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jueves, 4 de noviembre de 2010

ORACIÓN ES NUEVA VIDA

“La invitación a una vida de oración es la invitación a vivir en medio de este mundo sin quedar atrapados en la red de sus heridas y necesidades. La palabra oración indica una interrupción radical de la obsesiva cadena de dependencias que conduce a la violencia y a la guerra. Representa una entrada en una morada completamente nueva. Apunta a una nueva forma de hablar, de respirar, de estar juntos, de conocer… En definitiva, a una forma completamente nueva de vivir.
No es fácil expresar el cambio radical que representa la oración, ya que para muchos la palabra oración está asociada con piedad, hablar a Dios, pensar sobre Dios, realizar prácticas piadosas, asistir a la liturgia dominical y otras muchas cosas. Todo ello tiene algo que ver con la oración; pero, cuando hablo de la oración como la base del pacifismo, me refiero ante todo al abandono del “lugar donde viven los que odian la paz” para entrar en la casa de Dios. La oración es el centro de la vida cristiana. Es la única cosa necesaria. Es vivir con Dios, aquí y ahora”.

El trabajo por la paz
Henri Nouwen
Sal Terrae, 2005

2 comentarios:

San dijo...

Nouwen “pone bien el acento”. Siempre oportuna y necesaria, a mi juicio, hacer distinción entre oración y “rezo” (en el sentido más ortodoxo y tradicional del término). En todos los ámbitos es conveniente tener las cosas claras, pero quizás en el de la religión, y más aún en la espiritualidad, es más importante deshacer posibles confusiones.
Decía Teresa que la oración era vivir con las manos abiertas al cielo. Dice “vivir”. La vida es oración cuando nos abrimos a la experiencia de Dios, que nos abre a la vida y a los otros. Orar con palabras no está mal, pero siempre traducidas al lenguaje activo de unas manos y un corazón constructores de paz y amor. Oración es nueva vida, porque oración es transformación.

Inés García, aci dijo...

Entrar en la casa de Dios, es entrar en el propio corazón donde recide Dios.
Orar no es fácil, para vivir en el corazón de Dios hay varios caminos, los cristianos entramos por la Palabra, por el Evangelio, por la vida misma de cada día que nos transmite la presencia de Jesús resucitado, en su paz.
No es fácil orar, Pedro, Santiago y Juan se durmieron en el Huerto de Getsemaní, mientras Jesús oraba al Padre. La perseverancia junto al Maestro los sostuvo hasta dar sus vidas por El. Pero en ese momento, en esa hora santa se les cerraban los ojos de sueño.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.