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sábado, 22 de agosto de 2009

Tradición y revolución (2)

"Se supone que una revolución es un cambio completamente radical. Pero la ideología de la revolución política nunca cambiará nada más que las apariencias. Habrá violencia, y el poder pasará de un partido a otro; pero cuando el humo se disipe y los cuerpos de todos los muertos hayan sido enterrados, la situación será esencialmente la misma que antes: en el poder habrá una minoría de hombres fuertes que explotarán a todos los demás para sus fines personales. La codicia, la crueldad, la lujuria, la ambición, la avaricia y la hipocrecía serán las mismas de antes.
Las revoluciones humanas no cambian nada. La única influencia que puede subvertir realmente la injusticia y la iniquidad de los hombres es el poder que respira en la tradición cristiana y renueva nuestra participación en la Vida que es la Luz de los hombres.
Todas estas referencias al dinamismo cristiano les parecen absurdas a quienes no tienen experiencia personal de este aspecto revolucionario de la verdad cristiana y únicamente ven la corteza exterir del conservadurismo humano muerto que tiende a formarse alrededor de la Iglesia, de la misma manera que las lapas se pegan a los cascos de los barcos.
Cada cristiano y cada nueva edad de la Iglesia tienen que hacer este redescubrimiento, este retorno a la fuente de la vida cristiana... sólo un don de Dios puede enseñarnos la diferencia entre la seca corteza exterior de la formalidad que se forma a veces en la Iglesia por las naturalezas humanas que la componen, y la viva e interna corriente de Vida Divina, que es la única tradición católica real".
Nuevas semillas de Contemplación, 158-159
Thomas Merton

2 comentarios:

Anónimo dijo...

En las nuevas fundaciones monásticas de America Latina, Asia, Africa, se contemplan bellos edificios que responden a la contemplación de hombres y mujeres de hoy. Y reflejan esa vuelta a las raices contemplativas cristianas. Europa ya no es el centro del universo, ni de la cristiandad. Y desde la antaño llamada periferia hay una renovación espiritual que llega a la vieja y descreida Europa, que corre el peligro de qudarse mirando postales color sepia. Hay Iglesias, catedrales nuevas, construidas según los conceptos de Arte moderno, de esta época, que en vez del oscurantismo y la pesadez de antaño, mediante amplias cristaleras dejan transparentar la luz. Espacios donde se pone el acento en lo principal la oración, fuera de conceptos abigarrados de antaño. Mucho deberiampos aprender de los monasterios cistercienses japoneses, por ejemplo, sencillos, luminosos. Premonitorio el lugar desde el que Merton inició su Tránsito..

Anónimo dijo...

... sólo un don de Dios puede enseñarnos la diferencia entre la seca corteza exterior de la formalidad que se forma a veces en la Iglesia por las naturalezas humanas que la componen, y la viva e interna corriente de Vida Divina, que es la única tradición católica real".TM

La hondura espiritual de los monjes contemplativos es un don para la Iglesia(y también la experiencia de fe de todos los cristianos que son contemplativos en la vida religiosa apostólica, los laicos, sacerdotes, y de todo el pueblo de Dios que ora y camina...)
La obra de Merton es un regalo porque dejó escrita su experiencia y para nuestro tiempo se hace cercano y muy actual, pero a lo largo de la historia hubo y habrá monjes que en el ocultamiento y pobreza encontraron ese don de diferenciar o discernir entre la corteza exterior de lo formal y la tradición viva cristiana.
Agradezco que esto se pueda confrontar más con la realidad actual al dar a conocer estos escritos de TM.
Saludos,
inés

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.