Merton era un poeta, un hombre de amplia formación literaria; para Merton la poesía es una forma de “santidad”, y nombres esenciales en su formación humana y espiritual son los de William Blake, Gerard Manley Hopkins y T. S. Eliot . Pueden citarse muchos otros poetas a los que Merton leía, o con los que mantuvo correspondencia e intercambio de libros . La producción poética de Merton puede dividirse, según las tres etapas en que antes vimos dividida su escritura; pasará de presentar en ella un mundo dividido, con imágenes siempre bipolares, luz y sombras, cinismo y desesperación al referirse al mundo y la naturaleza humana, a experimentar con nuevas formas de lenguaje, reflejando además sus nuevas inquietudes respecto a los problemas del mundo, y siempre en pos de una humanidad más integrada .
Merton reconoció de modo particular, en su autobiografía, la influencia que William Blake ejerció sobre él; fue, dijo, una gracia de Dios: “Es un amor que nunca ha muerto, que ha influido notablemente en mi vida” . El estilo de este poeta, revolucionario, desafía las ideas del joven Merton, y le abre a otro rostro de la santidad:
“¡Qué inhábil era yo para comprender los ideales de William Blake! ¿Había alguna posibilidad de darme cuenta de que su rebelión, con sus extrañas heterodoxias, era fundamentalmente la rebelión de los santos? Era la rebelión del amante de Dios viviente, la rebelión de un hombre cuyo deseo de Dios era tan intenso e irresistible que condenaba, con toda su fuerza, toda la hipocresía y mezquina sensualidad del escepticismo y el materialismo que inteligencias frías y triviales colocan como barrera infranqueable entre Dios y las almas de los hombres” .
M7C, 135
Blake es una especie de “profeta de Dios”, que según Merton, “no podía soportar la piedad y religiosidad falsas, donde el amor de Dios se borraba de las almas de los hombres por el formalismo y las convenciones, sin ninguna caridad, sin la luz y la vida de una fe que lleva al hombre hacia Dios”. Merton ve aquí la mano providente de Dios, que a través de una senda difícil, confusa y oscura, el testimonio de un poeta, quiso mostrarle el camino de la verdadera Iglesia.
NOTAS:
WILLIAN BLAKE (1757-1827), poeta, grabador, pintor y místico inglés; en vida su obra fue poco conocida, pero hoy goza de alta estima; forma parte del romanticismo, y en sus escritos preconizaba una humanidad universal. GERARD MANLEY HOPKINS (1844-1889), sacerdote jesuita y poeta británico; obra de carácter innovador, poco conocida y valorada en su tiempo, influyó luego en numerosos autores. También incursionó en la música y la pintura. T.S. ELIOT (1888-1965), poeta, dramaturgo y crítico anglo-estadounidense; una de las figuras cumbre de la poesía inglesa del siglo XX, recibió en 1948 el premio Nobel de Literatura.
Mencionamos algunos como ejemplo, pues la lista es amplísima: DYLAN THOMAS, EMILY DICKINSON, PABLO ANTONIO CUADRA, ERNESTO CARDENAL, CINTIO VITIER. Su relación con los poetas de Latinoamérica fue particularmente intensa y profunda. También BORIS PASTERNAK, cuya obra escrita, para TM, está centrada en la santidad de la vida, DI, 184.
Para acercarse a la poesía de TM: S. PETISCO MARTÍNEZ, La poesía de Thomas Merton: creación, crítica y contemplación (Tesis doctoral), Universidad Complutense de Madrid, 2004. Puede descargarse en: http://www.ucm.es/eprints
M7C, 133-136. También al padre de Merton, Owen, le agradaba la poesía de Blake.
1 comentario:
Gracias por recordarnos a este poeta, Manuel. Creo que Blake constituyó, junto con Emerson y Thoreau, un trío de poetas fundamentales para Merton. Los tres son artistas con inquietudes transcendentales y profundidad espiritual, y los tres se involucran en las causas por la libertad y la justicia social. Dejos un par de fragmentos de Blake, creo que poseen belleza y sabiduría:
“Si las puertas de la percepción se depurasen,
todo aparecería a los hombres como realmente es: infinito.
Pues el hombre se ha encerrado en sí mismo hasta ver
todas las cosas a través de las estrechas rendijas de su caverna”
“Quien no imagina rasgos más fuertes y mejores, y bajo una luz más fuerte y mejor que la de su ojo perecedero, no imagina en absoluto”.
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