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viernes, 18 de septiembre de 2009

A la santidad por la escritura.




La Trapa no ha tenido una tradición literaria, y aunque Merton tenía cualidades como escritor, al llegar al monasterio supuso que dejaría atrás esos afanes. La voluntad de sus superiores fue, sin embargo, otra. El primer abad de Merton, Frederic Dunne fue quien estimuló a Merton para que escribiera; la última vez que Merton le habló, le aconsejó que siguiera escribiendo y que enseñara a los hombres a penetrar en el misterio del amor de Dios a través de sus libros (SJ, 114-115). Sus diarios han dejado constancia de sus frecuentes dudas respecto a este tema, y también su progresiva aceptación de que santidad y escritura estaban en él misteriosamente vinculadas (En la presentación de sus “Diarios”, Patrick Hart y Jonathan Montaldo hacen un excelente presentación acerca de cómo el hecho de llevar un diario durante la mayor de su vida hizo que Merton alcanzara una relación con Dios más profunda, orara mejor, se conociera a sí mismo, y nos dejara un testimonio valiosísimo de su búsqueda de la santidad. D1, 13-22). La escritura se convirtió para Merton en una disciplina espiritual, que le mantenía despierto, que lo empujaba cada vez más lejos, hacia una meta que se le anunciaba en el mismo proceso de escribir. Merton encontró a Dios en la escritura, y a través de ella maduró como monje. En septiembre de 1949 Merton escribió:


“Me parece que escribir, lejos de ser un obstáculo para la perfección de mi vida espiritual, se ha convertido en una de las condiciones de las que dependerá mi perfección. Si he de llegar a ser santo, y no existe nada que más desee, me parece que tendré que conseguirlo escribiendo libros en un monasterio trapense. Si he de alcanzar la santidad, no debo limitarme a ser un monje, que es lo que todos los monjes tienen que hacer para llegar a ser santos, sino además debo reflejar en el papel aquello en lo que me he convertido. La cosa puede parecer sencilla, pero no es una vocación fácil” .

(Dice Merton que se trata de ser un buen monje, ser él mismo, y escribir sobre ello; “ser una completa y santa transparencia: vivir, orar y escribir, a la luz del Espíritu Santo, desapareciendo yo enteramente para convertirme en propiedad pública, del mismo modo que Jesús es propiedad pública en la misa”. SJ, 266; SJ, 183).


La obra escrita de TM es abundante, casi 70 libros, y aun no está íntegramente traducida al español; aquí damos un listado breve de sus libros más importantes y el año de publicación: La montaña de los siete círculos (1948), Semillas de contemplación (1949), Ascenso a la verdad (1951), El signo de Jonás (1953), Los hombres no son islas (1955), Pensamientos en la soledad (1958), Cuestiones disputadas; La sabiduría del desierto (1960), Vida y santidad (1963), El camino de Chuang Tzu (1965), Incursiones en lo indecible; Conjeturas de un espectador culpable (1966), Místicos y maestros zen (1967) y El zen y los pájaros del deseo (1968).

4 comentarios:

San dijo...

Vivir el seguimiento de Cristo es optar por el ideal de la santidad, y Merton recorre ese camino manifestando, anunciando y reflejando su experiencia de Comunión en la escritura. Hace de la escritura un cauce de servicio para los demás, y se convierte así en un importante material constructivo en la edificación de su propia meta de santidad.
Manuel, creo que haces un enfoque interesante y acertado al vincular en Merton santidad y escritura.
De la presentación de Merton, hecha por Francisco Rafael de Pascual, en el Congreso de Ávila del año 2006, copié este párrafo. Me gustó, además creo que refleja bastante bien a Merton y concuerda con la línea de tu entrada, Manuel.

“El viaje de Thomas Merton siguió un recorrido desde una multiplicidad de palabras hasta la Palabra y desde ella otra vez a las palabras; desde la sociedad a la soledad y de nuevo a la sociedad; desde la conversación hasta la conversión y de vuelta a la conversación; desde la comunicación hasta la comunión y de retorno a la comunicación. Tanto en el progreso histórico como en el regreso ontológico las palabras sirven para mediar en la construcción social del sentido del mundo”.

Inés García, aci dijo...

...desapareciendo yo enteramente para convertirme en propiedad pública, del mismo modo que Jesús es propiedad pública en la misa”. SJ, 266; SJ, 183).

TM a través de sus ecritos y de su entrega como monje ilumina la vocación personal de cada uno.
Leer a Merton nos ayuda a encontrar el camino hacia nosotros mismos y a seguir dando pasos en el compromiso con Jesús y con la Iglesia.

Gabriel Caldirola dijo...

Desaparecer en la escritura para volverse propiedad pública, qué propósito más noble y más sutil. Tal vez Merton haya logrado no sólo desaparecer en la escritura sino además, como los grandes poetas, hacer desaparecer la escritura, ofreciéndonos un espacio de unión en lo inefable.
Gracias por lo acertado de tu análisis y de las citas que elegís.

Anónimo dijo...

Grcias, mil gracias MANUEL...y a ti GABO...que bien expresas esa UNION más allá de palabras y conceptos.

ESE ESPACIO DEL SILENCIO OCULTO Y A LA VEZ MANIFIESTO ...DONDE ÉL HABITA Y NOS ESPERA ... TAN CERCANO SU REINO A NOSOTROS...QUE LO LLEVAMOS DENTRO BAJO LAS CAPAS DE LA IGNORANCIA BÁSICA... BUSQUÉMOSLE...HALLÉMOSLE... LA PUERTA ESTÁ ABIERTA... EN EL SILENCIO DE NUESTRA MENTE Y CORAZON ÉL NOS ABRAZARÁ INFINITAMENTE. AMEMOS HALLARLE EN SU EXPERIENCIA ...Y LE HALLAREMOS.

UN ABRAZO PARA TODOS...MANUEL...SAN...GABO.

Carmen
concienciaprimordial.blogspot.com

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.