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jueves, 5 de enero de 2012

DIOS ES MADRE Y ES HIJO

“María, la madre de Jesús, nos enseña que no sólo es Dios madre, sino que Dios también es hijo. Y nosotros tenemos que ser las madres de Dios. Ella es sólo Theotikos, la madre literal de Dios, pero a través de su ejemplo nos llega la Buena Nueva de que nosotros también somos madres de Dios, siempre que nuestros partos den los frutos de sabiduría y compasión, como lo hizo el suyo en la persona de Jesucristo. 
Jesús, aunque era varón, impresiona al mundo con su constante crecimiento en sabiduría y en gracia (Lucas 2, 52) y por su predica del lado maternal de Dios, es decir, de la compasión. Sed compasivos como el Creador en el Cielo es compasivo, insiste Lucas (6, 36) como resumen de toda su enseñanza. Y lo mataron por enseñar esto; es decir, que el Creador es maternal, como también es paternal. 
Dar a luz a la sabiduría o dar a luz a la compasión es dar a luz a Dios. Aquí reside el más profundo de todos los significados que hay detrás de la cosmogénesis, el nacimiento del cosmos que se despliega, y aquí nosotros, como cocreadores con Dios, tenemos un papel significativo. Es aquí donde todo arte, todo trabajo, toda expresión de uno mismo, toda sexualidad, toda creatividad, todo el poder divino del humano que es una persona real, encuentra su expresión más completa. 
Dar a luz a nuestra vida como una vida de belleza y una obra de arte es necesariamente un dar a luz a Dios en el cosmos. Es por esta razón que Eckhart se lamenta de una forma tan conmovedora de la falta de vocaciones como madres de Dios en nosotros. Escribe: 

¿Está inquieto tu corazón? Entonces todavía no eres madre. Sólo estás de camino de dar a luz. Sólo estás cerca del nacimiento. Sin la creatividad, que es nuestra divinidad y la expresión de la imagen de Dios en nosotros, estamos tristes y vivimos con corazones inquietos como individuos y como pueblo. Sólo la más profunda recuperación de nuestra maternidad, una maternidad que da a luz a Dios al dar a luz vidas y obras de sabiduría y compasión, nos satisfará. En este nacimiento, promete Eckhart, encontrarán toda la bendición. Pero desatiendan este nacimiento y desatenderán toda bendición”.

(Matthew FOX, La bendición original, Obelisco, 273-274)

1 comentario:

San dijo...

La lectura de este libro me sedujo, creo que encierra muchas ideas interesantes. Y la lectura de este fragmento tan sugerente que has elegido, Manuel, me ha llevado a releer entero el capítulo al que pertenecen estos párrafos, cuyo título ya dice mucho y bien de su contenido: “Dios como Madre, Dios como Hijo: nosotros como madre de Dios y dando a luz al Hijo de Dios”. También son muy enriquecedoras todas la citas previas que cita antes de entrar en materia, alusivas al tema. Por cierto, muchas veces, bien en notas a pie de página, o en citaciones directas, Fox hace referencia en este libro a Thomas Merton.
En este capítulo cita, entre otros, a Meister Eckhart, “Todos estamos destinados a ser madres de Dios. Porque Dios siempre necesita nacer”. Y a Francisco de Asís, “Somos la madre de Cristo cuando lo llevamos en nuestro corazón y en nuestro cuerpo a través del amor y de una consciencia pura y sincera. Y damos a luz a Cristo a través de nuestras obras santas que deberían brillar en los demás mediante nuestro ejemplo”.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.