Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.
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sábado, 26 de septiembre de 2009
Vida y Santidad en TM (Resumen), 2
jueves, 24 de septiembre de 2009
Vida y santidad en TM (Resumen), 1
lunes, 21 de septiembre de 2009
A la santidad por la escritura, 2.
viernes, 18 de septiembre de 2009
A la santidad por la escritura.
jueves, 17 de septiembre de 2009
GRANDES MÍSTICOS.
martes, 15 de septiembre de 2009
Vida contemplativa y libertad.
domingo, 13 de septiembre de 2009
Merton, Margie, y otras sombras.
En vida de TM, y después de su muerte, no han dejado de aparece, dentro de la propia Iglesia, voces que desacreditan y ponen en cuestión la obra y las opciones del monje trapense; aquí mencionamos las más frecuentes:
a. Respecto a la obediencia: Todos los que le conocieron coinciden en afirmar que, siendo un ser humano singular, de innumerables cualidades, pudo también ser en ocasiones una persona difícil para quienes convivieron con él. En especial, a lo largo de sus diarios, podemos apreciar las tensiones que aparecen regularmente con sus superiores, con la censura de sus escritos, y que no siempre era capaz de asumir en un primer momento. Sin embargo, también es patente en sus diarios y escritos personales que siempre Merton acababa asumiendo el deseo de sus superiores como voluntad de Dios para él, y a pesar de sus quejas frecuentes, reconocía cuan provechosa puede resultar a menudo la obediencia.
b. Respecto a su aventura con M: La publicación en la década del 80 del pasado siglo de la biografía oficial de TM, escrita por Michael Mott, reveló al gran público que el monje más famoso de América había tenido una intensa relación romántica con una mujer que le había cuidado mientras convalecía de una intervención quirúrgica en un hospital de Louisville. Según W. Skudlarek , este episodio, recogido por Merton en sus diarios, supuso una verdadera prueba para quien había elegido vivir en soledad y célibe por el resto de su vida, y reveló al mismo tiempo sus luchas interiores para conciliar su propósito vocacional con una profunda necesidad emocional de compañía y amor femeninos. Otros autores consideran que le ayudó a confirmar su vocación, al mismo tiempo que le hacía más humano y consciente de su vulnerabilidad. Según F. Beltrán, le permitió sanar una herida muy profunda que hasta ese momento le había imposibilitado acercarse realmente al mundo femenino , mientras que para J. M Valverde, Merton afrontó y superó la prueba más difícil de su vida, la tentación de ser “normal”, de reinsertarse en el mundo que había conocido mejor desde su apartamiento . Es evidente que Merton vivió este episodio desde una gran inocencia, que dejó constancia de él como señal de transparencia respecto de lo sucedido, y que revela la vulnerabilidad de quien era ya considerado un maestro para muchas personas en el mundo entero (4).
c. Respecto a su compromiso político: Cuando Merton comienza a participar, desde su condición de monje, en los debates públicos que se suscitaban en la sociedad norteamericana en la década del 60 del pasado siglo, se levantaron voces críticas, dentro y fuera de su familia religiosa, que negaban al monje trapense el derecho a opinar sobre temas tales, como el desarme, el racismo, el totalitarismo o la paz; incluso llegó a ser acusado de comunista. Merton, que mantuvo correspondencia con muchísimas personas de los más diversos credos políticos o religiosos, siempre tuvo una mirada crítica sobre el sistema capitalista y sobre cualquier régimen totalitario, pero entendía además que como monje debía ofrecer una palabra al mundo como signo de su compromiso con la sociedad secular (5)
d. Respecto a su apertura al mundo oriental: Muchos críticos de la obra de TM han considerado que su aceptación de la sabiduría espiritual de otras tradiciones religiosas suponía una clara evidencia de que Merton se alejaba de sus raíces católicas, e incluso no dudan en apostar que, de no haber muerto prematuramente, habría abandonado la Iglesia Católica. No creo que sea válida una afirmación tan radical, dada la evolución espiritual de Merton, que si bien mantuvo una palabra profética respecto a la institución eclesial, lo hizo desde el equilibrio, y afianzado siempre en sus profundas raíces monásticas católicas. Para TM su contacto con otras religiones suponía responder a la necesidad urgente de redescubrir la conciencia cristiana de un modo más afín al espíritu del hombre moderno, superando las categorías helénicas y un pensamiento platonizante. Esa nueva conciencia tendría que satisfacer al menos cuatro grandes conjuntos de necesidades humanas: necesidad de una comunidad más abierta y plural, que sea marco apropiado para relaciones humanas más genuinas; la necesidad de una comprensión adecuada del yo en la vida ordinaria, que es donde para TM reside la verdad, en el aquí y el ahora; la necesidad de una integración de todos los niveles o aspectos de la persona humana (corporales, imaginativos, emocionales, intelectuales, espirituales); y la necesidad de una liberación total para llegar a ser lo que realmente es, en una libertad sencilla y profunda, y una vida armónica . El acercamiento de Merton al mundo oriental no supuso de ninguna manera una renuncia a su itinerario y obra previa; Merton siempre se sintió católico y miembro de su comunidad contemplativa, y sus búsquedas las hizo siempre desde su experiencia cristiana.
Notas:
sábado, 12 de septiembre de 2009
La SANTIDAD, punto de partida.
jueves, 10 de septiembre de 2009
Una teología que acabe en desamor no puede ser cristiana.
"Ha de haber teología, y la teología ha de ser abstracta, al menos hasta cierto punto. Lo que importa es que el propio teólogo no trate con una fría "desencarnación", un Cristo mental que ya no le sea visible cuando encuentra a su prójimo. El pecado de la mala teología ha sido ese precisamente: poner a Cristo contra el hombre, y considerar a todos los hombres de carne y hueso como "no-Cristo": dividir a los hombres arbitrariamente según su conformidad con nuestro propio Cristo limitado, mental y desencarnado, y decidir sobre esa base que la mayor parte de los hombres son "anti-Cristo". Eso deja al descubierto a nuestra teología. En tal momento, no tenemos que poner en discusión a la humanidad, sino a nuestra teología. Una teología que acaba en desamor no puede ser cristiana".
"Lo que necesitamos es una comprensión más profunda de Cristo y del misterio de su presencia en el mundo, en el hombre".
Thomas Merton
miércoles, 9 de septiembre de 2009
GRACIAS!!!
martes, 8 de septiembre de 2009
Progresistas y conservadores III.
domingo, 6 de septiembre de 2009
Progresistas y conservadores II
sábado, 5 de septiembre de 2009
Progresistas y conservadores I.
jueves, 3 de septiembre de 2009
SIMONE WEIL: CIEN AÑOS.
"A un siglo del nacimiento de una de las pensadoras más importantes que
miércoles, 2 de septiembre de 2009
NUEVO LIBRO DE THOMAS MERTON.
Un cuerpo sin hogar.
Ser parte de todo...
-Thomas Merton-
Santidad es descubrir quién soy...
“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).
LA DANZA GENERAL.
Thomas Merton.
ORACIÓN DE CONFIANZA...
“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros
Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.