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viernes, 29 de octubre de 2010

LA CASA DEL AMOR


“¿Cómo podemos vivir en medio de un mundo marcado por el miedo, el odio y la violencia, y no ser destruidos por él? Cuando Jesús ora al Padre por sus discípulos responde a esta pregunta diciendo: “No te ruego que los saques del mundo, sino que los protejas del Malo”.
Vivir en el mundo sin pertenecer al mundo resume la esencia de la vida espiritual. Esta nos hace ser conscientes de que nuestra verdadera casa no es la casa del miedo, en la que gobiernan los poderes de odio y la violencia, sino la casa del amor, donde Dios reside.
Apenas hay un día en nuestras vidas sin que tengamos la experiencia interior o exterior de miedos, ansiedades, aprensiones y preocupaciones. Estos poderes oscuros han impregnado nuestro mundo hasta tal grado que nunca podremos escapar totalmente de ellos. A pesar de todo, es posible no pertenecer a estos poderes, no construir nuestra morada entre ellos, y elegir la casa del amor como nuestra morada. Esta elección no se hace de una vez por todas, sino viviendo una vida espiritual, orando en todo momento y respirando así el mimo respirar de Dios. A través de la vida espiritual nos trasladamos poco a poco de la casa del miedo a la casa del amor.
Nunca he visto representada la casa del amor de una manera más bella que en el icono de la Santísima Trinidad, pintado por Andrei Rublev en 1425 en memoria del gran santo ruso Sergio (1313-1392). Para mí la contemplación de este icono se ha convertido poco a poco en un camino para entrar más profundamente en el misterio de la vida divina al mismo tiempo que permanezco totalmente comprometido en la lucha de nuestro mundo lleno de odio y miedo”.

Henri Nouwen
“La belleza del Señor. Rezar con los iconos”
Nancea, 1988

1 comentario:

San dijo...

Son muy hermosas las dos imágenes que utiliza Nouwen, tanto la pictórica como la lingüística. Una casa, por encima de cualquier otra circunstancia, siempre acaba definida por la naturaleza de quien la habita, de los que viven en ella. Y qué mejor definición que “Casa del Amor” para la morada trinitaria. La sensibilidad espiritual de Henri siempre es sorprendente.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.