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martes, 5 de febrero de 2013

CASTILLO INTERIOR



BIENVENIDO A TU CASTILLO…
Hace mucho años, en 1577, santa Teresa escribió un libro que sigue siendo válido para nosotros. Se llama el CASTILLO INTERIOR, también conocido como el libro de Las Moradas. El mensaje de este libro está extraído de los evangelios; a partir de la vida de Jesús, Teresa fue sacando su propio itinerario espiritual, y descubrió que había siete momentos, siete etapas en el camino hacia Dios; es decir, siete actitudes muy importantes para vivir Así nació este libro que puede servirnos como guía para la vida. No es necesario tener cualidades especiales para vivir esas etapas o moradas, sino simplemente ser un buscador, un peregrino, un caminante de la senda de Cristo. En ese Castillo Interior del que nos habla Teresa hay muchos lugares especiales donde podemos encontrar luz, confianza, fortaleza, virtudes y alcanzar esa plenitud para la que fuimos creados.

PRIMERA MORADA: Tú eres el castillo. Dentro de ti pasan muchas cosas. Si te decides a seguir esta forma de vivir, pon los ojos en Cristo, los ojos en el Reino de Dios y los ojos dentro de ti. Vivirás el itinerario desde dentro, desde el corazón, desde “el centro” diría Teresa. Eres un castillo habitado por el mismo Dios. En lo más profundo de cada uno de nosotros vive Dios. Iremos en su busca. Estamos llenos de maravillas y las desconocemos porque no entramos dentro de nosotros mismos. Vivimos en la periferia. El Señor quiere comunicarse contigo, vivir una historia de amistad. Somos capaces de conseguirlo porque hemos sido creados a imagen de Dios. Mejor dicho, en cada instante Dios te crea y te cría como una buena madre. Decídete a entrar. Basta con desearlo. Dios no pone condiciones. Sea cual sea tu vida. Él quiere ser tu amigo. Si te decides, en muy poco tiempo Dios cambiará tu vida. Serás mejor persona, más feliz y más capaz de amar a Dios y a los demás.


CONSEJOS PARA ESTA PRIMERA MORADA:

     . Entra en el castillo, es decir, dentro de ti; recógete, escucha, admira, abraza.
      . Pon tus ojos en Cristo, y mira el Reino que Dios te ha preparado para siempre, y mira dentro de ti.
      . Lleva una vida normal, la de siempre, y cuando puedas, a lo largo del día, piensa en Dios.
       . Dios es amor. Si tienes otra imagen de él, debes cambiarla.
      . Haz una oración al comienzo y al final de cada día: sencilla, de pocas palabras, las que quieras.

       . Reza con frecuencia el Padrenuestro. Dilo despacio, con los labios y el corazón, e invita si puedes a personas cercanas a rezarlo contigo.

     . Procura siempre hacer el bien.

(Estas notas están tomadas, no literalmente, de lo publicado por Antonio Más Arrondo en la revista ORAR, de la Editorial Monte Carmelo. El 2013 está dedicado a la lectura y reflexión de esta obra cumbre de santa Teresa de Jesús, como preparación a las celebraciones por el V centenario de su nacimiento).

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Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.