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martes, 17 de diciembre de 2024

PERSEGUIR UNA SANTIDAD AJENA

"La perfección no es algo que puedas adquirir como un sombrero: entrando en una tienda, probando varios y saliendo diez minutos más tarde con uno que ajuste bien en la cabeza. Sin embargo, hay personas que entran en un monasterio con esta idea. Están ansiosos por probarse el primer sistema disponible y pasar el resto de su vida con esa cosa en la cabeza. 

Devoran libros de piedad indistintamente, sin pararse a considerar cuánto de lo que leen conviene, o puede aplicarse, a su propia vida. Su principal preocupación es adquirir tantas muestras externas como sea posible y decorar su persona con los rasgos que tan rápidamente han llegado a asociar a la perfección. Y se pasean con ropa cortada a la medida de otras personas y situaciones

Si hacen esta tarea esmeradamente, es fácil que sus disfraces espirituales sean muy admirados. Como los artistas de éxito, se vuelven comerciales. Tras esto, no hay mucha esperanza para ellos. Son buena gente, sí; pero están fuera de su sitio y se desperdiciará gran parte de su bienintencionada energía. Han llegado a estar satisfechos con su propia marca de santidad y con la perfección que tejieron para sí con los hilos de su propia imaginación

Y Dios mismo, que deseaba crear su especial perfección y su gozo, habrá de aguardar a que pasen por un laborioso purgatorio antes de poder hacerlo finalmente".

Thomas Merton
Semillas de contemplación

EL SECRETO DE MI IDENTIDAD ESTÁ EN DIOS

"El secreto de mi identidad está oculto en el amor y misericordia de Dios. Pero todo lo que hay en Dios es realmente idéntico a Él mismo; pues Su infinita simplicidad no admite división ni distinción. No puedo, pues, esperar encontrarme a mí mismo en ningún sitio distinto de Él. 

En último término, el único modo como puedo ser yo mismo es identificándome con Aquel en quien está oculta la razón y consumación de mi existencia. 

Así, pues, sólo hay un problema del que toda mi existencia, paz y felicidad dependen: descubrirme descubriendo a Dios. Si Lo encuentro, me encontraré, y si encuentro mi verdadero yo, Lo encontraré a Él. 

Pero, aunque esto parece sencillo, es en realidad inmensamente difícil. De hecho, si estoy abandonado a mí mismo, será absolutamente imposible. Pues, aunque algo puedo conocer de la existencia y naturaleza de Dios por medio de mi razón, no hay modo racional y humano de alcanzar ese contacto, esa posesión de Él que será el descubrimiento de quien es Él realmente y de Aquel en quien yo soy. 

Es esto algo que ningún hombre puede lograr solo. 
Ni pueden todos los hombres y todas las cosas creadas ayudarlo en esta obra. 
El único que puede enseñarme a hallar a Dios es Dios, Él mismo, Él solo".

Thomas Merton
Semillas de contemplación

lunes, 9 de diciembre de 2024

LA ÚLTIMA ETAPA DEL VIAJE A GETSEMANÍ

 

"Bajé al andén de la estación de Louisville, y salí a las calles con un sentimiento de triunfo, rememorando la vez que antes había venido por aquí, la Pascua anterior. Era tan feliz y estaba tan eufórico que no miraba adónde iba y entré en la sala de espera equivocada, cuyas sombras, llenas de hombres negros, se mostraba algo tirantes de resentimiento. Salí apresurado, con excusas. 

 El autobús de Bardstown estaba casi lleno; encontré un asiento algo destrozado y emprendimos la marcha hacia el campo invernal, la última etapa de mi viaje por el desierto.

 

Cuando finalmente me apeé en Bardstown, me halle al otro lado del camino, frente a un puesto de gasolina. La calle estaba vacía, como si todos estuvieran durmiendo. Pero enseguida vi a un hombre en el puesto de gasolina. Me acerqué y pregunté dónde podría encontrar a alguien que me condujera a Getsemaní. Al momento se puso el sombrero, puso en marcha su coche y abandonamos la ciudad por un camino recto, a través de un terreno llano de campos vacíos. No era el paisaje de Getsemaní. No pude orientarme hasta que aparecieron unas colinas bajas, melladas y boscosas, a la izquierda del camino, y dimos una vuelta que nos llevó a un terreno ondulante y arbolado.

 Entonces vi aquel alto capitel familiar.

 Toqué la campanilla de la puerta. Sonó una nota apagada, sorda, dentro del patio vacío. El conductor subió a su coche y partió. Nadie venía. Pude oír a alguien que se movía dentro de la casa. No llamé de nuevo. Enseguida se abrió la ventana y el hermano Matthew asomó entre los barrotes, con sus ojos claros y barba grisácea.

-¡Hola, hermano!- dijo. Me reconoció, miró la maleta y agregó-: ¿Esta vez ha venido para quedarse?

-¡Sí, hermano, si usted quiere rezar por mí! -dije.

 El hermano asintió con la cabeza y levantó su mano para cerrar la ventana.

 -Eso es lo que he hecho -dijo-, rezar por usted".


Thomas Merton

La montaña de los siete círculos

EN EL CUERPO MÍSTICO DE CRISTO

"Al fin, voy a poder estar en el lugar donde perteneceré por entero a Dios y a nadie más por debajo de Él, como un escritor dotado de estatuto jurídico. Supongo, pues, que habrá algunos problemas con el tema de la escritura y que en adelante no tendré muchos problemas con todo lo demás. Harlem no es para mí. Ni tampoco un colegio. Ni Nueva York. 

Probablemente salga para Kentucky el día de Santa Lucía (próximo sábado). Iré bien acompañado de oraciones. No tengo palabras para expresar las cosas que tendría que decir sobre este asunto, como no sean palabras propias del lenguaje del amor: Él me enseñará allí a utilizar ese lenguaje como un niño y un santo. Mientras tanto, no puedo hablar de Él, que es lo único que me interesa como tema de conversación. 

Mientras yo cante en la gran iglesia, en Él estarán también Lax, Gibney, Seymour, Slate, Rice, Gerdy, Knight, Huttlinger y Van Doren y la Baronesa y Mary Jerdo y mi hermano y mi tío y mi tía y mi padre y mi madre, ya fallecidos, y Bramachari y todo el cuerpo místico de Cristo, todos y cada uno: Roger, Gil, toda la gente, Jinny, Lilly. Toda la gente. Los vivos y los muertos. Todos los días, todos los tiempos, todas las edades, todos los mundos, todos los misterios, todos los milagros...

Thomas Merton
Carta a Robert Lax

sábado, 7 de diciembre de 2024

CUANDO EL "YO" ES PROTAGONISTA

"La historia de los grupos humanos –incluidos los grupos religiosos– está llena de luchas por cuestiones de poder o preeminencia. Si bien la lucha era ya el modo de establecer la jerarquía dentro de diferentes especies animales, con la emergencia de la mente, se exacerbará. La mente va a dar lugar al nacimiento del yo que, progresivamente, irá ocupando un lugar cada vez más central y protagónico. 

El yo vive únicamente para subsistir o, si se prefiere, para mantener la ficción de su existencia. Pero como es absolutamente vulnerable y, en última instancia, vacío, no tiene otro camino que la apropiación de todo lo que le rodea, y el recurso al poder como medio de exorcizar la inseguridad que lo atenaza. Por eso, mientras el protagonista sea el yo, todo lo demás vendrá de su mano. No habrá, por tanto, salida, sino cuando comprendamos que no somos ese yo. 

Lo que llamamos “yo” es solo un “punto” pequeño dentro de una identidad más amplia, la “red” total que incluye todo. Si acallas la mente, trascenderás el mundo de las formas y percibirás la consciencia común que las contiene".

Enrique Martínez Lozano

sábado, 30 de noviembre de 2024

EMPEZANDO A COMPRENDER

"Antes de hacer mi profesión solemne, y cuando empezaba mi retiro, me planteé por un momento si los votos conllevaban alguna condición propia. Si estaba llamado a ser un contemplativo y no me ayudaban a serlo, sino que acaso me lo impedirían, ¿entonces qué? 

Pero tuve que dejar esas disquisiciones antes de que pudiera siquiera empezar a rezar. 

Hice, pues, mis votos a su debido tiempo y vi que ya no estaba seguro de lo que significaba ser un contemplativo, o lo que era la vocación contemplativa, o cuál era mi vocación y cuál era nuestra vocación cisterciense. En realidad, no podía estar seguro de si sabía o comprendía mucho de nada, excepto que creía que Tú deseabas que yo emitiera aquellos votos concretos en este monasterio particular, precisamente en ese día por razones mejor conocidas por Ti; y que lo que yo tenía que hacer después de eso era seguir con los demás y hacer lo que me dijeran. Así empezarían a aclararse las cosas. 

Aquella mañana, cuando tenía mi rostro sobre el suelo en medio de la iglesia, con el padre abad rezando por mí, empecé a reír, con mi boca en el polvo, porque sin saber cómo ni por qué había hecho realmente la cosa justa y hasta una cosa asombrosa. Pero lo asombroso no era mi obra, sino la obra que Tú realizaste en mí

Han pasado los meses, y Tú me has dado la paz, y estoy empezando a entender de qué se trata. Estoy empezando a comprender".

Thomas Merton
La montaña de los siete círculos

UN CAMINO HACIA JESÚS


"El tiempo de Adviento es un camino. Es el camino hacia Jesús. Es un tiempo fuerte de la liturgia. Un tiempo que nos recuerda que toda nuestra vida es eso, un adviento, una espera, porque toda nuestra vida es un camino hacia Dios, hacia la Belén celestial, hacia la vida eterna"

(Juan Antonio Mateos)

miércoles, 27 de noviembre de 2024

ESPERANDO EN CRISTO

"Contemplando el crucifijo en la blanca pared de Santa Ana, me sobrecogió el tomar conciencia de que soy sacerdote, un don que se me ha dado para que pueda conocer algo del significado de la Cruz, y de que Santa Ana es una parte especial de mi vocación sacerdotal: el silencio, los bosques, la luz del sol, las sombras, el cuadro que representa a Jesús, Nuestra Señora del Cobre, y los angelotes del paraíso de Fra Angélico. Aquí soy un sacerdote y tengo todo el mundo por parroquia. ¿O es que pensar todo esto constituye una tentación? Tal vez no sea necesario recordar la fecundidad apostólica de este silencio. Lo único que yo necesito es ser nada y esperar la revelación de Cristo: estar en paz, ser pobre y silencioso en un mundo en el que también actúa el misterio de la iniquidad y en el que, por otra parte, no habrá ya ninguna otra revelación. No, en Santa Ana hay una paz tan grande que con toda seguridad representa el corazón de un gran combate espiritual que se está librando en silencio. Y yo, que me siento aquí y oro y pienso y vivo –no soy nada– y no necesito saber qué es lo que me tiene reservado el futuro. Solo necesito esperar en Cristo para oír el profundo sonido de la gran campana que ahora empieza a sonar y me envía sus sagrados repiques a través de los pequeños cedros. 

Esta es la continuación de mi misa. Esta es todavía mi eucaristía, mi acción de gracias a lo largo de todo el día, mi trabajo, mi liturgia, mi espera de la revelación perfecta de Cristo".

Thomas Merton, Diarios
(17 de febrero de 1953)

martes, 26 de noviembre de 2024

ADVIENTO 2024: VIVIR LA FE COMO ESPERANZA

 "ADVIENTO es el tiempo oportuno y privilegiado para escuchar el anuncio de la liberación de los pueblos y de las personas. En él se percibe una invitación a dirigir el ánimo hacia un porvenir que se aproxima y se hace cercano, pero que todavía está por llegar.  Tiempo para descubrir que nuestra vida pende de unas promesas de libertad, de justicia, de fraternidad todavía sin cumplir; tiempo de vivir la fe como esperanza y como expectación, tiempo de sentir a Dios como futuro absoluto del ser humano

(Misal de la comunidad). 


Dios nuestro, Padre de todos, aviva en nosotros, al comenzar el Adviento, el deseo de salir al encuentro de Cristo que viene, acompañados por los hermanos y por las buenas obras, para que participando desde ahora en la construcción de tu Reino, merezcamos participar de todas tus promesas.

viernes, 11 de octubre de 2024

PENSANDO LA FE

 "Sigue demasiado vivo el fantasma de una omnipotencia abstracta, según la cual Dios podría hacer lo que quisiera, sin resistencias de ningún tipo. No nos damos cuenta de que por su parte no hay límites, evidentemente; en sí misma y en abstracto, su omnipotencia lo puede todo; pero, en su funcionamiento concreto, la omnipotencia dice relación al otro, y el otro tiene necesariamente límites: el círculo no puede hacerse cuadrado sin desaparecer, y la libertad finita no puede, sin quedar anulada, ser forzada a obrar bien  siempre. Dios, por lo que a Él respecta, lo puede todo y quiere lo mejor para nosotros; pero no todo es posible en sí mismo. El amor de Dios consiste en "estar siempre trabajando" (Jn 5,17), contra toda inercia y resistencia, por nosotros y por nuestra salvación".

"Acaso estemos empezando, por fin, a comprender, como de manera simbólica pero unívoca nos lo muestra la vida de Jesús, que, más que "señor", Dios es "servidor" de sus criaturas; que jamás es el "verdugo" de sus sufrimientos, sino siempre, con ellas y a favor de ellas, la "víctima". Empezamos a intuirlo con san Juan de la Cruz, como "océano de amor" que trata de inundarlo todo con su gracia y su gozo, que trabaja en todo, con todo y a través de todo: la tierra que nos sostiene, el aire que respiramos o el alimento que comemos, la mano amiga que nos acaricia o nos ayuda, el trabajo y la lucha de tantos por un mundo mejor... Si todo ello resulta posible es porque Dios lo creo así, en esa dirección y con esas capacidades, que Él está sosteniendo y apoyando a cada instante. Que se logre, es lo único que Él quiere y por lo que trabaja. Cuando no se logra, Él es el primer contrariado: el fracaso o la desgracia suceden contra Él en la misma e idéntica medida en que suceden contra nosotros".

"Lo malo que acontece nunca "estaba de Dios", por la sencilla razón de que eso es justamente lo que Él no quería: lo soporta con nosotros y nos apoya en la lucha por superarlo; y cuando la superación inmediata no resulta posible, nos asegura que la derrota no es definitiva, que la última palabra palabra de nuestra existencia se llama salvación". 

Andrés Torres Queiruga, Recuperar la creación.

lunes, 2 de septiembre de 2024

HACIA UNA EPIFANÍA INTERIOR

 "La imagen de los Reyes Magos que encontramos en las primeras páginas del Nuevo Testamento puede servirnos como una metáfora guía. Esos peregrinos arquetípicos se embarcaron, al igual que nosotros ahora, en la búsqueda sagrada de una epifanía. Y nosotros, como todos los peregrinos, debemos caminar simultáneamente en dos direcciones: el exterior y el interior. 

Dos direcciones que son una sola en Cristo. Porque en Cristo no hay nada espiritual al margen de lo material, ningún movimiento hacia Dios que no sea a la vez un movimiento hacia los demás. Los contemplativos no se contentan con examinar los Evangelios con la distancia crítica de un extraño, sino que rumian desde lo más profundo de sus corazones, donde esa misma estrella de los Reyes Magos podría guiarlos a una epifanía interior de Cristo. Por eso, los Evangelios que leemos, la peregrinación en la que nos embarcamos, no conducen, en última instancia, a un lugar, sino a una persona.

 

Nos referimos al carácter único del cristianismo entre las religiones monoteístas del mundo. En su centro no hay un lugar sagrado, ni un libro sagrado, ni un símbolo venerado, sino una persona encarnada, un corazón humano, el de Jesús de Nazaret, cuyo espíritu mora e impregna todo y en el que todas las cosas están reconciliadas y unificadas (Col 1,20). En Cristo, todos los modos de comprender nuestra separación de Dios y de los demás se presentan como ilusorios

 El nombre que los Evangelios dan a la realización histórica de esta unidad es el "reino de Dios", entendido más bien no como un lugar o una promesa futura, sino como una realidad presente constituida por una nueva visión de las relaciones humanas enraizada en el ministerio, y más aún en la persona del propio Jesús, Así, pues, el reino es tanto una realidad interior (Mt 5,3) como algo históricamente tangible (Mt 25, 1-46). Esta unión de lo espiritual y lo tangible refleja una mística cristiana única arraigada en la encarnación".

Vincent Pizzuto

Contemplar a Cristo

miércoles, 28 de agosto de 2024

NUEVO LIBRO DE MERTON

Un nuevo libro de Thomas Merton, publicado por Sal Terrae, que recoge las conferencias de Merton a la comunidad de religiosas de Nuestra Señora de Redwoods, de mayo y octubre de 1968 y las cartas alrededor de las mismas:

"¿Qué revelan los últimos diálogos de Thomas Merton sobre la espiritualidad y el diálogo interreligioso? Este libro recoge las conferencias y cartas que Merton dirigió en mayo y octubre de 1968 a las religiosas benedictinas de Nuestra Señora de Redwoods (al norte de California), en las que se despliega una mirada única a su pensamiento maduro y profético. Encontramos un Merton que habla de manera cercana, con hondura, sobre la oración, la espiritualidad y el diálogo interreligioso, además de otros temas candentes en aquel momento y relevantes hoy, como el cuidado medioambiental, los avances científicos, los cambios sociales o las exploraciones incipientes, desde la psicología y la religión, hacia una nueva conciencia. Toda una invitación a continuar esa conversación de 1968, explorando cómo la integridad del ser humano puede fortalecerse en un mundo tan tecnologizado y aparentemente sin límites".

miércoles, 21 de agosto de 2024

PROFUNDIZAR EN LA VIDA QUE YA POSEEMOS

 

"Señor, una vez más, no dudo de mi llamada a la santidad, aunque no soy fiel. No dudo de que Tu voluntad cumplirá Tu voluntad en mí a pesar de mi cobardía y mi falta de esfuerzo, a pesar de todas mis prevaricaciones inconscientes e incluso conscientes. Tú eres Dios y Tú has destruido mis pecados en la Cruz antes de que fueran cometidos. Apártame del pecado una vez más, apártame incluso del pecado material, hazme evitar incluso las imperfecciones, aunque con mucha frecuencia ni siquiera las percibo.

 Nuestra gloria y nuestra esperanza es que somos el cuerpo de Cristo. Cristo nos ama y nos desposa como Su propia carne. ¿No nos basta? Pero no lo creemos realmente. ¡No! Estemos contentos, estemos contentos. Somos el Cuerpo de Cristo. Le hemos encontrado, Él nos ha encontrado. Estamos en Él, Él está en nosotros. No hay más que buscar excepto la profundización de esta vida que ya poseemos. Estemos contentos".

Thomas Merton, Diarios

(20 de agosto 1956)

martes, 20 de agosto de 2024

UN SILENCIO QUE SEA COMUNIÓN

"Qué desastre edificar la vida contemplativa sobre la negación de la comunicación... Ésta es la razón de que haya tanto ruido en un monasterio trapense. Parloteo y algarabía infernales, continuo rugido de maquinaria, estrépito de objetos que caen de las manos de aturrullados contemplativos; todo ello atestigua que odiamos el silencio con todas nuestras fuerzas, porque, debido a nuestra errónea motivación para buscarlo, está destrozando nuestra vida. Sin embargo, sigue en pie el hecho de que el silencio es nuestra vida, pero un silencio que sea comunión y mejor comunicación que las palabras. ¡Ojalá alguien pudiera decirnos cómo encontrarlo!

(Thomas Merton, Diarios, agosto 1956)

lunes, 19 de agosto de 2024

LAS PROMESAS DE DIOS SON ABSOLUTAS

"No es que las personas sean conscientemente malas. Tal vez respondan hasta un cierto nivel, pero no hasta el final. Las Escrituras nos enseñan las cosas básicas, lo que Dios piensa sobre los seres humanos. Debemos tener presente que nadie puede hacer bien todas las cosas. Somos todos pecadores. Dios nos habla y nosotros no escuchamos. Por otra parte, la misericordia de Dios es constante. No podemos pasarla por alto. Las promesas de Dios son absolutas. Ser cristiano no significa «estar del lado bueno». Un cristiano no siempre sabe dónde está la justicia, no siempre ve todas las cosas claras. Pero el cristiano es consciente de que, mientras que en el ser humano hay falsía e infidelidad, en la misericordia de Dios hay siempre una absoluta fidelidad. Así pues, no rechacemos a nadie, pero procuremos, sí, disociarnos de todo cuanto pueda perjudicar o dañar a otras personas. Todo cristiano debe defender la verdad de que la misericordia de Dios es infinita. Dios nunca escatima su misericordia. Este es un mundo en el que un número incontable de seres humanos viven desesperados. Es entre ellos donde la presencia de Dios es realmente necesaria. Nuestro testimonio cristiano de la misericordia de Dios no es creíble para muchos porque no es lo bastante profundo. Es por eso por lo que nosotros tenemos que dar testimonio de la palabra de Dios. De ello depende la renovación de toda la Iglesia. Y no tan solo en términos ideológicos. Necesitamos cavar más hondo y ayudar realmente a aquellos que viven en situaciones angustiosas, acosados por tribulaciones".

Thomas Merton
Los manantiales de la contemplación

UN CRISTIANISMO QUE NO HACE MÁS QUE HABLAR...

"Un cristianismo que no hace más que hablar, proclamar, explicar —en suma, un cristianismo que nunca está en silencio—, pierde la profundidad de la escucha de la que está hecha la fe. Y, por consiguiente, perderá el espíritu de la oración: la invocación y la confessio laudis se transformarán en estéril protesta y reivindicación"

(PIERANGELO SEQUERI)

miércoles, 14 de agosto de 2024

TODOS TENEMOS UNA VOCACIÓN

"Todos tenemos una vocación, todos somos llamados por Dios a compartir Su vida y Su Reino; cada uno es llamado a un lugar especial en el Reino. Si encontramos ese lugar somos felices. Si no lo encontramos, nunca podremos ser completamente felices. Para cada uno de nosotros sólo hay una cosa necesaria: cumplir nuestro destino según la voluntad de Dios, ser lo que Dios quiere que seamos

Nuestra vocación no es un enigma de la Esfinge, que se haya de resolver por conjeturas so pena de perecer. Algunos encuentran que, a la postre, han hecho muchas conjeturas erróneas y que su vocación paradójicamente es la de ir por la vida actuando de manera equivocada. Les ocupa largo tiempo averiguar que así son más felices.

En todo caso, no debemos imaginarnos que sólo se descubre este destino mediante un juego al escondite con la Divina Providencia,
En todo caso, nuestro destino es obra de dos voluntades, no de una sola. No es un hado inmutable, impuesto a nosotros sin elección nuestra por una divinidad sin corazón.

Nuestra vocación no es una lotería sobrenatural, sino la interacción de dos voluntades y, por consiguiente, de dos amores".

Thomas Merton, Los hombres no son islas

martes, 13 de agosto de 2024

EL TRABAJO DE ESPERAR

El 10 de agosto de 1965 Thomas Merton escribe en su diario sobre la "necesidad de orar, necesidad de un alimento teológico sólido, de la Biblia, de la tradición monástica". Luego también de la "necesidad de estar definido enteramente por la relación con Dios Padre y por la orientación hacia él". Dice que no hay que estar distraído, sino "estar presente", y lo que más llama mi atención, dice que " por encima de todo EL TRABAJO DE ESPERAR".

Thomas Merton

ORAR CON SAN JUAN DE LA CRUZ

1. San Juan de la Cruz fue un hombre de oración; bebió del espíritu de su tiempo, y conoció las formas, devociones y estilos de su época y de su Iglesia. Oró como pueblo (familia pobre), como estudiante, religioso y sacerdote. Recibió el influjo de los maestros de su tiempo, y de la corriente espiritual que promovía la oración y la interioridad.

2. Como religioso y sacerdote desarrolló indudablemente una pastoral de la oración y la vida espiritual entre los suyos, acompañando y animando para una práctica cristiana más profunda, como así lo cuentan muchos testigos.

3. En sus escritos nos dejó algunas oraciones (Ej: la oración del alma enamorada), sin embargo, en sus libros no nos ha dejado un magisterio explícito acerca de la oración, como sí es el caso de Teresa de Jesús.

4. Más que de oración (formas, métodos, etc.), a Juan le interesa la persona que ora, como prepararla y disponerla, entender por qué es posible y necesario orar.

5. Podemos orar porque Dios ha tomado la iniciativa, se ha querido dar a nosotros en Cristo, abriendo la posibilidad de entrar en relación con él. Al hacerlo realizamos nuestra verdadera vocación. Por eso el santo invita a considerar e imitar a Cristo, en quien Dios ha hablado de forma definitiva. Luego, las virtudes teologales son el camino, y la meta es la Unión.

6. La unión del alma con Dios es el tema central de la doctrina sanjuanista (unión que implica transformación; es un movimiento existencial). Dios se esconde en lo más profundo de nosotros, del otro, de la historia, de la creación. Al salir a buscarlo, con la gracia recibida, se desencadena un dinamismo espiritual que va de la cruz a la resurrección.

7. Necesitamos hacer espacio para Dios en nosotros (propuesta ascética: negar, vaciar de todo lo que no es Dios), y el mismo Dios va creando ese espacio en nosotros. A ese proceso Juan le llama Noche. Nuestras carencias nos permiten caer en la cuenta de nuestra verdadera dignidad, porque únicamente Dios puede satisfacer el anhelo que nos pone en camino.

8. Más que orar, Juan, como Teresa, habla de “ser oración”. Vivir las virtudes teologales (fe, esperanza y caridad), que son al mismo tiempo don de Dios y respuesta nuestra a él. Vivir y orar en cristiano es creer, esperar y amar, en un proceso que es al mismo tiempo purificación y transformación (restar y sumar).

9. Juan nos invita a dejar incluso lo que es bueno (todo lo que no es Dios, incluso las cosas de Dios, sus bienes) para mirar e ir más lejos; para alcanzar el Todo, en el que reencontramos lo que dejamos y mucho más.

10. Es siempre camino y meta de amor (Dios como presencia amorosa), por eso el lenguaje que Juan usa es lenguaje amoroso también (Amado, esposa, unión). Presenta el amor como categoría fundamental de la vida cristiana. Orar es amar.

11. El culmen de la vida teologal está, para Juan de la Cruz, en la contemplación, simplificando toda la vida de oración y el contacto con la Palabra de Dios. Toda la existencia del orante es una “noticia sencilla amorosa” totalizante, que lleva a la comunión con Dios, que se le descubre en toda la realidad humana.

12. En resumen: partimos de una llamada, de un anhelo (Dios llama, va delante siempre), para adentrarnos en un camino, búsqueda, esfuerzo, subida, que pasa por la noche (donde a pesar de todo la Fuente no deja de manar, hasta que amanece con una Llama ardiente en el interior de la persona que ya es una nueva creatura en Cristo, para Dios.

13. También podemos hablar de cuatro momentos (Ian Mathew): el don (Dios), hacer espacio (vacío positivo), dejarse sanar (noche sanadora), pleno encuentro (unión amorosa).

14. La oración como actitud teologal contemplativa crea una síntesis vital entre el amor a Dios y el amor al prójimo, y es fuertemente liberadora e integradora. Que mejor modo de expresar la experiencia orante a la que nos convoca y en la que nos introduce Juan de la Cruz, que sus propios versos: “Quedéme y olvidéme, el rostro recliné sobre el Amado, cesó todo y dejéme, dejando mi cuidado, entre las azucenas olvidado”.

Fray Manuel de Jesús, ocd

LA SACRAMENTALIDAD COMO DESPOJAMIENTO

“Como Jesucristo permaneció desconocido entre los hombres, del mismo modo su verdad permanece, entre las opiniones comunes, sin diferencia exterior. Así queda la Eucaristía entre el pan común” (Blas Pasca)..

"La cita de Pascal sugiere que existe una relación entre el despojamiento de la verdad y el despojamiento propio de la presencia sacramental. La falta de un resplandor llamativo de la verdad concuerda con la presencia invisible del Ungido en la eucaristía, el sacramento prototípico. 

La analogía entre la eucaristía y la verdad se merece una mayor elaboración. En primer lugar hay que indicar según los testimonios bíblicos, que los discípulos con los que Jesús celebró su última cena formaban una comunidad desunida, en conflicto y confusa. Un punto de vista sacramental sobre la verdad sugiere por eso que encontrar la verdad creyente supone una verdadera unión con la ruptura, los conflictos y la confusión de las personas de hoy. La Iglesia no está ni por encima ni fuera de la historia, sino que tiene que redescubrirse si quiere realmente encontrar y anunciar la verdad, como el conjunto de discípulos alrededor de la mesa de la última cena: confundida, desesperada, preguntándose qué le espera a ella, a los suyos, y al mundo. Tiene que dejar que le quiten de las manos las supuestas respuestas de la tradición, tal como les fue quitada a Jesús y a sus discípulos la idea establecida sobre la fidelidad de Dios, y que no les quedaba sino la entrega. A fin de poder encontrar y presentar la verdad, tiene que enfrentarse a la pregunta sobre qué cuestiones liberadoras o auténticas quedan por decir en las circunstancias dadas de amenaza, miedo e inseguridad. Hablar sobre la verdad sólo puede nacer desde el silencio de la caótica confusión. 

En segundo lugar hay que señalar que la verdad de los evangelios sobre la institución de la eucaristía es ante todo una verdad desprestigiada. Existe en la última cena –y los testimonios evangélicos sobre esto no andan con rodeos– traición, incomprensión, y malentendidos, y se percibe una gran hostilidad ante la única que parece entender lo que va a pasar: la mujer que unge los pies de Jesús. El pan que se parte en la eucaristía es el pan que nos alimenta, y también el pan que se produce con sudor y lágrimas y bajo condiciones injustas. El vino que se comparte es fuente de alegría y a la vez causa de adicción y violencia. De la misma manera que Jesús, según el himno que cita Pablo en su carta a los Filipenses, no sólo se despojó, sino que además se humilló hasta la muerte en la cruz, así la vida de sus discípulos no sólo se manifiesta en su común humanidad, sino mezclada con el mal. A consecuencia de esto la verdad que enseñan no sólo reside en una opinión cualquiera, sino que además está corrompida por la mentira, y peligra perderse en ella una y otra vez. Sea lo que sea, el anuncio de la verdad en sentido creyente y teológico implica en todo caso hablar libremente sobre este continuo desprestigio y la confesión de ser también culpables de él. 

En tercer lugar cabe indicar que los testimonios evangélicos en torno a la última cena no dejan duda de que –en medio de la ambigüedad, la ruptura y la culpa– se busca alcanzar la salvación de todos y todo lo que abarca la salvación de los que participan en ella. Desde el ámbito cristiano se entiende que la verdad de la existencia humana es la verdad presente como una Ausencia, como lo que va a venir y lo que se puede y se debe alcanzar, pues todo está ya-siempre a la luz de lo que va a venir. Desde el punto de vista cristiano la verdad que se busca y se desea es la verdad que ya-siempre está empezando, sobre todo en esta búsqueda y en este deseo. Por eso la esencia de la verdad presente rompe la alternativa de presencia y ausencia, como escribió el teólogo alemán Eberhard Jüngel sobre Dios. El hecho de que la verdad está sacramentalmente presente significa que en su presencia siempre está a la vez ausente, sin embargo en su ausencia se mantiene ocultamente presente. Por eso nunca se la puede manejar como una propiedad, sobre todo de parte de la Iglesia, cuya misión es representarla".

Erik Borgman
La verdad como concepto religioso
Concilium # 314 (febrero 2006)

miércoles, 19 de junio de 2024

TRASCENDER...

"TRASCENDER consiste en ir MÁS ALLÁ, en cruzar una frontera. No ésta o aquella, sino cualquier frontera que se vislumbre en el propio caminar. Consiste en no contentarse con lo que se es, con lo que se tiene, con lo que se siente, con lo que se sabe. Es esta voluntad indómita de no conformarse con lo que se conoce. Es la pasión por indagar lo que está más allá del límite, lo que se esconde más allá de lo que conocemos. El trascender expresa una carencia, pero también una esperanza

(Francesc Torralba, Inteligencia espiritual).

miércoles, 22 de mayo de 2024

ZAMBULLIRNOS EN NUESTRO PROPIO VACÍO

"El tramo final en el camino hacia la santidad en Cristo consiste, pues, en abandonarse por entero, confiada y gozosamente, a la aparente locura de la cruz. "La palabra de la cruz es necedad para los que están en vías de perdición; pero para los que están en vías de salvación -para nosotros- es fuerza de Dios" (1 Corintios 1,18). Esta locura, la necedad de renunciar a toda preocupación por nosotros mismos tanto en el orden material como en el espiritual, para poder confiarnos a Cristo, equivale a una especie de muerte de nuestro yo temporal. Es un acto de total abandono, pero es también un salto definitivo hacia el gozo. 


La capacidad de realizar este acto, de abandonarnos, de zambullirnos en nuestro propio vacío y encontrar allí la libertad de Cristo en toda su plenitud, es algo inasequible a todos nuestros esfuerzos y planes meramente humanos. No podemos lograrlo relajándonos ni esforzándonos, pensando o dejando de pensar, actuando o dejando de actuar. La única respuesta es una fe perfecta, una esperanza exultante, transformada por un amor absolutamente espiritual a Cristo que es puro don suyo, pero que nosotros podemos disponernos a recibirlo con fortaleza, humildad, paciencia y, sobre todo, con simple fidelidad a su voluntad en todas las circunstancias de nuestra vida ordinaria". 

Thomas Merton
 Vida y santidad

ESTAMOS SIEMPRE VIAJANDO

Thomas Merton fue, durante toda su vida, un viajero, un peregrino del Espíritu, siempre en camino: 

"En cierto sentido, estamos siempre viajando, y viajando como si no supiéramos adonde vamos. En otro sentido, ya hemos llegado. No podemos llegar a la perfecta posesión de Dios en esta vida, y por eso estamos siempre viajando y en tinieblas. Pero ya lo poseemos por la gracia, y por eso, en este sentido, ya hemos llegado y habitamos en la luz. ¡Pero cuan lejos tengo que ir para encontrarte a Ti, en quien ya he llegado!". 

La montaña de los siete círculos, p. 419 

 (Diálogos con el Silencio, p. 13).

viernes, 17 de mayo de 2024

PENTECOSTÉS

El 21 de mayo de 1961 Thomas Merton escribe en su diario una “Plegaria a mi Padre Dios en la vigilia de Pentecostés”. Es un texto hermoso, cargado de lirismo, escrito en un período decisivo de su vida, y que expresa el deseo auténtico de santidad que habitaba en TM. Es un canto de alabanza que incluye a toda la creación y en la que descubre su interioridad ante la infinita misericordia de Dios.

Su primera plegaría recoge el canto de las criaturas: cielo, flores, colinas, aves. Y entonces se suma él mismo a ese coro espléndido: “Padre, te alabo uniéndome al coro de estas criaturas, hermanas mías. Tú nos has hecho a todos, y me has colocado aquí esta mañana en medio de ellos. Aquí estoy”.

Luego hace un examen de su vida de oración, de su relación con Dios. Antes: “En tiempos pasados yo solía orar prolongadamente, y me veía envuelto en oscuridad, tristeza y confusión. Sin duda, mi propia voluntad era la raíz de mi tristeza, y lo lamento”. ¿Qué ha cambiado?. “La oración de tus amigos a favor mío y mis propias oraciones han tenido una respuesta”. Y eso ha dado como resultado un ahora diferente para Merton: “ Aquí estoy en esta ermita ante ti. Aquí me ves. Aquí me amas. Aquí pides la respuesta de mi propio amor y mi confianza. Aquí me pides que yo sea simplemente Tú amigo”.

Aquí habla de Merton de la gratuidad y la libertad de la experiencia mística, es decir, de una vida entregada, abandonada en Dios, aunque no necesariamente una vida perfecta. Más que un hacer es un aceptar: “Ser Tu amigo significa ni más ni menos aceptar Tu amistad porque es Tu amistad. Esta amistad es Tu vida, el Espíritu de Tu Hijo. Me has llamado aquí para ser Tu Hijo: para nacer de nuevo, repetidamente, en Tu luz, en conocimiento, en consideración, en gratitud, en pobreza y en alabanza”.

Luego reconoce la labor que corresponde hacer: Aprender. Y reconoce el lugar donde ha de hacerlo: la comunidad. Y cómo ha de conseguirlo: La fidelidad.

Dos cosas: 1- Pronunciar Tu nombre con confianza.
2- Tenerte a Ti en el corazón.

Merton termina pidiendo ser un hombre de paz, capaz de trabajar por la paz del mundo. “A estudiar aquí la verdad y la no violencia y la paciencia y el valor de sufrir por la verdad”.

En esta oración de Thomas Merton por Pentecostés descubrimos nuestras propias necesidades, y las ponemos también ante Dios.

Fray Manuel de Jesús, ocd

lunes, 13 de mayo de 2024

EL HOMBRE NUEVO

EL HOMBRE NUEVO
es, a mi juicio, uno de los mejores y más interesantes libros de Thomas Merton; lo escribió en cinco semanas, en el otoño de 1954, y lo dio a la imprenta ya revisado y terminado unos 5 años después. El texto es una especie de lectura teológica de dos pasajes bíblicos: Génesis 1-3 y Romanos 6-8; son meditaciones en las que habla del "hombre que se encuentra a sí mismo en Dios". 
 
El capítulo primero es una especie de introducción ("Nuestra guerra interior") que prepara y adelanta  el contenido del libro; en su contenido desarrolla tres temas  principales: 1. el estado originario de la humanidad antes de la caída; 2. la expulsión del paraíso y sus consecuencias; 3. la nueva creación en Jesucristo, que restablece la comunión entre Dios y la humanidad.  En resumen, habla de la "comunión existencial" dada, perdida y restaurada. 

"La plenitud de la vida humana no puede medirse con nada que le suceda únicamente al cuerpo. La vida no es meramente un asunto de vigor físico, de salud, o de capacidad para el deleite. ¿Qué es la vida? Es mucho más que el aire que respiramos, la sangre que late en nuestras muñecas, la respuesta al estímulo físico. Por cierto que todas estas cosas son esenciales para una vida humana integral, pero por sí mismas no constituyen lo que la vida es en su plenitud. Un hombre puede tener todo esto y, sin embargo, ser un idiota. El que solamente respira, come, duerme y trabaja, ajeno a la conciencia, sin propósitos y sin ideas propias, realmente no es un hombre. La vida, en este sentido puramente físico, es meramente ausencia de muerte. Gente así no vive, vegeta. 

Para que un hombre esté vivo, no debe sólo ejercitar los actos que pertenecen a la vida animal y vegetativa, no debe sólo subsistir, crecer y usar los sentidos, no debe sólo desplazarse, alimentarse y todo lo demás. Debe efectuar las actividades propias de su tipo de vida específicamente humana. O sea, debe pensar con inteligencia. Y sobre todo, debe orientar sus acciones mediante decisiones libres, tomadas a la luz de su propio pensamiento. Más todavía, estas decisiones deben propender a su crecimiento intelectual, moral y espiritual. Deben tender a hacerlo más consciente de sus potenciales para el conocimiento y el libre accionar. Deben expandir y extender su potencial para amar a los demás y dedicarse al bien común, pues en ello encuentra su propia realización. 

En una palabra, para que el hombre viva, debe alcanzar una vitalidad integral, completa. Todo debe ser vida en él, en su cuerpo, sus sentidos, su mente y su voluntad".

(El hombre nuevo, 2)

miércoles, 8 de mayo de 2024

SOLEDAD Y SOCIEDAD

 "Para Thomas Merton, un hombre que no acepta su condición básica de soledad, esto es, que no se cuestiona su identidad última, es un hombre atrapado en las ficciones colectivas de la sociedad, alguien que responde mecánicamente a dictados ajenos, sobre los que no tiene conciencia ni sobre los que puede ejercer su libertad, en suma, un individuo "alienado", en el sentido que confieren a ese calificativo los filósofos existencialistas.... Es en el ámbito del amor, sostiene Merton, donde se resuelve la elección paradójica entre soledad y sociedad. La soledad interior es el requisito básico para el encuentro con Dios, y Dios es Amor".

Fernando Beltrán Llavador

La encendida memoria: aproximación a Thomas Merton

lunes, 29 de abril de 2024

DISCÍPULOS RADICALES DE JESÚS

 "Necesitamos alimentar y fortalecer nuestra identidad como discípulos radicales de Jesús. Necesitamos profundizar en una relación personal con Él. No podemos darlo por supuesto, sino que debemos cultivar nuestra vida espiritual. Durante décadas, parece que hemos minusvalorado este aspecto. Pero en estos momentos la necesidad de una espiritualidad profunda e intensa se ha convertido en algo evidente. La dimensión mística debe fortalecerse tanto en el nivel personal como en el comunitario. La oración es imprescindible. En particular, necesitamos redescubrir la liturgia como un modo de encarnar, de manera socialmente visible, la realidad alternativa que brota de nuestro Dios. Sólo podemos promover una alternativa radical al sistema dominante si estamos enraizados en Jesucristo".

Daniel Izuzquiza, sj

Enraizados en Jesucristo. Ensayo de eclesiología radical.

Sal Terrae

viernes, 19 de abril de 2024

ESPERA QUE LAS NUBES PASEN

 "Hay días en que amanezco y hay una nube alrededor de mi corazón. Lo nubla todo excepto el peso que llevo dentro de mí. Pero el hecho de que no pueda ver la luz del sol no significa que ésta haya desaparecido. La verdad es que el corazón, así como la tierra, soporta todo el tiempo que las cambiantes atmósferas que lo cubren, vengan y vayan, interponiéndose entre quienes somos y la forma en que vivimos cada día. 

 Es por ello que, aparentemente, podemos definir la fe como ese esfuerzo que hacemos para creer en la luz cuando nos cubren las nubes. Y es que aunque parezca que el sol no saldrá nunca más, la verdad es que no ha dejado de brillar. De hecho, en este preciso momento, detrás de cualquier nube que nos cubra, el calor del sol continua ardiendo. 

 Ninguna nube es imperecedera. La tierra y todo lo que en ella crece lo saben. Y a pesar de nuestro comprensible dolor, sucede lo mismo con el corazón y todo lo que en él crece".

Mark Nepo, Un libro para renacer cada día

viernes, 22 de marzo de 2024

A LA INTEMPERIE...

"Uno quisiera crecer sensatamente, poco a poco, sin accidentes… Quisiéramos crecer sin tener que tropezarnos ni darnos de bruces. Sin sentirnos perdidos. Sin protestar. Sin mirar hacia atrás con nostalgia. Sin arrepentirse por haberse fiado de una voz de la que tantos te habían aconsejado no fiarte. Pero no. Definitivamente no es posible crecer sin error, aunque sí vivir ese error sin drama. O al menos sin enamorarse del drama, sin instalarse en él.

Sólo a la intemperie hacemos la experiencia del ser. Cuando no se puede regresar ni avanzar, sencillamente eres. Pero antes de todo eso hay, como no podía ser de otra forma, desconcierto, llanto, protesta, agotamiento, rendición y abandono al fin… Todo lo que sucede cuando ya no sabes qué más puede suceder es lo espiritualmente interesante".

Pablo de Ors, Biografía de la luz

miércoles, 21 de febrero de 2024

OBEDIENCIA RELIGIOSA: LO QUE SÍ Y LO QUE NO

"El propósito de la obediencia religiosa no es mantener la rutina y la disciplina en el seno de una institución. Es inculcarnos la obediencia al Espíritu Santo, hacernos capaces de obedecer al Espíritu. No implica una subordinación de por vida a la autoridad. Nosotros mismos hemos desvirtuado la idea de obediencia porque siempre la hemos visto en el contexto de la autoridad, o de la institución. En este contexto tiene alguna validez, pero se la ha llevado demasiado lejos. También se ha asociado la obediencia con una suerte de alienación, la noción de que debemos, lisa y llanamente, obedecer y de que eso es lo único que cuenta. 

La obediencia tiene por finalidad flexibilizar a una persona, liberarla del apego a su voluntad propia. Pero no hay que suponer que es sometiéndose a la autoridad como uno se convierte en santo. Si dejas que la autoridad quiebre tu voluntad, puedes convertirte en un bicho raro o en un robot. El sentimiento de autarquía es un problema y tenemos que renunciar a él, de eso no cabe duda. En la muerte y la resurrección de Cristo hay una verdad absolutamente válida e inmutable: el hecho de que tenemos que morir a nuestra propia voluntad, pero no de la forma en que esa muerte ha sido presentada, como una especie de sadismo jurídico e incluso a veces sistemático. Si un superior sabía que no te gustaba hacer una cosa, era esa cosa la que tenías que hacer. Hasta podía haber en ello cierta complacencia morbosa. Esas prácticas eran perniciosas y a causa de ellas la obediencia religiosa ha caído en descrédito. 

La obediencia religiosa es importante porque libera
. Cuando libera, cumple su función. Libera si el Espíritu nos libera. Así pues, es posible ser libre, inclusive cuando hay abuso, si uno ve las cosas correctamente. Pero ahora, a partir del Concilio, es preciso modificar la situación. Hay ocasiones en las que uno no puede permanecer absolutamente pasivo ante la autoridad, situaciones en las que uno debe respetuosamente explicar las razones por las que no está dispuesto a obedecer. Y ver qué dice entonces la autoridad. En otras palabras, poner el problema sobre la mesa y discutirlo."

Thomas Merton
Los manantiales de la contemplación

MÍSTICA DEL TRABAJO

 

"Si uno se lleva bien con su trabajo y lo hace con tranquilidad, está orando todo el tiempo. Es importante recuperar este equilibrio, y comprender que el trabajo realizado como es debido no impide orar. El trabajo hecho como es debido es oración. Como es debido: lo cual no quiere decir que tengas que regodearte con él, ni que debas empeñarte en hacerlo a la perfección; es hacerlo como instrumento de Dios. Hay en esta actitud un sustrato de profundo misticismo. No es una mística. Es misticismo, una forma de estar unido a Dios." 

Thomas Merton

lunes, 19 de febrero de 2024

LA ALEGRÍA DEL EVANGELIO (Textos para meditar en Cuaresma)

Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en que se encuentre, a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso. No hay razón para que alguien piense que esta invitación no es para él, porque «nadie queda excluido de la alegría reportada por el Señor». Al que arriesga, el Señor no lo defrauda, y cuando alguien da un pequeño paso hacia Jesús, descubre que Él ya esperaba su llegada con los brazos abiertos. Éste es el momento para decirle a Jesucristo: «Señor, me he dejado engañar, de mil maneras escapé de tu amor, pero aquí estoy otra vez para renovar mi alianza contigo. Te necesito. Rescátame de nuevo, Señor, acéptame una vez más entre tus brazos redentores». ¡Nos hace tanto bien volver a Él cuando nos hemos perdido! Insisto una vez más: Dios no se cansa nunca de perdonar, somos nosotros los que nos cansamos de acudir a su misericordia. Aquel que nos invitó a perdonar «setenta veces siete» (Mt 18,22) nos da ejemplo: Él perdona setenta veces siete. Nos vuelve a cargar sobre sus hombros una y otra vez. Nadie podrá quitarnos la dignidad que nos otorga este amor infinito e inquebrantable. Él nos permite levantar la cabeza y volver a empezar, con una ternura que nunca nos desilusiona y que siempre puede devolvernos la alegría. No huyamos de la resurrección de Jesús, nunca nos declaremos muertos, pase lo que pase. ¡Que nada pueda más que su vida que nos lanza hacia adelante!” (EG 3).

DIOS: “Como un centro luminoso de fiesta y de alegría que quiere comunicar a su pueblo ese gozo salvífico”, para hacerse presente “en la alegría que se vive en medio de las pequeñas cosas de la vida cotidiana” (EG 4).

NO a una Cuaresma sin Pascua: Hay cristianos cuya opción parece ser la de una Cuaresma sin Pascua. Pero reconozco que la alegría no se vive del mismo modo en todas las etapas y circunstancias de la vida, a veces muy duras. Se adapta y se transforma, y siempre permanece al menos como un brote de luz que nace de la certeza personal de ser infinitamente amado, más allá de todo. Comprendo a las personas que tienden a la tristeza por las graves dificultades que tienen que sufrir, pero poco a poco hay que permitir que la alegría de la fe comience a despertarse, como una secreta, pero firme confianza, aun en medio de las peores angustias: «Me encuentro lejos de la paz, he olvidado la dicha […] Pero algo traigo a la memoria, algo que me hace esperar. Que el amor del Señor no se ha acabado, no se ha agotado su ternura. Mañana tras mañana se renuevan. ¡Grande es su fidelidad! […] Bueno es esperar en silencio la salvación del Señor» (Lm 3,17.21-23.26).

¿Cuál es la fuente de esa alegría?: conservar un corazón creyente, desprendido y sencillo… esas alegrías beben en la fuente del amor siempre más grande de Dios que se nos manifestó en Jesucristo. No me cansaré de repetir aquellas palabras de Benedicto XVI que nos llevan al centro del Evangelio: «No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva». (EG 7).

“Sólo gracias a ese encuentro —o reencuentro— con el amor de Dios, que se convierte en feliz amistad, somos rescatados de nuestra conciencia aislada y de la autorreferencialidad. Llegamos a ser plenamente humanos cuando somos más que humanos, cuando le permitimos a Dios que nos lleve más allá de nosotros mismos para alcanzar nuestro ser más verdadero. Allí está el manantial de la acción evangelizadora. Porque, si alguien ha acogido ese amor que le devuelve el sentido de la vida, ¿cómo puede contener el deseo de comunicarlo a otros?” (EG 8). El bien tiende siempre a comunicarse. “Quien quiera vivir con dignidad y plenitud no tiene otro camino más que reconocer al otro y buscar su bien. No deberían asombrarnos entonces algunas expresiones de san Pablo: «El amor de Cristo nos apremia» (2 Co 5,14); «¡Ay de mí si no anunciara el Evangelio!» (1 Co 9,16)” (EG 9). Testimoniar la alegría del Evangelio. Ofrecer la novedad de Cristo, que no es repetir fórmulas, sino reconocer su Presencia en el presente que vivimos.

Él siempre puede, con su novedad, renovar nuestra vida y nuestra comunidad y, aunque atraviese épocas oscuras y debilidades eclesiales, la propuesta cristiana nunca envejece. Jesucristo también puede romper los esquemas aburridos en los cuales pretendemos encerrarlo y nos sorprende con su constante creatividad divina” (EG 11).

1. Si bien esta misión nos reclama una entrega generosa, sería un error entenderla como una heroica tarea personal, ya que la obra es ante todo de Él, más allá de lo que podamos descubrir y entender. Jesús es «el primero y el más grande evangelizador». En cualquier forma de evangelización el primado es siempre de Dios, que quiso llamarnos a colaborar con Él e impulsarnos con la fuerza de su Espíritu. La verdadera novedad es la que Dios mismo misteriosamente quiere producir, la que Él inspira, la que Él provoca, la que Él orienta y acompaña de mil maneras. En toda la vida de la Iglesia debe manifestarse siempre que la iniciativa es de Dios, que «Él nos amó primero» (1 Jn 4,19) y que «es Dios quien hace crecer» (1 Co 3,7). Esta convicción nos permite conservar la alegría en medio de una tarea tan exigente y desafiante que toma nuestra vida por entero. Nos pide todo, pero al mismo tiempo nos ofrece todo.

2. Tampoco deberíamos entender la novedad de esta misión como un desarraigo, como un olvido de la historia viva que nos acoge y nos lanza hacia adelante. La memoria es una dimensión de nuestra fe… Jesús nos deja la Eucaristía como memoria cotidiana de la Iglesia, que nos introduce cada vez más en la Pascua (cf. Lc 22,19). La alegría evangelizadora siempre brilla sobre el trasfondo de la memoria agradecida: es una gracia que necesitamos pedir. Los Apóstoles jamás olvidaron el momento en que Jesús les tocó el corazón… Junto con Jesús, la memoria nos hace presente «una verdadera nube de testigos» (Hb 12,1). Entre ellos, se destacan algunas personas que incidieron de manera especial para hacer brotar nuestro gozo creyente… El creyente es fundamentalmente «memorioso».

“Todos tienen el derecho de recibir el Evangelio. Los cristianos tienen el deber de anunciarlo sin excluir a nadie, no como quien impone una nueva obligación, sino como quien comparte una alegría, señala un horizonte bello, ofrece un banquete deseable. La Iglesia no crece por proselitismo sino «por atracción” (EG 14).

ASÍ: “Cada cristiano y cada comunidad discernirá cuál es el camino que el Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar este llamado: salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio” (EG 20).

FRANCISCO
La alegría del Evangelio

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.