Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.
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martes, 20 de febrero de 2007
La obra de Dios.
“Sé paciente y sigue el camino de la sencillez con el que Dios te ha bendecido. Pero a veces no se puede evitar que las cosas estén llenas de angustia para todos los que buscamos amar a Cristo. La vida nunca es tan sencilla como debiera ser: hay tantos conflictos, no sólo entre la gente buena y la mala, sino entre los buenos y los buenos. Esto es peor y produce una confusión interminable. Tenemos que buscar la paz en la sencillez escondida que está más allá de los conflictos: aquí buscamos la presencia desnuda de Dios en la aparente nada. Si tan sólo lo encontráramos a Él, el vacío se volvería plenitud perfecta y las contradicciones se esfumarían. Pero para poder hacer esto tenemos que ser fieles a una voluntad que es inescrutable, que no se revela en decisiones simples y claras como nos gustaría que fuera. En vez de tratar de encontrar todas las sutilezas de significados y moralidad de cada caso, debemos agarrarnos desesperadamente a la primera indicación disponible y confiar en Dios para todo lo demás”. (Thomas Merton, Correspondencia con Ernesto Cardenal, 71)
Ser parte de todo...
-Thomas Merton-
Santidad es descubrir quién soy...
“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).
LA DANZA GENERAL.
Thomas Merton.
ORACIÓN DE CONFIANZA...
“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros
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