Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.
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jueves, 20 de agosto de 2009
Arquitectura y espacio sagrado.
Ser parte de todo...
-Thomas Merton-
Santidad es descubrir quién soy...
“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).
LA DANZA GENERAL.
Thomas Merton.
ORACIÓN DE CONFIANZA...
“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros
Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.
6 comentarios:
En el estudio del arte, el tema de la simbología en la arquitectura religiosa (también en la escultura y pintura) es apasionante. Me encanta ver lo bien documentado que está Merton en este aspecto.
A lo largo de los diferentes períodos históricos se han levantado edificaciones en las que la función simbólica tiene tal trascendencia que, fuera de ella, esa edificación carece de sentido. Diríamos que más que arquitectura es monumento. No sólo es aplicable para la edificación religiosa, también lo es para la política y, en época moderna, para la simbología económica.
El significado, el mensaje, se manifesta a través del espacio, de los volúmenes y de formas abstractas propias del lenguaje arquitectónico. Y dentro del espacio religioso hay un elemento también muy importante: la luz.
En la edad antigua el espacio respondía a las diferentes concepciones cosmogónicas, en combinación, a veces, con formas de estado y ejercicio del poder. En la arquitectura cristiana, los símbolos pueden encontrarse también en las plantas utilizadas para sus construcciones: así, las plantas medievales en forma de cruz son una alusión explícita a la Pasión de Cristo, mientras que las plantas circulares, propias del Renacimiento, son una referencia a la perfección e infinitud el Universo. Es en el barroco, cuando la edificación religiosa alcanza su punto más alto en valor simbólico y propagandístico.
Disculpas a los que no les interese el arte. Me he dejado llevar por mi afición, y me he extendido.
En el texto que propones, Manuel, me parecen iluminadoras y extraordinarias, por ser ideas básicas de nuestra fe, frases como: “Debemos recuperar la conciencia de que nuestro Dios no necesita templo ni aun catedral” . “Dios tiene un solo templo indestructible, que es el hombre mismo”.
Opino lo mismo. Es muy importante el último fragmento del texto. Y más aun que lo asimilemos cada uno en nuestro entorno y contexto.
Carlos
Son tiempos de adoradores " en Espíritu y en Verdad". Podemos correr el peligro de acercarnos a los hermosos edificios monásticos de la Edad Media, reflejo de la concepción feudal de la época y quedar "petrificados", apegados a la piedra, sin llegar al Espíritu que las anima. Hoy muchos de esos edificios no pueden ser mantenidos, limpiados por comunidades avejentadas.Y no es de recibo cargar el mochuelo a las nuevas generaciones Se están vendiendo y convirtiendo en hoteles, residencias o lugares de encuentro, que bien pudiera ser ecuménico. El siglo XXI demanda nuevos odres acordes a esta época. Espacios transparentes que acojan ligeros de equipaje y descalzos ante la Presencia, a los orantes de este siglo Merton conforme iba profundizando en su vocación de Soledad y Silencio, fue buscando un espacio adecuado, pequeño, silencioso, sencillo. El peso de la historia que impregna muchos edificios y monasterios no debe interferir en la experiencia de unión con Dios siempre Nuevo.Saludos
David
Es importante tener una visión más amplia y honda de lo religioso, y no quedarnos en lo sociológico, o lo tradicional-popular. Esta entrada me permite ir un poco más allá de mi visión espiritual, y comprender que hay que saber leer también en las piedras y los muros de nuestros templos.
Heriberto.
Las construcciones monásticas son de la Edad Media, y responde a una concepción religiosa y espiritual trasnochada y clasista, reflejo de su época Feudal. De divisiones entre monjes los intelectuales y hermanos los que trabajaban con las manos. Tambien en los monasterios femeninos. ¿ Quien cogía la escoba y barría las venerables piedras: ¿ el abad, la abadesa? La Iglesia de Jesucristo es anterior a la Edad Media. Y recorría itinerante los caminos del Reino. El Evangelio no es una clase de estática ni historia del arte. Adorar en espíritu y verdad es palabra evangélica. Un saludo
Javier
No veo por qué tenemos que verlo todo desde una optica ideológica; cierto que las sociedades que nos precedieron, y también la nuestra, están marcadas por muchas injusticias, y la Iglesia, que no está formada por extraterrestres, participa de ellas; pero hay otro nivel, el de los místicos, que nos permite acceder a los tesoros espirituales desde otra comprensión y valoración de los hechos. No podemos desechar un saber sólo porque viene e una época ya pasada o porque entonces la sociedad era injusta. ¿Hoy no lo es también? Lo importante es buscar la sabiduría, y construir desde una nueva mentalidad y el pequeño espacio de cada uno un mundo mejor.
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