, la oposición aparente entre acción y contemplación, entre trabajo y descanso, entre compromiso y desapego, no podrá resolverse jamás. Las sociedades antiguas y tradicionales, en Oriente o en Occidente, siempre reconocieron de manera explícita «el camino» de los sabios, el camino de la disciplina espiritual en la que a un tiempo se daban la sabiduría y el método y mediante la cual, ya sea en el arte, ya en la filosofía, en la religión, o en la vida monástica, algunos hombres alcanzaban el sentido interno del ser y experimentaban ese sentido para todos sus hermanos, uniendo en sí, por expresarlo de algún modo, las divisiones o complicaciones que confundían la vida de sus semejantes. 

Al restañar las divisiones en ellos mismos ayudaban a sanar las divisiones del mundo entero. Se daban cuenta en su interior de esa unidad que es a la vez la forma más alta de acción y el descanso más puro, el verdadero conocimiento y el amor desprendido de sí, un conocimiento más allá del conocer, en vacío y no saber; una volición más allá de la voluntad, en aparente inactividad. Alcanzaban la búsqueda más alta en la ausencia de toda búsqueda y empeño propios

Ese camino de sabiduría no es un sueño, ni una tentación o una evasión; es, por el contrario, una vuelta a la realidad en su misma raíz. No es una fuga de la contradicción y de la confusión porque solo halla unidad y claridad sumergiéndose en medio mismo de la contradicción, en la aceptación del vacío y el sufrimiento, en la renuncia a las pasiones y a las obsesiones con las que el mundo entero «está ardiendo». No se retira del fuego. Se encuentra en el mismo corazón del fuego y, con todo, permanece refrescado porque posee la gentileza y la humildad que vienen del abandono de sí, y por eso no busca afirmar la ilusión del yo exterior".

Thomas Merton
Prefacio a la edición japonesa de Semillas de contemplación 
Marzo de 1965

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Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.