Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.
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jueves, 29 de marzo de 2012
LA VERDADERA NEGACIÓN
“Cualquiera que sea el modo y la medida de auto negación que Dios nos pida (y esta es una cuestión que no se puede decidir realmente sin oración y dirección espiritual), todo ascetismo cristiano está caracterizado por la integridad y el equilibrio”. (146)
“El deseo de obras ascéticas que pacifiquen nuestros ánimos y nos dé una sensación de logro puede resultar de hecho una escapatoria de la verdadera negación radical de uno mismo que nos exige Dios”. (146)
“El verdadero asceta no es uno que nunca se afloja, sino uno que se afloja en el momento oportuno y en la medida oportuna, que ordena toda su vida, bajo la guía directa del Espíritu Santo, de modo que actúa cuando Dios quiere que actúe, que descansa cuando Dios quiere que descanse, y que reza constantemente mientras tanto, con una mirada sencilla y amorosa que mantiene su corazón y su mente unidos con el Espíritu que reside en su interior”. (146)
“La negación de sí mismo es inútil si no abre los oídos de nuestro corazón para que obedezca a la voluntad de Dios que nos ordena asumir nuestro lugar en el tiempo, en la historia y en la obra de edificar su reino de amor y verdad”. (144)
“Nuestra salvación no se ha de encontrar en el ascetismo sólo sino en la cruz de Cristo. La negación de sí mismo, por rigurosa que sea, carece de todo significado cristiano si se prescinde de la cruz y la resurrección de Cristo”. (148)
“La Cuaresma es una época de mortificación y de renuncia: no sólo porque los cristianos descubrieran que un poco de ayuno en primavera era bueno para sus naturalezas, sino porque sus ayunos, renuncias y limosnas tenían que desempeñar un papel esencial como signos de una plena participación en el Misterio de Pascua”. (148)
Thomas Merton
“Tiempos de celebración”
Pomaire, 1967
Ser parte de todo...
-Thomas Merton-
Santidad es descubrir quién soy...
“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).
LA DANZA GENERAL.
Thomas Merton.
ORACIÓN DE CONFIANZA...
“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros
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